
Los andarines de Diario Sanitario aconsejamos en esta ocasión una ruta corta en kilómetros y larga en intensidad, ya que incluye dos subidas, al Castellar y La Raja, una enfrente de la otra, en la mítica pedanía tobarreña de Sierra. Y decimos mítica porque, como si de la famosa aldea gala se tratara, los vecinos, ajenos a cualquier presión externa, son conocidos por su armonía.

✔Puede consultar la ruta en Wikiloc
No era la primera vez que subíamos al Castellar, en marzo de 2023 lo ‘coronamos’ después de ascender al Morrón, pero a una de las senderistas le dio tal pájara que necesitaba regresar para disfrutar en lugar de sufrir. Por cierto, quien quiera saber qué es una pájara le aconsejamos que lea el artículo de uno de nuestros médicos de cabecera.
En esta ocasión, fieles a nuestro lema ‘Frente al sedentarismo, senderismo’, caminábamos Manuel Martínez, nuestra ‘brújula’, Rigoberto López, el ‘bardo’, y la redactora, siempre a la zaga, tratando de coger resuello.
A lo que íbamos, la ruta, aunque exigente, únicamente tiene 300 metros de desnivel y 4,4 kilómetros de recorrido. Ambas cuerdas, las del Castellar y La Raja, ofrecen unas vistas impresionantes. Además, para aquellos que teman la subida y la bajada, que no son sencillas, que sepan que hay esparto de sobra para agarrarse.
Histórica
Merece la pena admirar la torre del Castellar que, situada entre Sierra y Cordovilla, ha superado incluso seísmos. Cuenta la Asociación Española de Amigos de los Castillos que debió servir de atalaya. «En el año 1268, Alfonso X el Sabio cedió el castillo a un noble musulmán con el fin de favorecer la integración de la nobleza islámica en el proceso repoblador, pero este intento fracasó al venderlo al concejo de Alcaraz en 1268. Aquel contrato fue firmado en Jerez de la Frontera, donde se conserva una parte del original», dice la citada asociación en su página web.
En cualquiera de los casos, cuando bajas el Castellar, cruzas a La Raja y subes de nuevo, te cuesta creer que hayas logrado alcanzar semejante fortaleza. Pero, una vez más, lo hemos disfrutado en una agradable tarde de enero.
Regreso al Castellar




