• Celador por la mañana, joyero por la tarde

    José Luis Lamas es el celador con más antigüedad del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, pero, a sus 62 años, con más de cuatro décadas de profesionalidad sanitaria a sus espaldas, ésta no es su única cualidad. Es un celador de autopsias, una pieza básica del engranaje del Servicio de Anatomía Patológica, pero también un joyero con medio siglo de experiencia, ya que empezó de aprendiz con sólo 13 años.

    Celador José Luis Lamas

    José Luis Lamas es el celador más antiguo del Hospital General de Albacete

    Ahora la joyería se ha quedado en una afición y el “celador de autopsias” tiene los días contados, porque, aunque le encantan su trabajo y sus pacientes, esos que “nunca se quejan”, la vida le ha enseñado que hay que aprovechar el tiempo mientras la enfermedad dé tregua. Así, José Luis Lamas se jubilará en breve, pero si volviese a empezar, repetiría, dedicaría las mañanas a las autopsias y las tardes a su taller de joyería.

    Desde que en 1981 dio el paso a Anatomía Patológica, el celador José Luis Lamas ha trabajado entre cadáveres y muestras. De hecho, por su servicio pasan todos los líquidos y tejidos de los centros de salud y hospitales de la provincia de Albacete, a excepción de los análisis de sangre y orina.

    Lamas está en su puesto de trabajo a las 6,30 horas, con el fin de que a las 7 de la mañana ya esté listo, café incluido, para empezar a preparar todo. El objetivo no es otro que el de que sus compañeros se encuentren todo perfecto a las ocho en punto de la mañana. Formado por el Dr Íñiguez de Onzoño en los años ochenta, Lamas es uno de los pocos celadores “de autopsias” formado como tal, así como el más antiguo de Albacete y quizá el único que también domina el arte de la joyería.

    Celador de autopsias

    Precisamente, su amplia experiencia es la que le ha llevado a impartir un curso sobre seguridad en el traslado de cadáveres y manejo de pacientes para la Fundación Biotyc, donde ha hecho hincapié en la protección, desde doble guante y doble mascarilla a calzas y gorro. Y es que quienes trasladan los cuerpos hasta la zona donde los recoge la funeraria o hasta la zona de autopsias clínicas, es el celador, muy expuesto en el caso de enfermedades tan contagiosas como el coronavirus COVID-19.

    Por la mañana entre cadáveres y muestras y por la tarde en su taller de joyería, este celador es un hombre tranquilo al que le gusta el trabajo bien hecho, ya sea en el ámbito sanitario o en el de la orfebrería.

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