
Los celadores, trabajadores imprescindibles en cualquier sistema sanitario, como el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), trabajan en un limbo sin legislar desde los años setenta, ya que ni se consideran personal sanitario ni de riesgo, aunque se hayan dejado la vida durante la pandemia.
El 82% de los celadores quiere que se le considere personal sanitario
Según una encuesta realizada por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) a más de 3.800 celadores en toda España, el 82% quiere que se le considere personal sanitario, mientras que el 77% abogó por una formación específica que mejorase sus funciones y competencias.
Resulta contradictorio que no se considere sanitario al colectivo de celadores, máxime si se tiene en cuenta que ha sido uno de los primeros en enfrentarse a la recepción de pacientes COVID sin ser considerados personal de riesgo por parte de la Administración.
Con motivo de la celebración de las XXIII Jornadas Nacionales de Celadores y Responsables de Celadores, que se llevarán a cabo del 15 al 17 de mayo de 2024 en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, CSIF reclama mejoras significativas en el reconocimiento y formación de estos profesionales.
El primer eslabón
La vicepresidenta de CSIF Sanidad Castilla-La Mancha y secretaria de Acción Sindical, Marisa García, resalta que «es preciso que tanto el Ministerio de Sanidad como el propio Sescam reconozcan de una vez por todas el papel que desempeñan estos profesionales, que son el primer eslabón de la cadena sanitaria».
CSIF ha estado liderando la lucha por la reclasificación y revisión de competencias de los celadores ante el Ministerio de Sanidad, abogando por la emisión de un informe al Instituto Nacional de las Cualificaciones (INCUAL) para dotarles de una competencia de Nivel 2. Esto permitiría la creación de un Módulo de Grado Medio de Formación Profesional dentro de la Familia Profesional Sanitaria, reconociendo así la importancia y la complejidad de su labor.
Funciones que datan de 1971
Entre las principales demandas del colectivo se encuentra la actualización de las funciones de los celadores, las cuales datan del año 1971 y se consideran desfasadas, obsoletas y sexistas. Además, se solicita una mejora en la evaluación de los puestos de trabajo, especialmente en lo relacionado con la prevención de lesiones músculo-esqueléticas, así como un mejor reparto de incentivos y complementos que reconozcan la penosidad de su categoría.
Las XXIII Jornadas Nacionales de Celadores y Responsables de Celadores prometen ser un espacio de reflexión y acción, donde los profesionales del sector podrán unirse para fortalecer su profesión y conectar con colegas de todo el país. CSIF Castilla-La Mancha colabora en este importante evento, reafirmando su compromiso con la mejora de las condiciones laborales y el reconocimiento de los celadores en el sistema de salud.