
El dentista Manuel Martínez propone el Chinar, en Bonete, para retomar las rutas senderistas por la provincia de Albacete
Salimos a las 2.30 de un día radiante, impecable, apacible, buen sol y nada de aire. Los ánimos están encendidos pues llevamos casi dos meses sin poder salir del término municipal y ya necesitamos hacer algo diferente, así que pensamos subir algo de desnivel que ya está bien de llanos. Nos dirigimos a Bonete para subir al monte Chinar. En el recuerdo todavía la subida del 2014; aquella vez Terto y yo, pero hoy el bardo no puede venir por asuntos de trabajo y me acompañan María Dolores y Cesi. Nuestro plan es algo más ambicioso que la otra vez porque saldremos del mismo pueblo. El ánimo y predisposición del sector femenino hace que no ahorremos ni un solo sendero.
Nos sorprenden los almendros en flor
Pasamos a Bonete y nos dirigimos a la carretera de Montealegre, donde buscamos un sitio adecuado para cambiarnos el calzado, preferiblemente que tenga algo para sentarse y si es un banco, mejor. Encontramos una especie de lavadero cubierto de estilo futurista, con una fuente que advierte que el agua no es potable, posiblemente por no estar clorada, pero que sin duda refrescará a más de un caminante.
Comenzamos la andadura y lo primero que nos llama la atención es la ingente cantidad de conejos que corren de un lado a otro a nuestro paso; el terreno es muy propicio para ellos ya que está lleno de cuevas en toda la ladera, aprovechando las grandes losas que hay entre cada estrato; me imagino que servirían hace años para el cultivo del champiñón o algo parecido.
Salimos por el paraje Fuente Somera y atravesamos la Vereda Real de Andalucía, muy desdibujada, y luego zonas de baldío y pinares de repoblación y así llegamos a la Hoya de la Torre donde ya se ve algún campo con árboles, fundamentalmente almendros que comienzan a florecer; aprovechamos una paradita para hacer una foto de un viejo almendro cuajado de flor rosada con la montaña al fondo.
Tras un pequeño tramo de camino y después por campo a través hacemos la última aproximación y comienzo de la verdadera ascensión. Comenzamos poco a poco y con paradas intercaladas y con las dos andarinas de manga corta pues la tarde no parece del mes de febrero. De pronto nos sale un ave de unas piedras; es un águila de un color muy oscuro que volveremos a ver después.


Divisamos ya bastante cerca el punto geodésico en lo alto y tenemos que salvar el último desnivel subiendo por un farallón rocoso que da más emoción a la aventura. Ya arriba nos regocijamos de haber sido capaces de lograr nuestra meta y nos dejamos llevar contemplando las increíbles vistas que desde aquí se contemplan; el día es claro y se ve hasta muy lejos, hacia el oeste toda la sierra de Alcaráz-Segura, ya más cerca el Carche de Jumilla al sur, y más cerca todavía a nuestro alrededor, el Arabí de Yecla, el Madroño de Ontur, el Mont Pichel del Villar, toda la sierra de Hoya Gonzalo e Higueruela con la mayor altura de ésta zona, el Molatón o Mojinete al norte, y las sierras de alrededor de Alpera, con el Bosque y su cueva de la vieja, Meca con su ciudad ibérica y el impresionante Mugrón al este.

Reponemos fuerzas con unas pastas con cabello de ángel y un té con sabor a frutas rojas. Llevamos ya dos horas y cuarto y hay que volver antes de que anochezca, que hoy pensamos que será a eso de las siete, así que ni cortos ni perezosos nos tiramos para abajo por el roquedo que nos mantenía en alto y no fiándonos mucho lanzamos una pequeña cuerda tan solo para que nos dé cierta seguridad, pero no tenemos que usarla; vamos haciendo zigzag y sin darnos cuenta ya estamos otra vez en la zona de almendros y volviendo a maravillarnos de la calma chicha que domina el ambiente recorremos el último tramo hasta llegar al coche por en medio de los bancales.
Consultamos al nene cambiándonos las botas y hemos hecho 9,2 kilómetros, 369 metros de desnivel acumulado y 4 horas en total contando el tiempo parados.
El fin de fiesta lo hacemos en el pueblo en el bar entre sonrisas, una cañita y unas tapas excelentes a un precio muy correcto.