• Cinco “haches” para conquistar al paciente

    hh

    Fernando Botella, profesor, mentor, conferenciante, consultor y escritor.

    ¿Cómo hay que dar las malas noticias? ¿Cómo se debe manejar una conversación con el paciente para que cambie de hábitos? ¿Qué es la empatía? Las respuestas las tiene Fernando Botella, un biólogo reconvertido, un experto en motivación y liderazgo. El autor del libro “El factor H” -Humanidad, Humildad, Humor, Habilidades y Herramientas- está convencido de que sus cinco ingredientes revolucionarían la sanidad. 

    Para Botella, liderazgo es lo que hace que las cosas pasen. Un líder es consciente de sus capacidades y de sus límites y maneja con maestría las relaciones con los demás. Así lo puso de manifiesto en su última visita a Albacete, invitado por la Escuela de Negocios de la Confederación de Empresarios (Feda). Aquí defendió que hay que convertir las planificaciones en hechos, que la Humildad es la H que sostiene al resto y que, por tanto, en el caso de la sanidad, sus profesionales tienen que escuchar, empatizar con el paciente, ponerse en su lugar para reorientarlo.

    Botella dice en su blog que su máxima aspiración es que lo recuerden como una buena persona. De momento, este profesor, mentor, conferenciante, consultor y escritor da las herramientas para cualquiera, ya sea un médico, un enfermero, un profesor o un empresario alcance sus metas con humanidad, humildad, humor, habilidades y herramientas.

    h

    Y es que, en el caso del médico o del enfermero, las haches de Botella cobran fuerza porque su día a día requiere liderazgo, pero no entendido como el que manda de forma autoritaria, al revés, el que escucha y maneja la conversación. En su entrevista con Diario Sanitario, Botella subraya que si bien la primera H, la humildad, sostiene a todas, la tercera, el humor, debe ser la disposición mental con la que te enfrentes a todo. Las habilidades y herramientas te las da él y la humanidad habla por sí sola.

    Todas las habilidades son pocas para dar una mala noticia, para conseguir que el paciente no se rinda, para convencerlo y motivarlo con el fin de que cambie de hábitos, para influir y, en definitiva, gestionar a su equipo, ya se trate de compañeros de trabajo o de pacientes.