Los tres mandamientos para ‘comer mejor’

Más por aquí, cambios por allá y menos de lo de siempre para ‘comer mejor’. Ni dietas que maten de hambre ni sacrificios insostenibles en el tiempo. Más frutas y hortalizas, legumbres, frutos secos y vida activa y social. Cambiar al agua del grifo, a los alimentos integrales, al aceite de oliva virgen y los productos de temporada. Reducir sal, azúcar, carnes rojas y procesadas y alimentos ultraprocesados. Así lo ha puesto de manifiesto en una charla en el Centro de Interpretación del Agua de Albacete el especialista en Endocrinología y Nutrición Francisco Botella. En esta ocasión ha hecho hincapié en cómo ‘comer mejor’ y cuidar el planeta.

Más productos frescos de temporada y menos sal y azúcar, todo ello, con agua del grifo

El Dr Botella lo volvía a hacer esta semana. Llenaba un auditorio que enmudecía ante sus lecciones de sentido común aderezadas con evidencia científica. Regresaba a las charlas organizadas por el enfermero Virgilio Cencerrado, de la mano del Ayuntamiento de Albacete, para dejar ese poso que, de boca a boca, acabe haciendo una montaña.

Pero advertía este endocrino que ‘comer mejor’, si no va acompañado de cierta lógica, puede tener un efecto rebote. Si paras en aquella área de servicio de siempre y te compras un vaso de plástico lleno de fruta pelada, estás merendando sano, también caro, porque te cobran 2,80 euros, pero estás contribuyendo a que en 2050 haya más plásticos que peces en el mar.

Camino de un mundo con más sequía, contaminación, nuevas infecciones y un sol más peligroso, Botella apuesta por la coherencia. Su charla, apoyada de estudios e informes, como el movimiento EAT-Lancet, advierte que el Planeta nos devuelve el maltrato al que lo sometemos con enfermedad, pero también da consejos sencillos para que cada persona contribuya al cambio en su día a día. Si un kilo de carne de vaca necesita 63 kilos de pienso, la clave está en que su consumo sea esporádico, apostando en su lugar por el pollo, una carne más sana y menos agresiva con el medio ambiente.

Una lección de sentido común

Botella volvía a hacer un alegato en defensa de las legumbres, advirtiendo que la excusa de los gases no es tal porque todo se resume a saber cocinarlas. ‘Comer mejor’ es tan fácil para este médico como ir caminando a comprar, a las tiendas del barrio, con tu bolsa reutilizable, que llenarás de productos frescos de temporada que cocinarás en tu olla a presión. Y todo lo regarás con agua del grifo, la que aporta el calcio que necesitan tus huesos y músculos.

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Tributo a la patata

A preguntas de su auditorio, el Dr Botella defendía a la patata de “la mala prensa”. Y es que 100 gramos de patata cocida tienen tres veces menos calorías que su equivalente en pan, que, además, “acabas mojando”.

Tiene pocas proteínas y muchos carbohidratos. Además, con la piel, mantiene vitaminas. Sin olvidar que la patata es un cultivo muy agradecido. Recordaba este endocrino en su charla que Federico de Prusia quería fomentar el consumo de patatas. Y lo consiguió sembrándolas en el huerto real y custodiándolas por sus guardias para otorgarles ese valor que el pueblo no les daba. En España, empezó siendo una planta ornamental y hoy es el ingrediente principal de su plato estrella.

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