• Cómo recuperar el olfato, el gran olvidado

    El Autor

    Elena Sotos Piqueras

    Logopeda de Asociación de Párkinson- CIRENC, de La Roda

    Se podría decir que el olfato ha sido el sentido más olvidado hasta la llegada del COVID-19. Tras la llegada de este, dicho sentido toma mayor participación, debido a ser uno de los síntomas y principales secuelas del COVID-19. Recuperándose en algunos casos de forma espontánea tras varias semanas o en otros casos persistiendo durante varios meses.

    Elena Sotos, logopeda de Asociación de Párkinson de La Roda explica cómo recuperar el olfato con cuatro olores durante doce semanas.

    Doce semanas y cuatro olores diferentes

    Para ello habría que realizar una valoración del umbral olfativo, además de un test de identificación de olores, que permita valorar y cuantificar la alteración más objetivamente. La rehabilitación olfatoria nos ayudará a regenerar las células neurosensoriales y recuperar dicho sentido de manera más rápida.

    En estos casos, estudios recientes señalan mejorías tras someterse a la estimulación cerebral profunda (ECP), aunque también los hay realizando un entrenamiento olfativo por vía nasal, al alcance de todos y menos invasivo.

    Dichos pacientes se someterán dos veces al día durante 12 semanas a cuatro olores diferentes (menta, floral, canela y cítricos), en el que no influye la edad ni estadios de la enfermedad.

    Aunque debemos recordar que la hiposmia o pérdida de olfato no solo es de síntoma de dicha enfermedad, sino también de enfermedades neurodegenerativas como párkinson o alzhéimer, en ambas, existe una pérdida precoz de dicho sentido.

    Elena Sotos, logopeda de Asociación de Párkinson de La Roda explica cómo recuperar el olfato con cuatro olores durante doce semanas.

    Dicho síntoma aparece décadas antes de otros síntomas, es la manifestación no motora más frecuente, siendo éste bilateral y no variando entre los estados “on” – “off”, en el caso de la Enfermedad de Párkinson. Por lo que, podría predecir y facilitar dicho diagnóstico en la que muchas veces pasa desapercibido. La prevalencia de dicha alteración podría ser entre el 70-100% de las personas que padecen la Enfermedad de Párkinson.

    Se ha de tener en cuenta las consecuencias, ya que el deterioro en éste, puede producir alteraciones del gusto, lo que conllevaría a tener consecuencias negativas a nivel nutricional e incluso al aislamiento social. Además, de mayor riesgo de sufrir accidentes domésticos como la incapacidad de identificación de algo quemado, gas, comida en mal estado…

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