• ¿No te concentras después del coronavirus?

    El Autor

    Gracia Valiente

    Neuropsicóloga de la Asociación de Párkinson de Cuenca

    En nuestra asociación y como especialistas en neuropsicología, todos los días vemos o hablamos con usuarios y familiares, que, tras superar el coronavirus, nos comentan que su “cabeza” ha cambiado, no funciona exactamente igual que antes. Ahora les cuesta mucho más concentrarse en leer un libro o el periódico, comienzan y la atención se les dispersa e incluso no recuerdan qué han leído al instante de acabarlo, el “efecto de la punta de la lengua” es más frecuente, olvidan el nombre de algunas personas u objetos con más facilidad, se olvidan de recados, de cosas que les acaban de decir, no ser capaces de planificar un viaje u organizar una ruta…

    concentración coronavirus

    El virus afecta al buen funcionamiento del sistema nervioso central

    Podríamos pensar que estas alteraciones son comunes y frecuentes cuando los años van pasando y, efectivamente, así es, ninguna persona nos vamos a librar de ellas, en mayor o en menor medida pero ahora hay una diferencia subjetiva y cuantitativa entre la situación cognitiva antes de sufrir COVID y después de haberlo superado, además estas quejas no solo aparecen en personas más mayores, sino también en adultos y adultos jóvenes.

    Al fin y al cabo, el virus afecta al buen funcionamiento del sistema nervioso central (SNC) y eso implica a la médula espinal y al cerebro, lugar donde se crean esos problemas neurocognitivos y aunque aún no está claro si son reversibles o no, no hay que perder el tiempo y empezar a trabajar con ellos pronto.

    Por otro lado, es importante destacar el cambio tan grande que se ha producido en la rutina diaria de las personas mayores de 70 años y/o con enfermedades neurodegenerativas desde el inicio de la pandemia. El confinamiento ha marcado para todos un antes y un después en nuestras vidas, tener que cancelar nuestras salidas diarias rutinarias (comprar el pan, tomar café, pasear…), no poder realizar las sesiones de rehabilitación física y cognitiva en asociaciones o centros especializados, cancelar y demorar citas médicas, reducir al mínimo el contacto con familiares y amigos, evitar abrazos y besos, etc. Nos ha cambiado la manera de vivir la vida, de pensarla e interpretarla, ahora la miramos desde el miedo y la incertidumbre provocada por esta situación mundial y tan prolongada.

    Todos estos cambios afectan a nuestra sociabilidad, (aumentan los niveles de aislamiento social), surgen y se empeoran los síntomas depresivos, aparece la ansiedad, el estrés… los cuales afectan directamente en nuestro funcionamiento cognitivo, aunque no hayamos pasado el coronavirus. 

    Recomendaciones

    Las recomendaciones que damos a todos nuestros pacientes no son complicadas de seguir y muchas las conocemos y hemos oído desde hace tiempo pero requieren de esfuerzo y compromiso por su parte, algunas de ellas son:

    • Mantener unos hábitos de vida saludables: alimentación sana y equilibrada, buen descanso y ejercicio regular.
    • Cuanto antes se reconozcan y se hablen de estas posibles consecuencias cognitivas, antes se podrá empezar una intervención para mejorarlas.
    • En el caso de no querer acercarse a una asociación o centro, buscar actividades cognitivas para realizar en el domicilio: sopas de letras, sudokus, crucigramas, cuadernillos de ejercicios (adquiridos en librerías o descargados desde internet, hay muchos gratuitos), etc.
    • Si está interesado en acercarse a una asociación o incluso ya acude a una de ellas, tendrá varias opciones de intervención: de manera presencial (en la sede o en el domicilio), en formato virtual (vídeollamadas grupales o individuales) o mediante el envío de material individualizado atendiendo a los puntos débiles que cada persona debe reforzar.
    • No desconectar de nuestra red social mediante el uso de la tecnología: llamadas telefónicas, vídeollamadas, whatsapp, etc. Aunque tampoco nos podemos olvidar de los métodos tradicionales: escribir cartas, hablar con los vecinos por la ventana, etc.

    Cambios emocionales

    Por supuesto, no hay que olvidar ni dejar de lado los cambios emocionales que se están produciendo. ¿Qué podemos hacer para controlarlos o mejorarlos?

    • Aceptar las emociones que nos inunden o nos surjan sin aparente causa: tristeza, miedo, incertidumbre, ansiedad, estrés, etc. Son normales en estos momentos tan extraños que vivimos, no debemos pelearnos con ellas, solo entenderlas, aceptarlas e intentar trabajarlas o gestionarlas de la mejor manera posible.
    • Permitirnos tener momentos de bajón y de estar mal: normalizar que hay días buenos y días menos buenos.
    • Evitar pensamientos irracionales: intentar sacar lo positivo de las situaciones, pensar y experimentar el mayor número de emociones agradables que podamos, ser realistas (esto también implica leer noticias de fuentes fiables, evitar bulos, etc.), recordar momentos felices que hemos vivido y mantener las esperanzas en que tarde o temprano podremos volver a vivirlos, intentar no bloquearnos con obsesiones, etc.

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