• La ‘Conexión Burkina’ salva más de 90 vidas

    Polin y Fatimata, dos burkinesas de 41 y 44 años, ya están en el Hospital Quirónsalud de Albacete a la espera de que las manos del Dr Gonzalo Aldámiz, cirujano cardiovascular, les den una nueva oportunidad. Son dos pacientes de la ‘Conexión Burkina’, la alianza de voluntarios que hace 17 años tendió un puente entre Burkina Faso y Albacete, que hoy sigue en pie. El objetivo no es otro que salvar a pacientes africanos condenados por una cardiopatía. Hasta el momento, 92 personas ya disfrutan de una segunda vida.

    Polin y Fatimata y son dos nuevas pacientes de la 'Conexión Burkina', un puente entre África y Albacete que salva vidas.
    En la imagen, Marta Marañón y el Dr Gonzalo Aldámiz con las dos pacientes después de la rueda de prensa celebrada en el Hospital Quirónsalud Albacete.

    Desde 2006, todo un entramado de buena voluntad logra que pacientes de Burkina Faso se operen de corazón en Albacete

    Las próximas cirugías serán para las burkinesas Polin y Fatimata

    Todo comenzó en el año 2006. La Diócesis de Albacete trajo a un seminarista de Burkina Faso para que completara sus estudios en la provincia. Sin embargo, una cardiopatía congénita lo llevó a Urgencias con apenas 19 años. A partir de ahí, la sanidad pública se encargó de todo, ya que tiene un convenio con Quirónsalud para las cirugías de corazón. La intervención que necesitaba el paciente tuvo lugar en la entonces Clínica Recoletas a través del Sescam, con el doctor Gonzalo Aldámiz Echevarría como cirujano.

    Todo salió bien, pero los problemas llegaron cuando Simón tuvo que regresar a su país. El doctor Aldámiz quería estar al tanto de la evolución de su paciente, por lo que era imprescindible encontrar un cardiólogo que llevara a cabo las revisiones. Contactó con un médico de Burkina, sin embargo, hablar con él en lugar de tranquilizarlo lo preocupó más.

    Poco a poco, todo fue cuadrando. En aquellos tiempos, el doctor Aldámiz tuvo noticia de una organización recién creada, la Fundación Recover, que se prestó a colaborar tanto para formar a los médicos burkineses como para traer pacientes hasta el hospital albaceteño.

    Polin y Fatimata y son dos nuevas pacientes de la 'Conexión Burkina', un puente entre África y Albacete que salva vidas.
    De izquierda a derecha, Santiago Villanueva, gerente de Quirónsalud en Albacete; Conchi Tomás, voluntaria y traductora; las pacientes Polin y Fatimata, la responsable de la Fundación Recover, Marta Marañón, y José Alarcón, otro voluntario fundamental en la ‘Conexión Burkina’.

    Los pacientes se operan en Quirónsalud y se recuperan en el Cotolengo

    Con el hospital privado dispuesto y un médico voluntario, el Dr Gonzalo Aldámiz, faltaba ver cómo pagar los billetes; de dónde sacar los colaboradores que hicieran las noches y, lo más complicado, encontrar el lugar adecuado para la recuperación.

    Desde entonces, nunca han faltado manos. La Institución Sagrado Corazón, conocida como El Cotolengo, asume la recuperación e incluso hay voluntarios que acompañan a los pacientes durante el ingreso.

    Mientras tanto, el doctor Aldámiz mantiene el contacto desde Albacete con los médicos de Burkina Faso y viaja tanto para contrastar el diagnóstico de los futuros pacientes como para comprobar cómo están los ya operados.

    De hecho, Polin y Fatimata eran candidatas a la operación desde febrero de 2020, la última vez que el Dr Aldámiz viajó a Burkina Faso. La pandemia ha sido el único freno a su llegada a Albacete, que hoy celebraba todo el equipo reuniendo a los medios de comunicación en el Hospital Quirónsalud Albacete.

    “Esto es el resultado del esfuerzo de mucha gente”, ha reconocido Aldámiz, patrono y voluntario de la Fundación Recover, además de jefe de Cirugía Cardiovascular tanto en Albacete como en la Fundación Jiménez Díaz, en Madrid.

    Desde 2006, 178 pacientes de 13 países africanos se han operado, de la mano de la Fundación Recover, en siete hospitales de Quirónsalud. Albacete ha asumido a 92 de estos pacientes, 87 de Burkina Faso y 5 de Camerún. La mayoría son enfermos con poca esperanza y calidad de vida debido a cardiopatías, bien congénitas o consecuencia de fiebres reumáticas. En un país donde apenas hay recursos sanitarios y los pocos que se encuentran son de pago, no hay salida para estos pacientes, de ahí la importancia de la ‘Conexión Burkina’.

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