
Juan Navarro Moya ha salido de la UCI en la séptima ola del COVID. Y es que tan cierto es que la pandemia no ha terminado como que sigue teniendo sus héroes y supervivientes. Con cuatro vacunas, al ser un paciente inmunodeprimido, Juan no generaba anticuerpos, por lo que sabía que su situación era complicada. Lo que no pensaba es que iba a acabar en la UCI con COVID, gripe A y la bacteria E. coli.
Juan Navarro asegura que ha sobrevivido gracias a la humanidad y profesionalidad de la UCI de Albacete
Natural del pueblo albaceteño de Casas Ibáñez, Juan Navarro ha tenido todo el cuidado el mundo frente al COVID, pero no ha sido suficiente. Y es que, trasplantado de riñón, un cáncer de próstata daba al traste con todo. Su injerto no pudo con la radioterapia, por lo que finalmente perdió el riñón. Pero superó el cáncer y afrontó regresar a diálisis para que una máquina supla las funciones que ya no hacen sus malogrados riñones. Sin embargo, terminado el proceso, la pandemia seguía ahí.
Al ser un paciente de alto riesgo, había recibido cuatro dosis de la vacuna frente al COVID. Pero, en su caso, apenas hubo efecto. No generaba anticuerpos. Por eso, consciente de la situación, tuvo cuidado, pero el 9 de mayo empezó a encontrarse mal. Se hizo un test de farmacia en su casa y dio positivo. Informó a su centro de salud, pero le aconsejaron que llamara a las 48 horas y se vigilara mientras tanto. Al día siguiente, se encontraba tan mal que llamó al 112. La UVI móvil le puso oxígeno y lo trasladó hasta Albacete.
Juan Navarro no llegó a ingresar en planta. Pasó directamente a la UCI. Ahí vieron que, además de la neumonía provocada por el coronavirus, se enfrentaba a la gripe A y a una infección por E. coli. Tenía la famosa flurona, combinación de COVID y gripe, inusual en condiciones normales, pero más en primavera.
Con 57 años, el diagnóstico de Juan Navarro no daba muchas esperanzas porque, según le comentaron después, llegó muy mal. Al final, fueron seis días en la UCI y 7 en planta. En unos días de lucha titánica para no intubarlo, está convencido de que sobrevivió porque la Dra Ángela Prado Mira se empeñó. Es más, cree que hoy es un superviviente de la séptima ola porque en la UCI invirtieron en él tanto conocimientos médicos y enfermeros como humanidad.
«Soy optimista. Disfruto cada segundo. No sé qué pasará mañana»
«Decidieron bajarme los inmunosupresores para que mi cuerpo se defendiera. Y acertaron. Al final, lo logré sin que me intubaran». Superados COVID, gripe A y E. coli, Juan Navarro se conecta por las noches, en su casa, a la máquina de diálisis peritoneal. Es un paciente con insuficiencia renal, pero también un superviviente. «Soy optimista. Disfruto cada segundo. No sé qué pasará mañana».