• ¿Qué criterios se fijan para seguir el post-COVID?

    Por su utilidad para los especialistas clínicos, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recuerda la publicación del Documento de Consenso de Seguimiento post-COVID-19. Tiene recomendaciones para el seguimiento clínico tras haber superado la fase aguda de esta enfermedad, en función de la gravedad de la misma y de la probabilidad de desarrollar secuelas a corto, medio y largo plazo.

    criterios post-COVID

    El objetivo es monitorizar las secuelas respiratorias

    Este consenso tiene un doble objetivo: por un lado, conseguir que los pacientes reciban un seguimiento clínico oportuno y, por otro, evitar la sobrecarga de trabajo en el sistema sanitario que representaría la realización de consultas y exploraciones innecesarias. El Documento de Consenso se ha publicado en la revista Open Respiratory Archives.  

    Desde que se diagnosticó el primer caso de infección por SARS-CoV-2 en España, el 31 de enero de 2020, ha habido un elevado número de pacientes que la han sufrido. El 20% ha requerido ingreso hospitalario, en la mayoría de los casos debido a que la COVID-19 cursó con neumonía.

    Una vez superado el episodio agudo, muchos de estos pacientes pueden desarrollar diversas secuelas respiratorias, especialmente si la neumonía ha sido grave. Para monitorizar estos casos, se han estado llevando a cabo numerosas visitas de control post-COVID-19, sin que se haya establecido un protocolo de seguimiento clínico sobre las pruebas complementarias que se deben realizar y con qué frecuencia.

    “Los profesionales de la medicina respiratoria nos vimos en la necesidad de planificar el seguimiento ambulatorio de los pacientes que han sobrevivido a la infección”. Es importante porque “el pulmón ha sido el principal órgano afectado”. “Como ha pasado en epidemias causadas por otros coronavirus como el SARS-CoV y el MERS-CoV, los supervivientes de neumonía por SARS-CoV-2 pueden desarrollar secuelas pulmonares y, por tanto, es probable que un elevado número de pacientes requieran un seguimiento especializado por parte de los neumólogos”. Así lo explica David de la Rosa Carrillo, neumólogo y coautor del Documento. Es también coordinador del Área de Infecciones Respiratorias y Tuberculosis de Separ.

    Identificar complicaciones

    Este documento de consenso de seguimiento post-Covid-19 pretende ayudar al profesional clínico a identificar las posibles complicaciones respiratorias que pueden aparecer durante los meses posteriores al cuadro agudo de la enfermedad. “Y a poner orden y a protocolizar su seguimiento y las pruebas complementarias que necesitan los pacientes, puesto que se han venido realizando sin que existiera este protocolo”, según Oriol Sibila, neumólogo, primer firmante del Documento de Consenso y miembro de Separ.

    Cuadros clínicos

    El Consenso establece una clasificación de los distintos cuadros clínicos con los que puede cursar el Covid-19, que van desde la infección de las vías respiratorias altas, a la neumonía y otras complicaciones.

    Los pacientes con una infección respiratoria de vías altas son aquellos que tienen síntomas respiratorios, pero en los que no hay evidencia de una afectación de los pulmones en forma de neumonía evidenciada por clínica y radiología.

    Los pacientes con neumonía son aquellos casos con evidencia clínico-radiológica de afectación pulmonar en forma de neumonía que puede ser leve, moderada o grave.

    Además, puede haber otros pacientes con otras complicaciones pulmonares, independientemente de la gravedad de la neumonía, que incluyen el tromboembolismo pulmonar (TEP) o infiltrados intersticiales pulmonares.

    Cómo seguir cada caso

    El documento de consenso establece el seguimiento que debe realizarse en cada una de las tres situaciones expuestas. En los pacientes con afectación de vías respiratorias altas se recomienda el seguimiento en Atención Primaria, con una visita, que se sugiere telemática, a los 2-3 meses del cuadro agudo.

    Si los pacientes persisten con síntomas respiratorios, como tos crónica, dolor torácico, disnea grados 3 y 4 de la mMRC, necesitarán una consulta médica presencial, y se recomienda la realización de una radiografía de tórax y una espirometría para descartar alteraciones pulmonares o de la vía aérea.

    En caso de detectarse alteraciones, se debe consultar o derivar al neumólogo del centro de salud o centro hospitalario de referencia.

    Neumonía leve

    En los pacientes con neumonía leve-moderada se recomienda una visita (telemática o presencial) con una radiografía de tórax a los 2-3 meses tras el alta.

    Si no se aprecian alteraciones y el paciente no tiene síntomas se debe realizar una espirometría simple en los siguientes 3-6 meses para detectar alteraciones asintomáticas o no visibles en la radiografía.

    Si es normal, se procederá al alta y, si se detectan alteraciones, se valorará el seguimiento en la consulta post-Covid-19, donde se efectuarán al paciente distintas pruebas de función pulmonar.

    La frecuencia de seguimiento en la consulta post Covid-19 y el tipo de exploraciones complementarias que se harán dependerán de los hallazgos encontrados. En general, se recomiendan visitas de control cada 3-6 meses en función de la gravedad.

    En los pacientes con persistencia de síntomas, alteraciones espirométricas graves o lesiones radiológicas graves o que no se han resuelto se recomiendan visitas cada 3 meses, y para el resto de los pacientes cada 6 meses.

    Neumonía grave

    En los casos de neumonía grave, se debe programar una visita al mes del alta, que puede ser telemática (telefónica o videoconferencia). Debe incluir cuestionario de síntomas, pruebas de imagen y valoración del tratamiento. Si hay persistencia o deterioro de los síntomas o de las imágenes radiológicas, se debe derivar al paciente a una visita presencial preferente, siguiendo los circuitos predeterminados para evitar un posible riesgo de transmisión de la infección.

    Y a los 2-3 meses del alta, se debe realizar un visita presencial o telemática, que incluya una analítica sanguínea (hemograma y marcadores inflamatorios), pruebas de la función pulmonar y pruebas de imagen.

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