
El dolor crónico afecta a la calidad de vida de los pacientes reumáticos. Y ello puede derivar en ansiedad y depresión. Integrar la salud mental en los tratamientos es clave para mejorar el bienestar de quienes enfrentan esta doble carga. Así lo refleja un nuevo informe que acaba de presentar la Liga Reumatológica Española (LIRE).

Según el informe, el 26 % de los pacientes reumáticos con dolores crónicos afirma sentirse ansioso o deprimido, evidenciando la necesidad de integrar la salud mental en los tratamientos.
El objetivo de este enfoque es reducir la incidencia del malestar físico en el malestar emocional, y así mejorar significativamente la calidad de vida.
Las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas, que abarcan más de 200 dolencias, son una de las principales causas de dolor crónico en España. Y el mismo tiene un impacto devastador en la salud mental de los pacientes.
Así, el objetivo principal de este proyecto ha sido analizar la relación bidireccional entre el dolor crónico y los trastornos de salud mental. Este esfuerzo busca sensibilizar a la sociedad, los profesionales sanitarios y las instituciones sobre la necesidad de considerar la salud mental como un componente esencial en el tratamiento de enfermedades reumáticas.
Para ello se realizó una revisión científica de la literatura existente sobre la conexión entre el dolor crónico y la salud mental.
Además, se llevó a cabo un grupo de discusión con pacientes reumáticos para recoger sus experiencias y propuestas.
Hallazgos principales
Relación bidireccional. El dolor crónico y las alteraciones de la salud mental, como la depresión y la ansiedad, se retroalimentan, formando un círculo vicioso. El sufrimiento emocional puede intensificar la inflamación y los síntomas físicos, mientras que el dolor empeora los problemas mentales.
Impacto en la calidad de vida. Los pacientes con enfermedades reumáticas describen cómo el dolor limita sus actividades diarias y afecta sus relaciones personales, generando frustración, aislamiento y desesperanza.
Falta de atención integral. Existe una carencia de concienciación en el sistema sanitario sobre la importancia de abordar la salud mental en pacientes con dolor crónico. Además, el estigma asociado dificulta que los pacientes busquen ayuda.
Propuestas de mejora
- Concienciación. Es crucial aumentar la sensibilización sobre la importancia de la salud mental en el manejo del dolor crónico.
- Apoyo multidisciplinar. Implementar un enfoque que integre el tratamiento del dolor con la atención psicológica.
- Educación y formación. Incluir la relación entre el dolor y la salud mental en programas docentes y protocolos clínicos.
- Acceso a especialistas. Promover la formación de psicólogos especializados en dolor y facilitar su colaboración con asociaciones de pacientes.
- Redes de apoyo. Refuerzo de las redes de apoyo para reducir el aislamiento de los pacientes.