• Del manicomio a la salud mental

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    En la actualidad, el enfermo mental es un paciente más.

    La Unidad de Media Estancia, la UME, ha cumplido diez años, pero antes sus pacientes ingresaban en Las Tiesas y, no hace tanto, el enfermo mental, en lugar de reinsertarse en la sociedad con su tratamiento, acababa condenado y confinado a los manicomios. El paso del tiempo ha traído una revolución, de las camisas de fuerza a los psiquiátricos y, finalmente, a la salud mental. 

    El Hospital Psiquiátrico Virgen de la Purificación (Las Tiesas) se empezó a proyectar en el año 1968. El grandioso complejo asistencial, uno de los mejores y más avanzados de Europa, se levantaría en la finca legada por Doña Purificación Urrea y Pérez Ontiveros. El proyecto arrancó con un presupuesto de 125 millones de pesetas, cuando, para hacerse una idea, un periódico se vendía por cuatro pesetas.

    El objetivo era que los enfermos no fuesen una carga para sus familias, al tiempo que se pretendía construir un psiquiátrico lo más alejado posible de la idea de manicomio.

    Así, sin camisas de fuerza, en 1974 se inauguró un Hospital que se proyectó como si se tratara de un pequeño pueblo, con el fin de que los enfermos pudiesen pasear por sus jardines e, incluso, ir de tiendas, a la peluquería o practicar deporte.

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    Imagen del edificio de Las Tiesas, del arquitecto Escario. Fotografía: Belda (archivo del Instituto de Estudios Albacetenses)

    El 30 de mayo de 1974, siendo alcalde de Albacete Ramón Bello Bañón, los entonces príncipes Doña Sofía y Don Juan Carlos inauguraban el Hospital Psiquiátrico Virgen de la Purificación, que llegó a atender a más de 300 personas.

    Pero hace una década se optó por trasladar a los enfermos para acercarlos a Albacete. La Unidad de Media Estancia, fruto de un convenio entre la Diputación y el Sescam, nacía, no exenta de polémica, el 15 de junio de 2006 y desde entonces ha ingresado a 203 pacientes, de los cuales, la mayoría, 178, han sido nuevos ingresos.

    Con motivo de este aniversario, los profesionales de la UME han celebrado una sesión clínica en la que han explicado su trabajo. Así, según contaba la psiquiatra Teresa Tolosa, “el perfil medio del paciente responde mayoritariamente a un hombre de 39 años con esquizofrenia”. No obstante, la UME atiende otros trastornos mentales como la bipolaridad o trastorno de personalidad, incluso algún caso de psicóticos por tóxicos.

    Luis Víctor Blas, director coordinador médico de la UME, puntualizaba que, una vez en el centro, el tiempo de ingreso varía según el paciente. Aunque la media se encuentra en 529 días, se han dado casos de ingresos voluntarios de sólo tres días e ingresos de hasta 10 años. Tras pasar por la UME, los pacientes son derivados a otros recursos como la Residencia Afaeps, viviendas tuteladas, geriátricos o las instalaciones de Asprona.

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    Equipo de profesionales de la UME.

    El trabajo actual tiende hacia una unidad más dinámica y así evitar demoras largas a los pendientes de ingreso. De hecho, el 50% de los actuales pacientes lleva menos de uno año en las dependencias de la UME. Un amplio espacio con más de 5.735 metros cuadrados construidos dentro de una parcela de más 42.000 metros. La UME cuenta con personal de psiquiatría, psicología, trabajo social, terapia ocupacional, enfermería, auxiliar de enfermería, administración, cocina, lencería y mantenimiento.

    Actualmente, 30 personas se encuentran ingresadas en la UME, 23 de las cuales son de nuevo ingreso

    Cabe señalar que, al abrir la UME, Las Tiesas se reconvirtió en centro de tratamiento para drogodependientes, en Betania, y así ha permanecido hasta su cierre, hace cinco meses, por falta de medios económicos. Las instalaciones, que dependen de la Diputación, están cerradas a cal y canto. Atrás queda el esplendor de aquel moderno edificio de los años setenta.