• Desfibriladores hasta en los hoteles

    Desfibriladores hasta en los hoteles

    Los recepcionistas del Hotel Los Llanos recibieron el curso hace más de un año, pero no se han dado las circunstancias para ponerlo en práctica.

    El Hotel Los Llanos de Albacete tiene un desfibrilador desde hace más de un año y todos sus recepcionistas saben utilizarlo. También han invertido en la seguridad de sus pacientes consultas como la del dentista Nicolás Belmonte. La presencia de desfibriladores en centros públicos está tomando fuerza ahora, pero hay quienes se concienciaron hace tiempo.

    Ahora se sube a este carro, el de salvar vidas, la Diputación Provincial, que acaba de aprobar la adquisición de desfibriladores para todos los municipios de la provincia, propuesta de Ganemos-IU que se ha aprobado por unanimidad.

    La Diputación ha calculado que el coste de cada uno de los equipos, junto con la formación del personal que se autorice a utilizarlos, rondará los 3.000 euros, una inversión fundamental, sobre todo en los pueblos pequeños, donde los recursos sanitarios tardan más en llegar.

    De todas formas, no se trata de aparatos que pueda coger cualquiera. Los interesados en sumarse a esta moda de salvar vidas deben saber que el hecho de tener un desfibrilador está regulado y que no puede utilizarlo cualquiera. Eso sí, no es necesario ser médico o enfermero, cuando se produce una parada cardíaca fuera de un centro sanitario, la intervención inmediata de personas no sanitarias, pero formadas en la práctica de maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP) y en la aplicación de desfibrilación precoz, es fundamental para mantener la “cadena de supervivencia”.

    La parada cardiorrespiratoria es una de las situaciones de emergencia sanitaria de mayor incidencia y que mayores riesgos vitales comporta. Las causas más frecuentes son, en el adulto y en el medio extrahospitalario, la fibrilación ventricular y la taquicardia ventricular sin pulso.

    Está demostrado científicamente que la desfibrilación eléctrica precoz -la que producen estos aparatos- es el método más efectivo para recuperar la vida, evitando o minimizando las secuelas. Se estima que por cada minuto que pasa sin aplicar esta medida disminuye la supervivencia un 10%; y que el empleo del desfibrilador en un plazo inferior a cinco minutos la aumenta, disminuyendo las secuelas.

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    Cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE)

    No obstante, las cifras hablan por sí solas. Más de 70.000 personas sufren cada año un infarto agudo de miocardio (IAM) en España, de las cuales, alrededor de 30.000 mueren por parada cardiorrespiratoria (PCR) antes de llegar al hospital, frecuencia 10 veces superior a la de los accidentes de tráfico. Sólo en la provincia de Albacete, el infarto mata a más de un centenar de personas cada año.