• “Después del cáncer voy a ser un médico diferente”

    El Dr Juan Solera ha leído el discurso que le da la entrada, con la Medalla nº2, a la Academia de Medicina de Castilla-La Mancha. Ha versado sobre el cáncer que ha estudiado y ha sufrido.

    Hemeroteca: enero de 2019

    El doctor Juan Solera Albero (Caudete, 1956) ha pasado de estudiar el cáncer de colon como médico, de hecho fue el tema de su tesis, a sufrirlo. Después de la cirugía y seis meses de quimioterapia, cuenta los días para regresar a su consulta de Atención Primaria. Y es que los pacientes se encontrarán con un médico “diferente”.

    Juan Solera, en una imagen de archivo, en su consulta.
    Juan Solera, en una imagen de archivo, en su consulta.

    Una prueba de sangre en heces dio la pista de un tumor tan avanzado que obstruía el intestino

    Con 61 años, fiel a las recomendaciones que hacía a sus pacientes y sin síntoma alguno, el doctor Solera se hizo la prueba de sangre oculta en heces, algo tan sencillo como tomar una muestra de sus deposiciones. Y, contra todo pronóstico, dio positivo.

    No pensó que se fuera a enfrentar a un cáncer. De hecho, estaba convencido de que la sangre se debía a alguna hemorroide. Sin embargo, la colonoscopia confirmó un tumor maligno tan avanzado que obstruía el intestino. En cuestión de días, un médico que nunca se había cogido una baja se vio en el quirófano, ingresado y sometido a ciclos de quimioterapia durante seis meses.

    El 9 de noviembre terminó la quimioterapia y el 24 de enero espera regresar a su consulta

    El 9 de noviembre terminó el tratamiento y el 24 de enero el doctor Solera cuenta con volver a trabajar como coordinador del centro de salud Zona 7 de Albacete y médico del centro de menores Albaidel. Y lo tiene muy claro: “Después del cáncer voy a ser un médico diferente”.

    Es un facultativo vocacional. Empezó a ejercer haciendo guardias gratuitas
    y ha sido médico rural durante décadas. No es precisamente un médico serio o distante, pero, después de verse al otro lado, Juan Solera confiesa que va a ser más comprensivo. Está deseando que su experiencia le sirva de ayuda para tratar a pacientes que se enfrenten a un cáncer.

    El problema, a juicio de Solera, no está en el aspecto físico de la enfermedad. En su caso, la quimioterapia ha sido dura pero llevadera. No se le ha caído el pelo ni ha tenido náuseas o dolores. Es más, físicamente, se ha encontrado y se encuentra bien. Pero su buen humor crónico ha tenido que afrontar el estigma que acompaña al cáncer, que no es otro que la muerte.



    “Los médicos quitamos el dolor,
    no el miedo”

    Lo que no se ve

    El mediano de seis hermanos, padre de tres hijas y abuelo de dos nietos ha tenido que afrontar la idea de no volver a verlos. Su profesión, que le apasiona; su familia; su afición, las motos… El doctor Solera cree que la Medicina puede solventar el aspecto físico del cáncer, pero ahora él también puede apoyar en un aspecto, en su opinión, olvidado, el psicológico. “Los médicos quitamos el dolor, no el miedo”, confesaba en esta entrevista.

    Solera dedicó cuatro años de su vida a una tesis sobre el cáncer de colon

    Cuesta asimilar que después de dedicar cuatro años de su vida a investigar el cáncer de colon, su prevención e incidencia en la provincia de Albacete, se haya encontrado con que él era uno de esos números y, para más inri, con un estado avanzado.

    Pero el Juan Solera que empezó en los años ochenta entre la consulta de Caudete y el Hospital de Yecla; el que coqueteó con la política y veló por la salud de Villapalacios, Salobre y Alcaraz, regresará a su consulta el 24 de enero como si empezara de nuevo. Y es que acaba de aprender la mejor de las lecciones, la que da la vida.

    Solera, en una imagen reciente, con el investigador Juan Carlos Izpisúa.
    Solera, en una imagen reciente, con el investigador Juan Carlos Izpisúa.

    Conservará viejas costumbres, como la de no mirar el reloj cuando esté con un paciente, pero pondrá en práctica la clase magistral que le ha dado el cáncer.

    Este médico caudetano se hizo cargo de la consulta de Rafael Yago, en Caudete, cuando era un veinteañero; hizo guardias sin cobrar en los inicios del Hospital de Yecla, con Jesús Martino, Juan Carlos Gómez o Roque Tébar; fue diputado nacional durante año y medio, bajo las siglas del PSOE y con Alfonso Guerra, Carmen Romero o Francisco Fernández Marugán de compañeros, pero es ahora cuando ha recibido la lección de su vida.

    El Autor

    Dolores Carcelén  Periodista

    Comentar

    Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

    *