• Somos la mitad de la tierra, queremos la mitad del cielo

    El Autor

    Milagros Ruiz-Roso Martín-Moyano

    Secretaria de Mujer y Políticas Sociales

    El Informe Anual del Sistema Nacional de Salud, que anualmente elabora el Ministerio de Sanidad reconoce, que “La red asistencial del Sistema Nacional de Salud (SNS) cuenta con un total de 143.995 profesionales de medicina y 175.594 de enfermería”, distribuidos entre los servicios de atención primaria (35.486 profesionales de medicina y 29.662 de enfermería), los centros hospitalarios (80.714 y 141.132 respectivamente) y, por último, los Servicios de Urgencias y Emergencias donde desarrollan su actividad 3.191 profesionales de la medicina y 2.964 de enfermería.

    Día de La Mujer. FeSP-UGT

    La brecha entre ambos cada año se hace más profunda

    Si desagregamos los datos expuestos por sexo, constatamos que, lejos de equilibrarse la presencia de hombres y mujeres en el sector sanitario, la brecha entre ambos cada año se hace más profunda.

    Tanto es así, que las profesionales de la medicina ya superan a sus compañeros hombres, representando cerca del 60%, de modo y manera que la proporción es de 2 mujeres por cada hombre.

    Señalamos que esto se debe a un importante giro en la elección del itinerario formativo que la socialización de género condiciona, de tal forma que, cada vez son más las mujeres que rompen el molde de que la formación y profesiones relacionadas con las Ciencias no es cosa de mujeres.

    Gracias a esto, podemos afirmar que la mayor concentración de mujeres que ejercen la medicina, se encuentran en los grupos de edad de profesionales menores de 35 años.

    Enfermería es la profesión más feminizada

    Respecto al personal de enfermería, esta es sin duda la profesión más feminizada, señalando el citado informe que la proporción es de 4 mujeres por cada hombre. Por ello, las mujeres enfermeras representan el 78,7% respecto a los hombres.

    Además de estas profesiones sanitarias, los servicios de salud precisan de otras profesiones para la adecuada atención a la ciudadanía, como es el personal Auxiliar de Enfermería, Técnicos/as de Radiodiagnóstico o Anatomía Patológica, así como de personal no sanitario como Celador/a, personal administrativo o personal polivalente. 

    La fotografía del Sistema Sanitario tiene rostro de mujer

    Por tanto, la fotografía del Sistema Sanitario tiene rostro de mujer, lo cual podría llevar a pensar que si las profesionales mujeres son mayoría en este ámbito, si este es el sector más feminizado, es lógico pensar que  las mujeres estarán presentes en los diferentes puestos jerárquicos, al igual que deberían contar con procesos de promoción y formación continua; que fuera inexistente, por tanto, el desequilibrio retributivo que se da en otros ámbitos por la percepción de complementos salariales asociados al desempeño del puesto (guardias, jornadas parciales, disponibilidad…); que fuera una realidad la posibilidad de hacer efectivo el ejercicio del derecho a la corresponsabilidad de tal forma que ninguna trabajadora renuncie ni a su carrera, ni a sus ingresos, ni a la inversión en tiempo y dinero que realizó para formarse como profesional.

    El 90% de las plantillas

    ¿Verdad que debería ser así? Máxime cuando la tendencia a medio y largo plazo, es que las profesionales sanitarias y no sanitarias mujeres lleguen a representar el 90% de las plantillas.

    Pues va a ser que no, porque en el sector sanitario como en el resto de sectores productivos del estado están presentes los mismos fenómenos: la precariedad laboral, materializada en las contrataciones temporales con jornadas a tiempo parcial involuntarias, que siguen recayendo sobre las trabajadoras; la acusada segregación horizontal que, aún hoy, impide a las mujeres alcanzar puestos de responsabilidad aún cuando ellas representen casi el 80% de la plantilla; la infravaloración social y económica de los trabajos relacionados con los cuidados, o la descompensación en la organización del tiempo que mujeres y hombres dedicamos al trabajo privado, en el que se prioriza el presencialismo premiándolo con complementos salariales, frente a la persistente concepción social de la mujer como cuidadora de familiares y responsable de la gestión del hogar.

    Urgente necesidad de transformar este desequilibrio que carga en las espaldas de las mujeres

    La FeSP-UGT asume la responsabilidad que, como agentes de cambio nos corresponde, trasladando al ámbito de la negociación colectiva la urgente necesidad de transformar este desequilibrio que carga en las espaldas de las mujeres la responsabilidad de cuidar de la sociedad futura, que condenas a las trabajadoras a la pobreza presente y futura, obligándolas a renunciar a sus carreras profesionales y personales despreciando así, la inversión realizada en su formación.

    Exigimos que, tanto en el ámbito público como en el privado, se cumpla el mandato emanado el RDL 6/2019, iniciándose los procesos de negociación que conduzcan a la mejora de las condiciones laborales de las trabajadoras y los trabajadores.

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