• Una amenaza planea sobre la salud reproductiva femenina

    El papel de los disruptores endocrinos en el desarrollo de enfermedades

    El Autor

     Carmen Quílez García

    Farmacéutica, mención especial de la UCC+i en el certamen de divulgación científica ‘Cuéntame tu TFG’

    En el día a día, las mujeres estamos en contacto con sustancias que sabemos que pueden ser perjudiciales, pero, ¿cómo afectan a nuestra salud reproductiva? Muchos estudios han demostrado que dichas sustancias, llamadas disruptores endocrinos, participan en el desarrollo de enfermedades como el conocido síndrome de ovario poliquístico, que se caracteriza por la presencia de menstruaciones irregulares, niveles elevados de hormonas sexuales como los andrógenos y la aparición de, como su nombre indica, quistes en los ovarios.

    El papel de los disruptores endocrinos en el desarrollo de enfermedades gana terreno contra la salud reproductiva de las mujeres.

    Los disruptores endocrinos actúan alterando la acción, cantidad o eliminación de las hormonas sexuales y los mecanismos por los que desempeñan su función. La población general estamos continuamente expuesta y, tanto los hombres como las mujeres, sufrimos los efectos producidos por ellos.

    Muchas de estas sustancias tienen una estructura química similar a la de los estrógenos, que son las hormonas sexuales de las mujeres, lo que hace que nuestro sistema reproductivo sea más vulnerable a sus efectos nocivos tanto en las mujeres expuestas a ellos como en su descendencia.

    Bisfenol A

    Uno de los disruptores más estudiados es el bisfenol A, al cual estamos expuestas principalmente por la cesión desde los plásticos y envases a los alimentos que consumimos. Actúa alterando los niveles de las hormonas sexuales en nuestro organismo, provocando un desequilibrio hormonal y un aumento de los niveles de insulina y lípidos que desencadenan las características típicas del síndrome de ovario poliquístico.

    Ftalatos

    Otra de estas sustancias son los ftalatos, que al igual que el anterior, se encuentran principalmente en los plásticos y de los cuales preocupa el papel que desempeñan en la fertilidad. Además, algunos de los compuestos químicos de este grupo son capaces de atravesar la placenta, llegando a exponer al bebé incluso antes de su nacimiento.

    Dioxinas

    También existen las dioxinas, que podemos encontrarlas en mayor proporción en lácteos, carnes, pescados y mariscos. Son capaces de acumularse rápidamente en los tejidos corporales por ser solubles en las grasas del organismo. Los pesticidas también son disruptores endocrinos y su uso es cada vez más frecuente en la agricultura y la exposición a ellos preocupa porque reducen la fertilidad. Uno de los más estudiados es el diclorodifeniltricloroetano o DDT, que fue eliminado en 1970 pero al ser tan persistente en el medio ambiente sigue siendo relevante.

    Tributiltín

    Por último, tenemos el tributiltín, usado antiguamente en el recubrimiento de los barcos; el glifosato, que es un famoso herbicida que no genera tanta toxicidad pero que se sigue demostrando que altera el equilibrio del organismo; y el triclocarbán y triclosán, que son dos antimicrobianos que se estudian de la mano pero cuyas actividades son muy diferentes.

    Debido a los 90 estudios analizados en este trabajo, podemos ver que existe evidencia de la participación de todos estos disruptores endocrinos en el desarrollo de enfermedades que afectan al sistema reproductivo femenino, como lo es el síndrome de ovario poliquístico.

    ¿Qué podemos hacer?

    Ahora bien, ¿qué podemos hacer nosotros para evitar la exposición masiva a estas sustancias? En nuestras manos está el poder de evitarlo adoptando medidas como reducir el uso de plásticos, tomar alimentos ecológicos cuyo riesgo de contener pesticidas y demás sea menor…

    Debemos luchar por un planeta más saludable y facilitar a nuestro organismo las funciones a desempeñar, siempre dejándole seguir su curso normal y evitando todo aquello perjudicial que podamos evitar.

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