• Cuando el dolor no puede esperar

    El Autor

    Leonor Pérez de Vega

    Profesora y paciente de dolor crónico (neuralgia trigeminal)

    ¿Qué paciente de dolor crónico refractario (DCR) no ha necesitado acudir a un servicio de urgencias? La respuesta sería casi todos, y la realidad es la siguiente.

    Tristemente, quienes padecen este dolor, portan un botiquín de fármacos prescritos para paliar o soportar este, y los efectos derivados del mismo.

    Con el fin de explicarle al lector un poco más esta situación, estos pacientes ya están adaptados a vivir con un nivel más alto de lo habitual. Algo que han tenido que aprender o mejor dicho adaptarse, porque hoy en día no existe, para muchos, un nivel que llegue al 5 en la escala EVA (Escala Visual Analógica) de analgesia utilizada por los profesionales.

    ¿Qué significa dolor crónico refractario?

    Asimismo, conviene explicar lo que significa “refractario”. Es decir, aquel dolor crónico que ya no responde a los tratamientos habituales, ha tornado a complejo y no se controla adecuadamente con los tratamientos disponibles, precisando a menudo de una atención especializada.

    Partiendo de lo anterior, lo más lógico es que el paciente acuda a su unidad de dolor de referencia o al profesional de atención primaria. Ahora bien, qué ocurre si la crisis se produce por la noche, en un día festivo y su unidad de dolor no está operativa. Se produce una urgencia ¿o no?

    Ante el panorama descrito, sucede que el dolor crónico, en sus distintos tipos, no conoce por lo general de esperas, ni demoras. En ocasiones, más de las deseadas, a pesar de los tratamientos se dispara a un nivel que resulta imposible soportarlo, y el control no es posible realizarlo por el propio paciente. En estas situaciones, este dispone de una medicación de “rescate”, es decir, una dosis extra de algún fármaco más potente. Con ello, espera que lograr un nivel hasta que sea de nuevo evaluado. Si bien, es conocida la diferencia entre la teoría y la práctica, y en materia de dolor no hay lógicas posibles.

    Según el propio Ministerio de Sanidad: “La atención de urgencia se entiende como una atención integral y continua que se presta por atención primaria y especializada”.

    Atención Primaria no sabe qué hacer

    No obstante, cuando te has convertido en uno de estos pacientes, la opción de la Atención Primaria, primera opción, queda a menudo descartada, porque ellos mismos no saben qué hacer con un dolor crónico refractario, dado que no todos disponen de los medios humanos o materiales para ayudarles.

    Es oportuno añadir, que es sabido que estos profesionales son los primeros en conocer y atender los cuadros de dolor. Pero hay ciertas barreras expuestas con claridad por las asociaciones de pacientes (p. 29 del Modelo de atención centrada en la persona con enfermedad y dolor crónicos).

    ¿Qué hacer cuando el dolor es insoportable? Lo más acertado y lógico sería acudir a un centro de urgencias, y mejor hospitalario, dado que cuentan con todas las especialidades, incluidos algólogos, neurólogos… En ellos se realiza bien el sistema español de triaje (SET), es decir, identificar y priorizar al paciente o el sistema de Manchester que atiende al manejo del dolor en el servicio de urgencias por parte de enfermería, pues como ha relatado una enfermera son estos profesionales los primeros que lo realizan.

    ¿Cuántos hemos tenido que explicar que pese a lo pautado y ya tomado el dolor no cede?

    No cabe duda, “que el grado de dolor influye en la urgencia y el manejo del dolor es el criterio clave para la satisfacción del paciente más grave” (p. 16 Manejo del dolor y triaje en el servicio de urgencias…).

    Es sabido, que son muchos los pacientes que acuden a urgencias manifestando un elevado nivel de dolor. y como este no se pude objetivar, corresponde al profesional llevarlo a cabo. Sucede que el dolor crónico refractario no se contempla en ningún protocolo. Algo que con estas páginas debería revaluarse.

    ¿Cuántos hemos tenido que explicar que pese a lo pautado y ya tomado el dolor no cede? Ahí entraría, como he indicado, el profesional que te atiende y acceda a un dato que salte en la pantalla y aparezca en la historia clínica junto a sus patologías y medicación. Y entonces actuar en consecuencia.

    Sin protocolos

    En la actualidad, no existen, al menos no los conocemos los pacientes, unos protocolos para un paciente de dolor crónico refractario que se ve en la necesidad de acudir a una sala de urgencias. Y si lo hacen, tantas veces escuchan la palabra “paciencia”, o que “ya les verán en su unidad”, “siga con lo pautado”, que no está funcionando, y el recelo a pautar una medicación extra en un centro hospitalario. Situaciones en la que una paciente, así me lo ha relatado, ha sufrido un paro por el intenso dolor, y tras hablar su familia con su unidad de dolor, entonces sí actúan.

    ¿No se puede evitar llegar a esto? No solo es el dolor físico que ya sufres, se añade el emocional que puede romper a esa persona, y que la situación estalle y no haya vuelta atrás.

    Los profesionales lo repiten: la prevención en clave con el fin de que el dolor agudo se trate a tiempo, y este no termine en crónico. Tampoco se ha de acudir a los fármacos más fuertes sin orden, están las escalas de analgesia, y sin olvidar que esta situación es una urgencia.

    Sufrir en casa

    Algunos pacientes optan por sufrir en casa y llegar a un estado límite en todos los sentidos. No quieren escuchar que “solo desea que le pongamos opiáceos” o “vienen a por un viaje” …

    No, no vamos a por un “viaje”, es una urgencia vital que no se ve, como el mismo dolor. Resistimos en nuestros hogares hasta que la fuerza de la mente nos diga: vete o explotas.

    No sabemos cómo pedir una atención digna como pacientes, ese derecho humano al alivio del dolor, y no ser calificadas de personas desequilibradas, pues la mayoría tiene su historial de psiquiatría.

    Urgencias tampoco da una respuesta

    La presencia del dolor en urgencias y su escaso o deficiente tratamiento es un hecho que se ha constado por los propios profesionales en estos términos. “La valoración y el registro del dolor en el área de urgencias sigue siendo deficiente a pesar de los múltiples estudios publicados sobre el beneficio del uso de escalas. El escepticismo de los médicos y la prioridad en el diagnóstico inmediato son factores que contribuyen a esta infravaloración (…). Este hecho confirma el dato ya conocido de la insuficiente evaluación y registro mediante escalas validadas del dolor en urgencias, así como la falta de protocolos o algoritmos consensuados (…)  y en muchas ocasiones son dados de alta del servicio de urgencias con dolor”.

    ¿Por qué no se actúa?

    A pesar de la existencia de una amplia guía sobre cómo tratar el dolor crónico exacerbado, elaborada por la Sociedad Española de medicina de urgencias y emergencias (se puede consultar en el enlace), y el propio reconocimiento de que este tema está infravalorado, nos preguntamos: ¿Por qué no se actúa?, porque el dolor no espera.

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