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España ha superado los 418.000 donantes de médula, de los que Castilla-La Mancha ha aportado 16.700. Formar parte de este registro implica estar dispuesto a salvar una vida de forma altruista y anónima, un gesto que no es peligroso para el donante y que se convierte en una cuestión de vida o muerte para el receptor. De hecho, la donación se regenera completamente. Sin embargo, hay dos asignaturas pendientes, el registro necesita más donantes varones, que no superen los 40 años, y la población demanda más información para frenar los bulos.
Así se ha puesto de manifiesto esta semana en el encuentro entre la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la prensa. Bajo el lema Avanzando en el cuidado del paciente hematológico, la SEHH daba la voz a los expertos, como los doctores David Valcárcel Ferreiras, Jorge Gayoso, Ariadna Pérez y Francesc Fernández Avilés, pero también a los pacientes, que de la mano de la asociación Asleuval, contaban en un vídeo por qué todo el mundo debería estar en el registro de donantes de médula ósea. Las temores infundados o la pereza no pueden ser una excusa para salvar una vida.
El primer paso consiste en entrar en el registro de donantes de médula, en REDMO, que creó la Fundación Josep Carreras en 1991. Una rápida cita, con una breve entrevista y una extracción de sangre, convertirá al voluntario en donante de médula potencial, ya que la posibilidad de que lo llamen para salvar una vida es de una entre 4.000.
Así, el donante debe saber que su gesto, como con la donación de sangre, no tiene nombres ni apellidos. Llegado el momento, la donación irá a quien la necesite, aunque esté en la otra punta del mundo.
En el caso de Pablo Ráez, el joven malagueño que se convirtió en icono de la promoción de la donación, él tuvo suerte porque su padre era compatible. Pero, sin embargo, a la albaceteña María Carrilero fue la sangre de cordón umbilical de una madre italiana la que le salvó la vida.
Joven, sano y hombre
Toda persona sana de entre 18 y 40 años puede ser donante. No obstante, es importante que el número de hombres aumente en el registro, ya que dos de cada tres donantes registrados son mujeres y, sin embargo, dentro de las donaciones efectivas los varones son dos de cada tres.
El motivo está claro: salvar una vida, pero aún hay que acabar con numerosas leyendas urbanas. Y es que la médula ósea no tiene nada que ver con la médula espinal. Lo normal es que la donación sea de células madre de sangre periférica. En caso de que sea necesaria una punción, ésta se hará de las crestas ilíacas, es decir, de la pelvis, del hueso.
La donación de médula ósea…
Es ofrecer tu ayuda anónima y altruista a cualquier paciente del mundo que lo necesite.
Es un compromiso contigo mismo y con los demás.
Es la única donación que se puede hacer en vida y en la que las células se regeneran al 100%.
Es la única curación posible para cientos de personas que la necesitan.
Es dar vida.
No es nada relacionado con tu médula espinal sino con tu médula ósea, donde se generan las células madre de la sangre. En el lenguaje coloquial se le llama “tuétano”. No tiene nada que ver con la zona de la médula espinal ni sus nervios.
No es una intervención que elimine tu médula ósea. Se regenera completamente.
No es dar para otro y luego no poder dar si un familiar tuyo lo requiere. Puedes dar varias veces.
No es inscribirte como donante exclusivamente por una persona particular sino para cualquier persona del mundo que lo necesite.
No es peligroso para el donante.
Fuente: Fundación Josep Carreras.
Tbien soy donante de organos, de sangre cada 6 meses y ahora de medula.
Completamente feliz