Diario Sanitario Periódico digital de información sanitaria.
Castilla-La Mancha se enfrenta a una incidencia COVID en mayores de 60 años superior a los 1.200 casos, lo que se consideraba riesgo extremo, pero la dosis de recuerdo de la vacuna parece olvidada. Que la incidencia en mayores esté disparada hace presuponer que en los jóvenes esté aún peor. Y es que más del 70% de la población de entre 18 y 19 años ha obviado la tercera dosis.
Entre que la opinión pública ya no mira hacia la pandemia y que la tercera dosis coincidió con la irrupción de Ómicron, la vacunación COVID está en un impasse que afecta a toda España. En el caso de Castilla-La Mancha, cerca del 93% de los mayores de 70 años tienen la tercera dosis de la vacuna, pero conforme baja la edad lo hace en la misma medida la vacunación.
Y esta relajación frente a la vacuna se da cuando la incidencia no deja de subir, junto con la presión hospitalaria. En el caso de la región, en provincias como Albacete este verano las hospitalizaciones se han multiplicado por ocho en comparación con el año pasado.
El efecto de las vacunas se ve en que, aunque en aumento, las hospitalizaciones no guardan relación con una incidencia totalmente disparada. También se contiene la presión en las UCI. Pero tampoco se sabe el nivel de anticuerpos de la población ni lo que duran exactamente.
No obstante, desde los colegios de médicos y la Universidad, ya han advertido de una situación que puede complicar tanto el verano como el otoño.
Cabe recordar que se recomienda una tercera dosis para todos los mayores de 12 años y dos dosis para los niños de 5 a 12 años. En cuanto a la cuarta dosis, ya se está administrando a la población de riesgo y se pretende ampliar a partir de septiembre.
