• El Bonillo revalida el título de líder en donación de sangre

    El Bonillo

    Este pequeño pueblo albaceteño, de menos de 3.000 habitantes, se mantiene como el número uno en índice de donaciones, por encima de la media provincial, regional y nacional, cuadruplicando la mejores cifras. Y es que en El Bonillo hay donantes de récord, como Luis Rueda, quien, con 34 años, ha donado en 54 ocasiones, lo que le hace merecedor de la Cruz de Oro. También está el caso de Julio Moreno El Zapatero, el delegado local de la Hermandad de Donantes de Sangre, quien, a pesar de que se mareaba desde la primera gota, fue fiel a las cuatro extracciones anuales durante más de 30 años. 

    El Bonillo

    Mientras El Bonillo tuvo el año pasado un índice de donación de sangre de 135,51, el de Albacete capital fue de 33,24 y la provincia llegó a 46,2.

    Teniendo en cuenta que Castilla-La Mancha suele rondar el 36,5, El Bonillo debería ser el espejo en el que se mirara toda la región. Numerosos dichos populares avalan la “constancia” de los bonilleros, por lo que el mérito en lo que a donaciones de sangre se refiere es de este pueblo, famoso por su tesón, pero también de la Hermandad de Donantes de Sangre y del personal del Hospital General Universitario de Albacete, que visitan cuatro veces al año este pueblo para llevar a cabo las extracciones.

    Luis Rueda, con 34 años, ha donado en 54 ocasiones

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    Luis Rueda.

    Cada año, la Hermandad de Donantes de Sangre y el personal del Hospital General Universitario visitan más de una treintena de pueblos, recorriendo miles de kilómetros para que sea el Banco de Sangre quien acuda a los donantes y no al revés, como ha ocurrido históricamente. Así, la bonillera Ana Achau es donante porque ha cogido el testigo de su padre, pero mientras él tenía que viajar a Albacete para las extracciones, ella se limita a responder a la llamada de los equipos de extracción cuando llegan.

    Donar en El Bonillo es una tradición que pasa de padres a hijos

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    Ana Achau.

    La provincia de Albacete siempre ha llamado la atención a nivel nacional por la respuesta de sus donantes. Si no ha faltado sangre en sus quirófanos desde hace más de 40 años, es porque la maquinaria funciona a la perfección. Antes de que la Hermandad y el personal sanitario desembarquen en un pueblo con sus dispositivos de extracción de sangre, se ponen anuncios avisando de la llegada y el delegado, en el caso de El Bonillo Julio Moreno, se pone en contacto con cada uno de los donantes, quienes, a su vez, reciben una carta recordando la visita.

    En cuestión de minutos, la Hermandad despliega el punto de extracción

    El día anunciado, llegan las furgonetas con el personal y el material. En cuestión de minutos, ya sea en un colegio, un salón de actos o un centro de salud, voluntarios y profesionales despliegan las camillas, consultas, tubos de análisis, neveras, ordenadores y aparataje. Así, conforme van llegando los donantes, se toman sus datos, pasan una revisión médica y entran a la sala de extracción, donde, en menos de media hora finalizan el periplo de la donación, ya que lo que es la extracción de la bolsa de sangre no suele llevar más de cinco minutos. 

    El Bonillo

    La sangre se transporta en neveras y se analiza, por lo que cada donación está perfectamente supervisada. Además, durante la extracción hay personal de enfermería y dos médicos pendientes de los donantes.

    Puede donar sangre cualquier persona sana que sea mayor de edad. El paso es rápido y prácticamente indoloro, ya que todo se resuelve con un pinchazo en la yema del dedo y otro en el brazo. El equipo viaja además con bebidas y merienda para que el donante pueda reponer fuerzas después de la extracción.

    El Autor

    Dolores Carcelén  Periodista