• El Botánico desvela los secretos del azafrán

    ¿Cómo se monda? ¿Qué se ve a través del microscopio? ¿Cuál es su historia? ¿Cómo se cultiva? o ¿Por qué se le conoce como el oro rojo? El Jardín Botánico de Castilla-La Mancha abre sus puertas, un año más, a los colegios de Albacete y su provincia para que conozcan esta especia a través de las V Jornadas del Azafrán.

    Sólo bajo la Denominación de Origen Azafrán de La Mancha, cada año se producen más de 600 kilos, más de la mitad se recogen en Albacete, pero también se cultiva esta especia en Toledo, Cuenca y Ciudad Real. La mitad del oro de La Mancha se vende dentro de España, pero el 50% restante se reparte entre la Unión Europea y países como Nueva Zelanda, Cuba, India o Emiratos Árabes.

    Y es que el azafrán de esta zona destaca por su aroma, su color y su sabor. Además, si históricamente esta especia se compraba en las boticas, se debía a sus propiedades antiinflamatorias, antitusivas, a que estabiliza el ánimo, oxigena la sangre e, incluso, hay estudios que confirman su relación directa con la libido. De hecho, investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) llevan décadas ahondando en sus propiedades.

    Imagen del alcalde de Albacete, Manuel Serrano, en una de las visitas escolares al Jardín Botánico.

    Además, el azafrán tiene un biocompuesto, la crocetina, al que estudios de la UCLM confirman como arma contra la hipertensión y la obesidad.

    También hay un equipo de la UCLM que quiere demostrar las ventajas de esta especia frente a enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer. El padre de esta iniciativa es el catedrático Gonzalo Alonso, que lleva tres décadas investigando las bondades del azafrán. Aunque químico de la Escuela de Agrónomos, Alonso tiene más que demostrado que el azafrán dispone de propiedades biomédicas, es decir, inhibe, mejora procesos en el cuerpo humano. Más de cuatrocientos artículos publicados en revistas científicas de todo el mundo demuestran que esta especia tiene valor más allá de los fogones.