• El Colegio de Farmacéuticos se suma al Día del Párkinson

    Los afectados por esta enfermedad neurodegenerativa se enfrentan a un tratamiento crónico, de ahí la importancia del control de la medicación. El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Albacete (COF) se suma a la celebración, el día 11, del  Día Mundial del Párkinson, una enfermedad crónica degenerativa y muy invalidante, y donde, según ha recordado el colegio en un comunicado, es fundamental el estricto cumplimiento  del tratamiento farmacológico para paliar los síntomas propios de la enfermedad. Es aquí precisamente donde el farmacéutico cobra un protagonismo especial como profesional de salud cercano a la población.

    De hecho, los farmacéuticos albacetenses están capacitados, fruto de la formación específica recibida, para la atención de los enfermos de párkinson, por lo que a través de sus farmacias comunitarias pueden mejorar la calidad de vida de estos pacientes y sus cuidadores, con consejos y con un seguimiento personalizado que les ayudará a mejorar su adherencia a los tratamientos, así como a controlar los efectos adversos que a veces surgen de la medicación.

    Desde el año pasado, el Colegio de Farmacéuticos de Albacete está desarrollando un programa de Atención Farmacéutica y Seguimiento Farmacoterapéutico a Pacientes de Párkinson, que recientemente fue premiado por Correo Farmacéutico como una de Las Mejores Iniciativas de la Farmacia del 2016.

    Mediante este servicio, el farmacéutico programa cinco entrevistas con un paciente con párkinson (inicial, al mes, a los tres meses, a los seis, a los nueve y a los 12) para realizar el seguimiento farmacológico de los afectados, que comprende desde un control de los síntomas motores y no motores, una evaluación de la actitud del paciente frente a su medicación y enfermedad, la calidad de vida del afectados por esta dolencia y si tiene síntomas de depresión o otras patologías.

    La enfermedad de Parkinson es crónica, por lo que hoy en día el único tratamiento farmacológico disponible se dirige únicamente a mejorar los síntomas derivados de la patología. Se trata de una enfermedad que afecta al sistema nervioso en el área encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimientos. Pertenece a un grupo de trastornos que tienen su origen en la degeneración y muerte progresiva de unas neuronas, las dopaminérgicas, cuyo neurotransmisor primario en la dopamina y que cumplen funciones en el sistema nervioso central.

    Las personas afectadas por esta dolencia tienen que tomar los fármacos antiparkinsonianos durante toda su vida, siguiendo las pautas posológicas marcadas por su neurólogo, de ahí la importancia de que el farmacéutico vigile el cumplimiento y la adherencia a estos tratamientos, orientados a mejorar los síntomas tanto motores como no motores, minimizando los efectos secundarios y la posible interacción con otros fármacos si coincide que sufren otras patologías.