• El médico que se ordenó sacerdote

    El médico y sacerdote albaceteño Juan Iniesta pasará en cuestión de días de párroco de Elche de la Sierra a párroco de Peñas de San Pedro, Sahúco-Cañada Juncosa, La Solana y Argamasón. Tenía dos vocaciones que corrían en paralelo, entre el fonendo y el clériman, pero el médico acabó por ordenarse sacerdote. El padre Iniesta pertenece a la segunda promoción de la Facultad de Medicina de Albacete. Con 31 años, un expediente brillante y una de las pocas carreras con futuro laboral, tomó los hábitos y se fue a Roma a cursar un máster en Bioética. Hoy, con 40 años, el único resquicio que queda de su vocación sanitaria es su tesis doctoral. De hecho, en estos momentos viaja a Roma para terminar su trabajo sobre la relación médico-paciente.

    Juan Iniesta médico sacerdote

    Desde 2012, Juan Iniesta es médico y sacerdote

    La suya es una historia atípica. Si difícil es acceder a la carrera de Medicina, aparcar el título para consagrar tu vida a Dios, en plena sequía de vocaciones, roza el milagro. Pero la suya fue una decisión madurada. Se esperó a acabar los estudios para dar el paso. Y es que ni tenía antecedentes familiares ni fue alumno de colegios religiosos, pero la parroquia le llevó hacia un camino que hoy pocos cogen. En lugar de iniciar el MIR, entró en el seminario.

    Hace ocho años, ofició su primera misa en su parroquia, la del Pilar. Lo ordenó el obispo de la Diócesis de Albacete de entonces, Ciriaco Benavente, ante más de un centenar de sacerdotes. En 2012, su vida daba un giro del que no se arrepiente.

    Egresado de la Facultad de Medicina de Albacete, cambió el fonendo por el clériman

    Juan Iniesta es natural de Casas de Juan Núñez, aunque tiene sus orígenes en Pozo Cañada y se ha criado en Albacete. Su vida está llena de éxitos y de anécdotas. Ha sido noticia en el periódico más leído de España, “Marca”, ya que, aficionado al fútbol y deportista, jugó el Mundial para sacerdotes (Clerical Cup) como delantero del Colegio Español. También ayudó para que ganara protagonismo en un diario deportivo que el sacerdote es primo lejano de Andrés Iniesta. Pero ahí está la hemeroteca, para comprobar que no sólo ha vestido la bata blanca o la sotana, también ha llevado los colores de su país en el césped.

    Ha sido noticia en el periódico más leído de España, “Marca”

    Por lo demás, la suya es la biografía de un joven de clase media, normal y aplicado. Estudió en el colegio público José Prat, continuó en el Instituto Parque Lineal y remató un expediente brillante en la Facultad de Medicina, donde se licenció con la segunda promoción.

    Fue entonces, cuando acababa de terminar la carrera, cuando decidió entrar en el seminario para constatar que su vocación no tenía grietas. En realidad la fe siempre estuvo ahí y la vocación fue creciendo con el tiempo, poco a poco. Ligado a la parroquia, primero a la de Pozo Cañada y luego a la del Pilar, se fue forjando el sacerdote al tiempo que el médico.

    Ingresó en el seminario al terminar la carrera

    Ahora será el joven párroco de Peñas de San Pedro después de serlo de Elche de la Sierra, el que saca tiempo de donde puede para asumir responsabilidades en el Obispado y terminar su tesis doctoral, que, precisamente, versa sobre el médico “como sujeto moral virtuoso en su relación con el paciente”. La Medicina seguirá ahí, pero para la teoría, no para la práctica. El padre Iniesta, de momento, no volverá a ponerse la bata blanca.