
José María Samaniego: médico de familia, cardiólogo y sindicalista en CSIF, UGT y Sindicato Médico (CESM)
José María Samaniego es polémico y de trayectoria variopinta. Médico de familia, cardiólogo y sindicalista en CSIF, UGT y Sindicato Médico (CESM), sus ingresos, filtrados con toda la intención a un medio de comunicación, generaron críticas y envidias, pero detrás de una nómina de infarto no hay más que trienios y oposiciones. José María Samaniego, el vicepresidente del Colegio de Médicos de Albacete durante tres mandatos, se jubila a los 66 años con 52 años y 6 meses cotizados. Y es que hubo una época en la que este valenciano trabajó por tres.
«Muy anarquista» y «social pero no socialista»
«Muy anarquista» y «social pero no socialista», su rechazo a la disciplina truncó el sueño de unir el amor al mar con la vida militar. Aunque José María Samaniego Masip ha vivido los últimos 33 años en Albacete, vuelve a sus orígenes, a Valencia. Hijo de un abogado y un ama de casa, nació el 3 de abril de 1951 en Carcagente (Valencia), la cuna de la naranja.
Mientras cuenta su vida a www.diariosanitario.com, Samaniego habla con admiración de Jaime Milans del Bosch y Ussía y se define ideológicamente como un republicano de derechas. Pero el caso es que en su etapa sindical, a la que se ha dedicado en la condición de liberado durante 14 años y medio, ha chocado con gobiernos de derechas e izquierdas.
Compañero de colegio de Juan Roig, presidente de Mercadona, él eligió el camino de la Medicina en una etapa complicada, cuando el paro te podía dejar en la cuneta. Así, este capitán de yate tardío trató de entrar en la Academia Naval y ser piloto de complemento, pero, finalmente, su costumbre de no callarse cuando conviene le recondujo a la Facultad de Medicina de Valencia, donde -cosas del destino- este valenciano coincidiría con el anestesista Jesús Martino, a quien la casualidad volvería a unir pasados los años. Martino como gerente socialista y Samaniego como sindicalista en CESM han tenido sus más y sus menos.
Delegado de deportes y presidente de la tuna, Samaniego apuntaba maneras en la universidad, pero si bien le gustaba relacionarse, ese desparpajo, combinado con codos, le daba nota en las oposiciones.

Premio Nacional de Disminución del Gasto Farmacéutico
Eso sí, antes de subir al olimpo del funcionariado, este médico penó con horarios maratonianos y sueldos ínfimos por Denia, Teulada, Altea y Benidorm. Contó con un padrino, el doctor Domenech, que le ayudó a introducirse en la sanidad privada y, sobre todo, a aprender. En aquella etapa, hizo la mili y entre sustitución y sustitución se llevó el Premio Nacional de Disminución del Gasto Farmacéutico. Llegó a trabajar por las mañanas en Cardiología y por las tardes como ayudante de otorrino y en una consulta privada.
Todo le ataba a su tierra hasta que conoció al médico albaceteño Agustín Lorenzo en un congreso de Cardiología. Eran los tiempos en los que Lorenzo o Fernando Jiménez tenían cargos políticos en el Partido Popular. El caso es que Samaniego recuerda que sintonizó con ellos y acabó trabajando con los doctores Arnouk y Almudena Castro en el Instituto de Higiene, tratando a leprosos, prostitutas y tuberculosos.
14 años en El Bonillo
Cuando el instituto cerró, Samaniego se presentó a una oposición regional y sacó el número 9, por lo que entró en Albacete en Inspección Sanitaria, pero también se presentó a la prueba de Médicos de Asistencia Pública Domiciliaria (APD) y aprobó. Así, cuando le ofrecieron El Bonillo, pidió la excedencia en la Delegación de Sanidad, y dedicó 14 años a un pueblo «que me encantó por su gente y por el trabajo».
Titular en Barrax sin pasar consulta
Y aunque ahora se jubile como médico titular de Barrax, nunca ha pasado consulta en este pueblo. De los 33 años que Samaniego ha estado en Albacete, 14,5 han sido para el ejercicio sindical, donde ha defendido a los suyos a capa y espada. Estuvo un año en CSIF, donde chocó con José Cano Brustenga, y, contra todo pronóstico, aceptó la invitación de UGT a liberarse con ellos. Pero entró en CESM en 2003 y hasta hoy. Ha sido liberado de Sindicato Médico desde 2005.
Ahora con un pie aquí y otro en Valencia no niega que ha tenido una de las nóminas «importantes» del Sescam o que con quien más discrepó fue con María Ángeles López Fuster, a quien criticó que llegara a delegada de Sanidad siendo enfermera. Y eso que por ese cargo han pasado abogados e incluso teólogos.
Ha sido y siempre será médico, pero también se ha visto al otro lado, en el del paciente, porque sufrió un atropello mientras cruzaba sin mirar camino del hospital. Eso sí, agua pasada porque ahora se va con su mujer y sus dos hijas a Valencia, a escribir un nuevo capítulo.
Lo peor: el PP con la deuda del PSOE
En su opinión, la peor etapa para la sanidad de Castilla-La Mancha ha sido la del PP, pero porque tuvo que gestionar la deuda heredada del PSOE a base de recortes. Ahora, lamenta que el PSOE haya regresado engañando a la población, con la promesa de revertir los recortes del PP, pero sin hacer nada.
En cualquiera de los casos, José María Samaniego Masip es, a partir de ahora, médico jubilado y capitán de yate, afición a la que dedicará gran parte de su tiempo libre.
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