• El reto de la salud mental en jóvenes con discapacidad

    El Comité Español de Personas con Discapacidad, CERMI, reclama más atención en la salud mental de los jóvenes con algún tipo de discapacidad. Así lo pone de relieve en el el informe del CERMI Estatal “La juventud con discapacidad en España 2024” que acaba de dar a conocer.

    Trastornos de la conducta alimentaria.

    Destacan que resulta “importante” cuidar la salud mental de las personas jóvenes con discapacidad. Y piden que se haga “estableciendo una red de servicios comunitarios y su coordinación con procesos de inclusión laboral, educativa y de vivienda”.

    E indican que, por tipo de discapacidad reconocida, aunque en la población general el tipo de limitación más frecuente es la discapacidad física, en la población joven las discapacidades relacionadas con el funcionamiento intelectual y la salud mental son mayoritarias. Algo más de la mitad de la población entre 15 y 34 años presenta discapacidad intelectual y/o problemas de salud mental. En ambos casos, la presencia de varones es significativamente superior al de mujeres.

    El Comité sugiere que se asignen recursos presupuestarios “para una formación adecuada del personal sociosanitario, con la finalidad de cumplir de forma efectiva con los apoyos, ayudas y ajustes que garanticen el derecho a la salud de las personas con discapacidad, además de asegurar la accesibilidad a los hospitales y centros de salud”.

    Insisten en la necesidad de líneas específicas para el colectivo de jóvenes con discapacidad. Porque, indican que, diferencia del empleo y la educación, en la salud y la protección social la oferta de servicios, programas, proyectos y acciones, son “para jóvenes, por un lado, o bien para personas con discapacidad por otro, de manera separada”.

    Los efectos de la pandemia

    Estiman que, en general, las personas jóvenes con discapacidad no tienen suficiente acceso a los servicios de salud y protección social, los cuales se han deteriorado desde la pandemia de 2020. Apuntan que esto se debe a las múltiples barreras que viven, ya sean físicas, arquitectónicas, de actitudes, de comunicación o de otro tipo.

    Y alertan también que, conforme las personas con discapacidad viven más lejos de los centros urbanos desarrollados, “más precaria es la posibilidad de acceder a los servicios de salud y de protección social”.

    Plantar cara al sedentarismo

    Los profesionales exponen que para mantener el bienestar en el ámbito de la salud es necesario que el sistema sanitario incorpore mejoras en materia de accesibilidad, movilidad, información y calidad, tanto en los aspectos preventivos de la discapacidad como en la asistencia primaria y especializada, la atención a la salud mental y las prestaciones sociosanitarias.

    Y advierten que “algunos de los problemas de salud señalados por las personas jóvenes con discapacidad son consecuencia de tratamientos con medicación y de hábitos de vida sedentarios”.

    Así, los profesionales sanitarios advierten de problemas como la obesidad, cada vez más frecuente entre la población joven. Ante lo que, en el citado informe del CERMI, se aboga por potenciar la práctica deportiva y los hábitos saludables entre este colectivo. Se advierte, por ejemplo, que ver la televisión o pasar tiempo frente a dispositivos de tecnología es una de las principales actividades ocio que los jóvenes con discapacidad que han sido encuestados señalan que tienen.

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