• El Reto de Pablo completa el último desafío

    La aventura comenzó el pasado 1 de julio en Madrid, donde El Reto de Pablo, iniciativa privada por la investigación del cáncer infantil creada por José Luis López Cabezuelo, se sumaba a un grupo de padres cuyos hijos también son afectados de enfermedades raras. Todos formaron el equipo “Padres por la investigación”. Comenzaban el Camino de Santiago dentro de la prueba deportiva Gaes Pilgrim Race, que se dividía en 7 etapas consecutivas hasta llegar a Santiago de Compostela. El Reto de Pablo entonces anunció un nuevo desafío, volver a completar el recorrido pero en sentido inverso hacia Madrid en el menor tiempo posible, desafío que le ha llevado otros 4 días más y que completó ayer por la tarde con su llegada a Madrid. 

    Un total de 1.340 kilómetros de pedaladas solidarias, cargados de experiencias y personas que han logrado empatizar con esta causa, la de lograr financiar y apoyar la investigación del cáncer infantil para conseguir aumentar el número de niños que sobrevivan a esta enfermedad. No hay que olvidar que, aunque es una patología rara, se sitúa como la primera causa de muerte infantil antes de los 14 años. 

    “Lo más duro ha sido la segunda parte, el regreso a Madrid, después de tantos días acompañado, enfrentarte al mismo recorrido solo, psicológicamente, resultó difícil de gestionar, demasiadas horas sin ver ni hablar con nadie. Cuando las fuerzas flaqueaban, apretaba los dientes, miraba las fotos de mis hijos, que llevo en el cuadro de la bici, y afloraba la fortaleza para continuar… lo que habré llorado en estos 11 días”, decía después de la prueba José Luis López.

    El objetivo es concienciar sobre el cáncer infantil y la importancia de investigar

    El primer reto de Pablo se logró en octubre de 2017. José Luis López pedaleó durante tres días sin dormir. Consiguió lo que pretendía, que su hazaña tuviera repercusión en los medios de comunicación nacionales, que todo el país se concienciara de la importancia de la investigación para salvar a niños que, como el suyo, luchan contra cánceres para los que apenas hay tratamientos. Ahora emprende una nueva aventura para que los niños que vengan detrás del suyo tengan la oportunidad, como él, de curarse con nuevos fármacos.