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Así empezó el reto del cubo de agua fría contra la ELA (esclerosis lateral amiotrófica) y se recaudaron millones, además de dar visibilidad a una dura enfermedad para la que la investigación es crucial. Ahora el reto de moda se llama “maniquí” y los neurólogos se han sumado a él para llamar la atención sobre la prevención del ictus. Y es que en este caso no se trata tanto de conseguir fondos como de advertir sobre una patología, el infarto cerebral, y los hábitos para prevenirla. El neurólogo albaceteño Tomás Segura ha conseguido “congelar” a la Sociedad Española de Neurología (SEN) en su reunión anual.
En medio de una ponencia, el doctor Segura ha logrado que decenas de neurólogos pararan durante unos segundos como si el tiempo se hubiera detenido. Investigadores de renombre, con edades poco acostumbradas a estos retos, se han unido a la llamada como si del cuento de “La Bella Durmiente” se tratara. Con el vaso en la mano, los brazos extendidos, en medio de una conversación o con el móvil, nadie se ha movido y la prueba de ello se ha subido a Internet a través de la red social Twitter.
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Segura, junto con Jaime Masjuan y Carlos Molina, ha propuesto, además, otro reto más sencillo, comer al menos una pieza de fruta al día para prevenir el ictus. Y es que se calcula que una de cada seis personas sufrirá un infarto cerebral a lo largo de su vida. El sedentarismo, la diabetes, la obesidad o la hipertensión dan boletos para una tómbola que en el 50% de los casos invalida a su víctima.
Hábitos tan sencillos como comer una dieta rica en fruta, legumbres y verduras, y hacer ejercicio físico moderado ayudan a sortear un accidente cerebrovascular que no sólo puede generar graves secuelas, también puede matar.
