• El Sescam quiere evitar 135 muertes anuales por suicidio

    Un total de 135 personas fueron víctimas de un suicidio en Castilla-La Mancha en 2016, de las que 113 eran hombres, la mayoría de entre 30 y 39 años, pero también hubo dos casos de menores de 15 años. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) advierten que se trata de una consecuencia de la enfermedad mental que va en aumento. Por este motivo, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) ha reunido recientemente en Toledo a medio centenar de profesionales de diferentes sectores, con particular presencia de profesionales sanitarios, del ámbito educativo y de los servicios sociales, en el curso ‘Formación de formadores. Detección e intervención ante el riesgo de suicidio’.

    Esta iniciativa, que responde a las líneas estratégicas del Plan de Salud Mental de Castilla-La Mancha 2018-2025, ofrece a los participantes herramientas para la formación en el abordaje de conductas suicidas a todas aquellas personas que puedan tener un papel relevante en su identificación y manejo, con especial hincapié en profesionales sanitarios, de la educación y los servicios sociales, personal de Urgencias y Emergencias y Fuerzas de Seguridad del Estado, así como otras personas en contacto con grupos de riesgo.

    “La conducta suicida es un fenómeno multicasual y complejo, influida por factores emocionales, individuales y sociales”, explica Beatriz Vallejo, psicóloga clínica del Equipo de Coordinación Regional de Salud Mental y coordinadora del curso, en el que han participado como ponentes la propia coordinadora; Francisca Fernández Sánchez, jefa de Sección en la Dirección General de Recursos Humanos del Sescam y Javier Jiménez Pietropaolo, psicólogo y presidente de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio.

    Prevenir el suicidio pasa por mejorar la atención a personas en riesgo

    Así, señala, “la mejora de la atención a las personas con riesgo de suicidio implicará también actuar sobre todos aquellos factores de protección que puedan influir en su conducta, con acciones de difusión de protocolos y estrategias de detección y actuación, así como la divulgación y sensibilización en el entorno familiar, social, profesional y medios de comunicación de la persona”.

    En este contexto, se ha puesto en marcha esta iniciativa formativa, que forma parte además de las acciones diseñadas por el Grupo Regional de Trabajo sobre Suicidio, integrado por más de cuarenta expertos de distintos ámbitos, como base para la futura ‘Estrategia de intervención ante tentativas autolíticas y prevención del suicidio’, un documento en el que se viene trabajando desde 2017 y que tiene como objetivo mejorar la prevención, detección y manejo del suicidio.

    Online y presencial
    El curso ‘Formación de formadores. Detección e intervención ante el riesgo de suicidio’ se ha desarrollado en dos fases, una online, y otra presencial, con dos sesiones.

    Así, en la fase online, de contenido teórico y con un carácter participativo y activo, los participantes han podido intercambiar material relevante, como recursos didácticos, protocolos de actuación o presentaciones, y debatir sobre diferentes aspectos sobre el suicidio.

    Mientras, la fase presencial se ha organizado en dos sesiones, en cada una de las cuales ha participado la mitad de los inscritos al curso, en las que se han trabajado los contenidos teóricos adquiridos en la fase on line de una manera más práctica, prestando especial atención al entrenamiento en habilidades de entrevista con el paciente en riesgo de suicidio, habilidades docentes para la transmisión más adecuada de conocimientos en diferentes sectores sanitarios, educativos y sociales, y en la organización de acciones dirigidas a la puesta en marcha de la estrategia de suicidio.

    El Teléfono de la Esperanza cuenta con el número móvil 717 003 717 de prevención del suicidio