• Eloísa Adrados, una farmacéutica en las aulas

    Profesora de FP, esta ‘Colegiada Distinguida’ reivindica que los hospitales den entrada a los técnicos en farmacia y parafarmacia

    Nieta, hija y madre de farmacéuticos, dejó la comodidad de la botica familiar para dedicar más de tres décadas de su vida a enseñar ‘la esencia de la farmacia’ en un instituto de Ciudad Real. Eloísa Adrados es la ‘Colegiada Distinguida’ de 2022 por formar a centenares de técnicos en farmacia y parafarmacia, acercando a un sinfín de jóvenes al mundo laboral que rodea a los fármacos. Se jubila satisfecha por haber dado rienda suelta a su vocación, pero con una asignatura pendiente, que el Sescam abra sus farmacias hospitalarias a sus alumnos.

    Eloísa Adrados, con la medalla de Colegiada Distinguida del Colegio de Farmacéuticos de Ciudad Real.

    “Echo de menos la magia de esa clase ensimismada”

    La farmacéutica Eloísa Adrados estudió en la Universidad Complutense. Acabó la carrera en el año 1984 con la intención de convertirse en la tercera generación al pie de la botica. Sin embargo, por azar, se vio en la bolsa de Formación Profesional y probó suerte en un instituto. Tanto le gustó la experiencia, que opositó, aprobó y empezó a trabajar. Descubrió en las aulas una vocación que tampoco la alejaba tanto de su abuelo, farmacéutico en Bolaños, y de su padre, que incluso hacía análisis clínicos en Ciudad Real. De hecho, lo que aprendió los años que estuvo en la farmacia familiar le ayudó a aprobar la plaza a la que dedicaría su vida profesional.

    Después de un cuarto de siglo como tutora de prácticas y 35 años dedicados a la docencia, Eloísa Adrados se jubila satisfecha por acercar la Formación Profesional a las empresas farmacéuticas. Sin embargo, le queda una asignatura pendiente. Le hubiese gustado ver cómo el Sescam le abría las puertas de la farmacia hospitalaria a sus alumnos. Y es que la sanidad pública de Castilla-La Mancha aún no tiene cabida para los técnicos en farmacia y parafarmacia si bien están más que formados para ello.

    El enlace con el mundo laboral

    Adrados es consciente de esta carencia en los hospitales porque ella ha sido el enlace entre las aulas y el mundo laboral. Desde el Instituto Torreón del Alcázar de Ciudad Real, ha tratado con el Colegio de Farmacéuticos, al que siempre ha estado vinculada, con las boticas, las empresas de distribución y los hospitales, donde han hecho prácticas sus alumnos.

    A lo largo de los años, esta licenciada se ha hecho defensora “a ultranza” de la Formación Profesional, un reto para el profesorado, ya que tiene que preparar a los jóvenes para enfrentarse en dos años al mundo laboral. En este sentido, Eloísa Adrados ha querido subrayar lo bien que ha funcionado su instituto gracias a la calidad docente de sus compañeros.

    “Echo de menos la magia de esa clase ensimismada. Lo he disfrutado muchísimo”, reconocía una Eloísa Adrados jubilada que también agradece ahora no pasar los fines de semana corrigiendo y preparando clases o ese día que aunque se encontrara mal tenía que poner buena cara y enfrentarse a más de una veintena de alumnos que esperaban que diese lo mejor de ella misma.

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