• España suma más de 668.000 embriones congelados

    Los bancos de conservación mantienen almacenados 668.082 embriones en España, y casi la mitad de ellos no tienen un destino marcado por sus propietarios. Estos son los datos de un estudio liderado por la doctora en Biología y experta en Reproducción Asistida y Bioética Rocío Núñez Calonge perteneciente al Grupo de Ética y Buena Práctica Clínica de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Los resultados de este análisis único a nivel mundial se han expuesto en el Congreso de la SEF, en Bilbao.

    “Hace ya aproximadamente un año, en el Grupo de Ética y Buena Práctica Clínica de la SEF, pensamos trabajar en un documento que reflejara la problemática de los embriones acumulados en los bancos, y estudiar posibles soluciones”, explica la doctora.

    “Los centros de reproducción españoles están obligados a notificar sus resultados al Registro Nacional, coordinado por la SEF, y entre esos datos se encuentra el número de embriones congelados que hay en cada centro”. Sin embargo, nunca se ha analizado el destino de estos embriones, por lo que este estudio es pionero en España y a nivel internacional.

    En este país, la Ley de Reproducción Asistida describe cuáles son los cuatro posibles destinos de los embriones congelados excedentes de un tratamiento de reproducción asistida: uso posterior para los pacientes; donación a otras parejas; investigación; y cese de su conservación, es decir, destrucción.

    Conocer su destino

    Según los últimos datos publicados del Registro SEF, hay más 668.082 embriones en los bancos. Sin embargo, “no teníamos datos de cuántos de estos embriones están destinados para cada una de estas cuatro opciones”, explica Núñez Calonge. “Por ello, y ya que íbamos a trabajar en ese documento, pensé que sería útil e importante, conocer cuantos embriones había según cada destino”, añade.

    “Además, nos encontramos con un problema adicional. Son los embriones que llamamos abandonados o sin destino”, asevera la doctora. En este marco se encuentran varios supuestos. En primer lugar, hay pacientes que eligen donar sus embriones a otras parejas, pero no cumplen los requisitos necesarios. Como la edad de la mujer menor de 35 años o pruebas que deben tener cumplimentadas, según la ley, las mismas que para las donantes de óvulos.

    En segundo lugar, ocurre que hay pacientes que donan los embriones para investigación, pero no hay proyectos de investigación disponibles. Y, por último, hay pacientes que dejan de pagar los mantenimientos de la conservación y se desentienden de sus embriones, o que están ilocalizables (cada dos años como mínimo hay que ponerse en contacto con los pacientes para renovar los consentimientos).

    Si tras dos burofax que se envían a los pacientes no contestan, los embriones, según la ley, pasan a ser propiedad del banco.

    “Pero ¿qué puede hacer el centro con esos embriones? Los centros no se sienten suficientemente respaldados con la actual legislación y no se atreven a destruirlos por temor a que los propietarios de los embriones los reclamen en algún momento”, explica la doctora.

    “Todos estos argumentos apoyan la necesidad de conocer el número de embriones para cada destino”, asegura Núñez Calonge, que, para lograrlo, envió una encuesta a través de la SEF a todos los centros de reproducción asistida de España.

    “Sólo contestaron (tras sucesivos avisos), el 29% de los centros (71 centros en total). Muy probablemente, los que no contestaron fue porque no tenían registrados los datos que se pedían”, considera.

    El Grupo de Ética y Buena Práctica Clínica de la SEF decidió que los datos eran válidos y extrapolables a la realidad española ya que habían contestado los principales centros, con un número importante de ciclos de tratamiento y, por tanto, de embriones congelados.

    De hecho, los resultados de la encuesta incluyen más de 376.000 embriones (376.445), lo que supone la mitad de los que de forma obligatoria figuran en el Registro nacional.

    Pocas donaciones y no siempre valen

    Las principales conclusiones de los datos obtenidos indican que no llega al 5% los embriones donados a otras parejas. Además, de los donados, la mayoría no cumple requisitos para la donación.

    Casi un 17% de los embriones está destinado a investigación, pero la mayoría no tiene un proyecto concreto asignado, luego pueden permanecer así indefinidamente. Otro 18% tiene como destino la destrucción, explícitamente expresada por sus propietarios.

    Finalmente, un 12% de los embriones se considera sin destino o abandonado, y los centros los siguen acumulando sin saber qué hacer con ellos.

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