• Encontramos al niño de las monjas

    Celoso de su intimidad, Jesús prefiere guardar el anonimato, pero el conocido como “niño de las monjas” tiene 56 años y vive en Albacete. En el momento en el que www.diariosanitario.com publicó su historia, la del recién nacido prematuro que estrenó la primera incubadora de la provincia, no dejaron de llegar correos de familiares, vecinos y amigos que conocían la leyenda de aquel niño que criaron las obreras de la cruz, hoy responsables de la Clínica Santa Cristina. Dice la familia que, al verlo, las religiosas exclamaron: “¡Jesús, María, qué pequeño!”, de ahí el nombre.

    Hace 56 años, los padres de Jesús, el pequeño de cuatro hermanos, llegaron a Albacete, desde Alcadozo, con la esperanza de que alguien pudiera hacer algo por su hijo, un prematuro de seis meses y 600 gramos de peso, que, contra todo pronóstico, al llegar a la capital aún respiraba.

    Las obreras de la cruz lo cuidaron durante meses. Bautizado como Jesús, estrenó la primera incubadora de la provincia, que tuvieron que desembalar a toda prisa para que protegiera al pequeño. Ver cómo crecía en aquel nuevo invento un recién nacido tan pequeño se convirtió en una atracción para Albacete; se sucedieron las visitas y los donativos para que no le faltara de nada.

    Y así fue. Con el fin de que los padres pudieran estar cerca de Jesús, recibieron ayudas para trabajar y vivir en la ciudad. Además, hubo una obrera, a la que Jesús se refería como “la madre”, que se desvivió por el pequeño.

    Quienes conocen a Jesús aseguran que tanto sus padres como las obreras hicieron del conocido como “niño de las monjas” una gran persona, pero con el paso de los años ha sufrido las pérdidas por partida doble, ya que la muerte de Cristina Lluna, la directora del instituto de las Obreras de la Cruz en la provincia por aquel entonces, supuso un duro golpe para él, igual que el fallecimiento hace dos meses de su madre, quien, cuando acababa de dar a luz, no dudó en correr hasta Albacete en busca de un milagro para su hijo.

    Hoy Jesús guarda el mejor de los recuerdos de todos aquellos que marcaron su peculiar infancia, pero prefiere pasar desapercibido, de ahí que no publiquemos ni su imagen ni sus apellidos.

    Jesús, el niño milagro de Santa Cristina