Una técnico en cuidados lanzada contra la pared en un pasillo del Hospital General de Albacete o médico y enfermera golpeados en una visita domiciliaria en Toledo. El sindicato SATSE subraya que, según su última encuesta, el 75,32 por ciento de las enfermeras de Castilla-La Mancha consultadas ha sufrido alguna agresión, ya sea física (empujones, retenciones involuntarias, puñetazos…) o verbal (amenazas, vejaciones, insultos…) a lo largo de su vida laboral por parte de pacientes o familiares. Cerca de la mitad se ha enfrentado a una agresión hasta en cinco ocasiones.
La mayoría de las víctimas no cuenta con apoyo psicológico
El 75,23 por ciento de las enfermeras de Castilla-La Mancha consultadas afirma no tener la información y formación necesaria para afrontar una agresión en su desempeño laboral y el 66,13 por ciento considera que su centro de trabajo no dispone de los medios y medidas necesarias para evitar los episodios de violencia hacia los profesionales.
Seis de cada diez enfermeras que han resultado agredidos en Castilla-La Mancha durante su labor asistencial y de cuidados no han recibido ningún tipo de apoyo por parte de la administración pública o empresa privada sanitaria para la que desarrollan su trabajo.
Así se concluye en la macroencuesta realizada por el Sindicato de Enfermería, SATSE, a un total de 7.359 enfermeras para hacer una “radiografía” actualizada sobre el grave problema de la violencia en el ámbito sanitario que se sufre en el conjunto del Estado.
Según se desprende del estudio realizado por la organización sindical, las administraciones públicas y empresas sanitarias privadas no desarrollan ninguna actuación o medida de apoyo al profesional agredido, ya sea física o verbalmente, en el 68,17 por ciento de los casos. Un porcentaje que se “desploma” hasta el 4,22 por ciento si hablamos de ayuda psicológica especializada.
Un necesario apoyo inmediato
Preguntados también por el Sindicato de Enfermería por si creen que su empleador, ya sea una administración pública o una empresa sanitaria privada, apoya de manera eficaz a los profesionales agredidos, el 40,88 por ciento responde de manera negativa.
“Es muy lamentable que cualquier profesional que ha sido agredido cuando estaba prestando de la mejor manera posible su atención y cuidados a otra persona no reciba el apoyo inmediato y permanente de sus responsables en unos momentos tan duros y difíciles en los que requiere información, asistencia y asesoramiento”, apuntan desde la organización sindical.
El 65,69 por ciento de los profesionales agredidos no denuncia
De otro lado, la encuesta del Sindicato de Enfermería concluye que el 65,69 por ciento de los profesionales agredidos no denuncia lo sucedido. Lo argumenta poniendo de manifiesto su falta de confianza en la respuesta del sistema. En concreto, la mitad de las enfermeras y enfermeros piensa que la notificación del episodio de violencia sufrido no sirve para nada.