• ¿Cómo prevenir la enfermedad de Lyme?

    Patología emergente que tiene su origen en las garrapatas

    El contagio de la enfermedad de Lyme por la picadura de una garrapata es un riesgo que está ahí y va en aumento, como ocurre con la fiebre hemorrágica. De hecho, el Ministerio de Sanidad advertía en 2017 a las cuatro comunidades donde se habían encontrado garrapatas con virus transmisibles, que eran Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Madrid.

    El contagio de la enfermedad de Lyme por la picadura de una garrapata es poco probable, pero el riesgo está ahí
    • La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias ha distribuido esta infografía para recordar cómo prevenir los contagios por garrapatas.

    Todo empezó en septiembre de 2016. Un madrileño, al que le habría picado la garrapata en Ávila, falleció de fiebre hemorrágica. Ante lo inusual del caso, se empezó a investigar y se descubrió que en una finca pegada a Portugal había garrapatas con el virus. El Ministerio de Sanidad decidió entonces poner a trabajar a las cuatro comunidades autónomas que podrían estar en riesgo.

    Entre Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Madrid recogieron 9.000 garrapatas de animales domésticos y silvestres, porque, aunque estos ectoparásitos se encuentran también en la tierra, son más fáciles de localizar en sus huéspedes, perros, ciervos o jabalíes, a los que extraen la sangre para alimentarse. Así fue como se llegó a la conclusión de que el riesgo estaba en el campo.

    La enfermedad de Lyme se vigila desde 2018

    Asimismo, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades incluyó la enfermedad de Lyme en su lista de enfermedades sujetas a vigilancia epidemiológica en 2018.

    Según el Registro de Atención Sanitaria Especializada, realizado entre 2005-2019, durante este periodo se registraron 1.865 pacientes con esta enfermedad y se produjo un incremento de hospitalizaciones del 191,80%.

    El mayor riesgo de adquirir esta enfermedad se produce en primavera en zonas no húmedas y en verano en regiones húmedas.

    Sin el tratamiento adecuado, se cronifica por lo que la intervención temprana y adecuada es crucial para prevenir las complicaciones crónicas de la Enfermedad de Lyme.

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