• Enfermera escolar: más allá de curar heridas

    Castilla-La Mancha tiene 1.503 colegios, 262.729 alumnos y solo 61 enfermeras

    El Autor

    Sonia Tortosa González

    Periodista

    Lucas debutó con diabetes con tan solo 20 meses. El primer año de Educación Infantil, a pesar de la implicación de Araceli Fernández, su profesora, sus padres vivían en el colegio. “Entiendo que un profesor no es un enfermero, le dan miedo ciertas cosas y tanto mi marido o yo nos acercábamos para controlar al niño. Afortunadamente, en mi oficina me permitían entrar y salir y además estoy al lado, si no hubiera tenido que dejar de trabajar”, explica Celia Serrano, la madre de Lucas. Marta Martín, otra madre del colegio, no tuvo la misma suerte laboral. Cuando su hijo Pablo enfermó de diabetes tuvo que dejar su trabajo en Madrid, era absolutamente incompatible con estar “cada dos horas en el centro, subir a clase, pincharle, gestionarle, en definitiva, y eso a pesar de que la profesora nos ayudaba muchísimo”.

    El Colegio Santo Tomás de Villanueva de Ciudad Real es el único de la capital con una enfermera en sus aulas

    enfermera escolar
    Lucas, con su enfermera.

    Su profesora se echó a llorar

    La vida de ambas cambió radicalmente cuando llegó la enfermera al centro hace ya dos años. Celia afirma que cree que hasta engordó. “Para mi supuso una tranquilidad inmensa. Sé que mi hijo cuenta con una persona cerca que se dedica a esto, que no dependemos de la buena voluntad del personal docente. Ahora tiene cinco años, lleva bomba de insulina y todavía no se sabe manejar. Tienes que estar encima de él y ella lo está”.

    Araceli Fernández, la profesora de Lucas, se echó a llorar directamente cuando le presentaron a la enfermera, tal era su estado de tensión. Cuando el niño entró en clase, le dieron instrucciones  resumidas en un panel, con todo lo que tenía que hacer en caso de subida o de bajada. “Tenía muchas fluctuaciones en los niveles de azúcar, la clase era interrumpida constantemente, la bomba pitaba, me tenía que poner en contacto con los padres. Soy una persona muy nerviosa, no tengo conocimientos sanitarios, y tomaba decisiones para las que no me veía capacitada. Tenía miedo a tomar una decisión errónea que perjudicara al pequeño, y vivía en un clima de ansiedad y de nervios”. Así estuvo de septiembre a marzo. Un día recibió la visita de la inspectora que conoció de primera mano la situación y adoptó la medida de enviar a la primera enfermera escolar, y todo cambió de la noche a la mañana. “Ella está pendiente de cómo viene por la mañana y le hace los controles cuando procede. Ahora estoy dedicada a enseñar, sin interrupciones”.

    En la misma línea se expresa María José Díaz, otra profesora de Educación Primaria que tenía un asmático y un alérgico en su aula. “Tenía millones de intolerancias a todo. Además era alérgico a las picaduras de los insectos y a ciertos medicamentos. Pasamos todo el proceso de sensibilización y para mí fue fundamental la figura de la enfermera para saber qué podía y que no podía hacer el niño, si las reacciones eran normales en el proceso o no”.

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    María José Díaz, durante una clase.

    El primer colegio con enfermera escolar

    En marzo de 2019, el colegio público Santo Tomás de Villanueva de Ciudad Real, con 650 alumnos, se convirtió en el primer centro de la capital en contar con este recurso. Hoy, dos años más tarde, sigue siendo el único. En Castilla-La Mancha hay 1.503 colegios, con un total de 262.729 alumnos y tan solo 61 enfermeras escolares. ¿Cómo es posible si padres y profesores, entre otros, lo califican como un servicio esencial?

    María Jesús, tu enfermera

    María Jesús León es la enfermera del colegio, conocida y querida por todo su entorno por su profesionalidad y por su implicación con el centro. Posee un master en Enfermería Escolar por la Universidad de Barcelona.  Su puesto de trabajo depende de la consejería de Educación, y es un recurso que hay que renovar año a año, en función de las necesidades.  Su labor es asistencial, preventiva y formativa.

    “Los crónicos, sobre todo los diabéticos, se llevan gran parte de mi tiempo, les pongo la insulina, les hago controles  cuando llegan,  antes y después de desayunar… son niños que tienen muchas bajadas y a veces ni se las notan, es el profesor el que te llama y te dice que le ve muy flojo. Además tenemos alérgicos a variedad de comidas, epilépticos, asmáticos, autistas, y niños con síndrome de Down, todos ellos muy integrados”. Cada uno tiene sus necesidades y requiere su tiempo, comenta María Jesús. “Hacemos educación sanitaria para que ellos sean conscientes de su limitación y de cómo afrontarla”.

    Otra parte muy importante de su trabajo son “las heridas de guerra en el patio”, como ella las denomina: “luxaciones, abrasiones, esguinces, alguna nariz rota… de todo. Hacemos un tratamiento inicial y si requiere de más cuidados se le deriva al médico”. Y es que como dice Celia, no es solo la atención a su hijo, sino a todos: si un niño se cae y hay que darle un punto de sutura, un niño que necesite adrenalina porque se haya comido un cacahuete y sea alérgico…La figura de la enfermera es indispensable”.

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    Madre y enfermera.

    Educar en salud

    Hay otra parte de su día a día, decisiva igualmente, que es la educación en salud, con talleres y actividades adaptados a cada edad, y donde se incluye al personal docente y a los padres. María Jesús es la encargada de elaborar, por citar sólo algunos ejemplos, todos los contenidos del “Rincón de Enfermería”, “un mural con información sanitaria relevante como la pirámide nutricional, el esquema del soporte vital básico, cómo hacer frente a un ataque epiléptico, una reacción anafiláctica o cómo utilizar las jeringas precargadas”. Además se hacen semanas temáticas, con motivo del día de la Enfermería, o de salud visual, del corazón, del autismo o del síndrome de Down. “Mi objetivo es que siempre vean a la enfermera como una figura que te acompaña en todas las etapas de tu vida, te guía, te aconseja y no solo cuando estás enfermo”. En el apartado de ‘SaludArte’ del mural, les muestra “cuadros famosos relacionados con la sanidad, enfermeras que han estado en guerra, que han salvado vidas, como Isabel Zendal y que les gustan mucho”.  

    Desde primeros auxilios a cambios hormonales

    Al mismo tiempo se realizan talleres de toda índole. “Ahora estamos con las picaduras, pero hemos abordado la nutrición, higiene bucal, primeros auxilios, cambios hormonales, COVID, RCP…”. Nunca es bastante y María Jesús no deja de idear nuevas actividades para motivar y formar a los alumnos. Se inventó un ‘escape room’ de vacunas, o una gimcana saludable para fomentar el ejercicio físico y a la vez repasar los conceptos que se habían trabajado en clase. “Este ha sido un año especial, con ciertas limitaciones, pero no se ha parado”.

    Su despacho es un cúmulo de manualidades formativas elaboradas por ella misma y distinto material sanitario que se ha encargado de solicitar a distintas empresas y laboratorios para sus charlas informativas, y es que está convencida que en la prevención está la clave: “Hablamos de enfermedades como colesterol u obesidad y de adicciones al alcohol, tabaco u otras drogas, o a las nuevas tecnologías y sus riesgos físicos y psíquicos. Un niño o adolescente bien formado en estos temas, será un adulto más sano, sin duda”.

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    ¿Cómo podíamos vivir sin enfermera?

    Los profesores del centro no saben cómo podían vivir sin enfermera. “Cuando llegó, promovió cursos de formación para los docentes como los de RCP y uso de desfibrilador, ellas nos formaron e informaron. Este año, con la pandemia, su trabajo ha sido fundamental porque no es lo mismo que lo contemos nosotros que ella que tiene formación, experiencia y recursos; contextualiza toda la teoría en una práctica muy cercana. Nos hemos dado cuenta de que la enfermería está impresa en nuestro día a día. (…) Tuve un niño que se desmayó y empezó a convulsionar. Nadie sabía cómo reaccionar, este año he tenido dos confinamientos y su posición ha sido determinante para saber qué hacer o no. No concibo cómo no se puede valorar esta figura en los colegios, al menos en centros tan grandes como éste. En este centro somos tan dependientes de ella que no sé cómo funcionaríamos sin ella”, cuenta María José Díaz.

    El director del Colegio, Enrique Alabau Dotor, afirma que están realmente encantados con la enfermera. “Es una reivindicación que se ha hecho desde los centros, nosotros es el tercer año y la valoración no puede ser más que positiva, no solo por el trabajo que hace con los alumnos sino por la implicación en el centro. Ahora tenemos que hacer un informe para solicitar este recurso extraordinario. A las familias les da mucha tranquilidad que sus hijos estén en manos de los profesionales. Antes había mucho estrés porque no sabías abordar la enfermedad con garantías. La enfermera nos ha dado tranquilidad y seguridad sobre todo en este año de pandemia. Además, ha revisado los protocolos en materia de salud y los cumplimos todos”.

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    Araceli Fernández, maestra de Lucas, en clase.

    Plataforma Estatal de Enfermera Escolar

    En abril de 2019 nació la Plataforma Estatal de Enfermera Escolar constituida por el Sindicato de Enfermería (SATSE), el Foro Español de Pacientes (FEP), y el Sindicato Independiente de la Enseñanza Pública (ANPE). Carmen Guerrero, es la portavoz de SATSE-CLM. “Estamos convencidos que esta figura es necesaria”. La plataforma puso en marcha una campaña para conseguir la implantación de la enfermera escolar en todos los centros educativos de nuestro país bajo el lema ‘Su salud, tu tranquilidad’.

    Desde la Plataforma se han mantenido encuentros con Sanidad y con Educación para explicarles “cual era nuestro modelo ideal: que cada centro escolar estuviera adscrito a un centro de salud y que ahí hubiera un enfermero que se ocupara solo de las labores del centro. Esa figura no la tenemos. Sí hay alguna enfermera escolar, que son muy pocas que contratan para casos puntuales, con niños con necesidades especiales, pero para nosotros, eso está muy lejos de lo que queremos conseguir”. También se han puesto en contacto con el Defensor del Pueblo, e incluso con la sección de menores de la fiscalía general del Estado “porque entendemos que no se están poniendo todos los medios para proteger la salud de los menores”.

    Sin presupuesto

    Hasta el momento, la respuesta no ha sido muy positiva. De hecho, el acuerdo alcanzado entre Gobierno y comunidades autónomas sobre las medidas a implementar en el próximo curso escolar para proteger a la comunidad educativa frente al COVID-19 no establece la implantación generalizada de la enfermera escolar. Se esgrimen motivos económicos para no implantar enfermeras en las aulas. “El tema económico no debería ser un motivo para que no se implantara porque según nuestros cálculos hablaríamos de 16 a 20 euros por habitante y año, mientras que los datos que nos llegan de distintos estudios de investigación sobre el coste de enfermedades como la diabetes, obesidad, enfermedades crónicas que podrían mejorar con hábitos de vida adecuados y una educación sanitaria desde la infancia, serían mucho mayores”.

    El 30% de los accidentes infantiles, en horario escolar

    Además, recuerda Carmen Guerrero, el 30% de los accidentes infantiles se producen en horario escolar, hay un 15% de alumnos con patologías crónicas, y luego hay que tener también en cuenta el tema de la conciliación familiar. Cuando un niño se pone malo, lo único que pueden hacer los docentes es llamar a los padres… Además ahora, en pandemia, que hay que mantener medidas higiénicas sanitarias excepcionales, cobra aún más sentido esta figura. Hay otros países, Reino Unido, Francia, EEUU que está implantada. Es una pena que se pongan tantas trabas a algo que en nuestra opinión es bastante obvia su necesidad”.

    Hemeroteca

    Una enfermera escolar por cada 4.300 alumnos

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