Heroínas anónimas

Las enfermeras Esther Cárceles e Isabel Villena regresaban del turno de noche en el Hospital de Almansa cuando se encontraron con un accidente de tráfico en la autovía, a la altura de Chinchilla. Un camión había volcado y atravesaba la mediana mientras un grupo de conductores trataba de sacar al camionero. No lo pensaron, al unísono, las enfermeras pararon el coche, cogieron unos guantes y corrieron por el asfalto.

• El Colegio de Enfermería de Albacete felicitaba a sus colegiadas en las redes sociales: “Desde el COE felicitamos a las enfermeras Isa Villena y Esther Cárceles, que esta mañana antes de que llegara el SVB y efectivos de la Guardia Civil y Bomberos, han atendido “in situ” a los accidentados en la A-31 a la altura de Chinchilla de Montearagón”.

Tres enfermeras y una médico, vitales en un accidente de tráfico múltiple en el que coincidieron de casualidad

Mientras las enfermeras Esther e Isabel atendían al herido, que no parecía grave, pero se encontraba en estado de shock, escucharon dos golpes. Se giraron y vieron cómo un camión bandeaba mientras embestía a un coche. Tienen grabada la imagen del conductor ensangrentado dentro de un turismo que parecía un acordeón. Pero, como si lo hubiesen ensayado mil veces, corrieron a socorrerlo.

El destino quiso que una médico del Centro de Salud de Almansa, que también había parado al ver los accidentes, las apoyara con un maletín de material sanitario, junto con una enfermera que venía de Yecla. Además, una ambulancia que pasaba por allí camino de un traslado les pudo dar una bala de oxígeno.

Esther recuerda hoy cómo las cuatro trabajaron para estabilizar a los heridos como si fueran una sola persona, un equipo que se conociera de toda la vida. No dudaron; no hubo nervios; sólo trabajo sin pensar en que nunca se habían enfrentado a una circunstancia así sin el material necesario.

Después de su intervención, llegaron los bomberos del Sepei a excarcelar a los conductores heridos y finalmente llegó la ambulancia para el traslado a Albacete. Pero cuatro mujeres anónimas, que volvían de una larga jornada de trabajo, fueron las que estabilizaron a los heridos en el momento del siniestro. Y es que la pronta respuesta resulta vital en este tipo de emergencias.

“Trabajamos como si nos conociéramos de toda la vida”

“Lo volvería a hacer una y mil veces”

Isabel y Esther explicaban esta mañana a Diario Sanitario que volverían a hacer lo mismo una y mil veces. Eso sí, si la mañana del martes actuaron sin pensar, imaginar otra situación parecida les infunde el miedo que no llegaron a tener cuando vieron a los heridos. De la médico del centro de salud de Almansa sólo recuerdan que se llama Mónica y que su maletín y profesionalidad fueron cruciales. La enfermera de Yecla se llamaba Carmen y tampoco podrán olvidarla.

Debido a la ley de protección de datos, no saben cómo están los heridos, pero las cuatro viajan varias veces a la semana por la autovía que conecta Albacete con Valencia a su paso por Almansa. Los conductores tienen cuatro ángeles de la guarda.

El accidente

Un total de once efectivos del Servicio Especial de Prevención y Extinción de Incendios (SEPEI) de la Diputación de Albacete (concretamente, en dos camiones y tres vehículos ligeros procedentes del Parque que el Servicio provincial tiene ubicado en Almansa) acudían el martes hasta el kilómetro 116 de la A-31, dirección Valencia, donde, a primera hora de la mañana, se producía un accidente múltiple.

En el suceso, que tuvo lugar en el punto ubicado a la altura de Chinchilla de Montearagón de la citada autovía, resultaron implicados tres camiones y un turismo, provocando que dos personas quedaran atrapadas: un camionero y el conductor del turismo.