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La enfermería española, por su formación, es un diamante en bruto en Alemania, donde consigue la estabilidad laboral que añora en España
Quizás le costó decidirse, pero una vez que empezó sus estudios de Enfermería supo que había elegido la profesión correcta, una profesión vocacional, de cuidado al paciente, “una de las profesiones más bonitas del mundo”, expresa José Antonio Jaime Jareño, natural de La Solana (Ciudad Real). Lo que no tenía tan claro es que terminaría trabajando en el extranjero, lejos de su familia y de sus amigos, emprendiendo una carrera en solitario de la que se siente orgulloso.
José Antonio Jaime Jareño, enfermero en la UCI de Cardiología del Hospital Universitario de Mainz, en Alemania: “Desde el día uno tengo un contrato indefinido”
“En España hay enfermeros y no los contratan, en Alemania no los contratan porque no hay”
“He aprendido muchísimo tanto profesional como personalmente”
“Desde el principio tuve claro que no me iba para siempre, lo que no sé es cómo de largo será el proceso de vuelta”
“He aprendido muchísimo tanto profesional como personalmente. En España ya vivía solo pero el hecho de vivir tan lejos solo, no tener a mano ese refugio que es el entorno familiar es complicado, pasas momentos malos, pero aún eso lo valoro de manera positiva”. De todas formas está seguro que volverá a España. “Nunca me he arrepentido de irme pero mis amigos y mi familia siguen estando allí. Desde el principio tuve claro que no me iba para siempre, lo que no sé es cómo de largo será el proceso de vuelta”. Su vida allí es “normal, igual que aquí. La diferencia es que cuando tengo días libres cojo un avión para ir a ver a mi gente, pero por lo demás, el día a día no es muy diferente, trabajar, pasar el rato con mi grupo de amigos…”.
Rumbo a Alemania
Fue en 2013 cuando tomó su decisión. “Llevaba un tiempo en que las condiciones de trabajo que tenía en España no eran buenas y me estaba planteando ir al extranjero. Antes de Alemania tanteé otras opciones como Bélgica, por ejemplo. Entonces a través del Colegio de Enfermería de Ciudad Real contactamos con una empresa de reclutamiento que ofrecía trabajo en Alemania, y me pareció bien”. Sabía que al principio no iba a ser fácil, era un proceso de selección duro, pero no tenía nada que perder”.
José Antonio Jaime empezó a trabajar en una residencia de ancianos de la que aún hoy guarda un entrañable recuerdo, aunque no le pusieron las cosas fáciles desde un primer momento. “La empresa de reclutamiento a los pocos meses cedió nuestro contrato a la residencia y a partir de ahí, nos tuvimos que buscar la vida, y tanto con la homologación como el examen del idioma lo tuvimos que hacer nosotros”. Desde luego fue muy duro porque “estás en una ciudad de la que no conoces nada, ni siquiera el idioma”, pero es algo que José Antonio valora positivamente porque le hizo aprender muy rápido.
Estuvo en la residencia un año y cuatro meses, y una vez se sintió seguro con el idioma y con la forma de trabajar de los hospitales de allí, dio el salto al hospital, primero en la parte de cuidados intermedios de la UCI Cardiológica del Hospital Universitario de Mainz, y después en cuidados intensivos, donde sigue desarrollando su trabajo.
Estabilidad y condiciones laborales dignas
No es un secreto que los profesionales sanitarios españoles están muy bien valorados en el extranjero, y que destacan por su extensa formación. Visto así parece increíble que el sistema nacional de salud deje marchar tanto talento por no saber cuidar a sus profesionales y ofrecerle la estabilidad que merece.
Cuenta José Antonio que la atención al paciente, a pie de cama, es muy parecida en España y en Alemania, pero sí se diferencian ambos sistemas en la organización y en las condiciones laborales. “La estabilidad de allí no se puede comparar con la de aquí. Tengo desde el día uno un contrato indefinido, en el hospital que yo elegí y en el servicio que yo elegí. Aquí sería inviable sin pasar antes por contratos precarios, bolsas de empleo, etc. Tengo compañeros de promoción que a día de hoy no tienen su plaza fija, tienen contratos de un mes, a lo mejor cuando se les acaba, de un día. Es verdad que no les va faltando y con el tiempo no pasan tanto tiempo en paro entre contrato y contrato, pero es una carrera de fondo”.
Pioneros en el Hospital de Mainz
Aun así, no todo es perfecto en Alemania, de hecho José Antonio Jaime está muy implicado en el movimiento sindical, es miembro suplente de la junta de personal, y en su hospital han sido pioneros en adoptar una medida que mejorará las condiciones de los profesionales de Enfermería, y que se está empezando a implementar en otros hospitales.
“Alemania, -cuenta nuestro enfermero-, tiene una carencia de personal exagerada porque no hay enfermeros. En España hay y no los contratan, en Alemania no los contratan porque no hay. En mi hospital hemos negociado un convenio que descarga de trabajo al personal en la que se fijan las ratios mínimas que tiene que haber de descanso. La ley dice que para 12 pacientes tenemos que estar 6 enfermeros. Si estamos menos nos dan 0,2 o 0,3 días de descanso que se van sumando y al final puedes cogerte días extras libres porque el hospital no ha sido capaz de asegurarte que trabajes en unas condiciones óptimas”.
Precisamente es algo de lo que el sistema español debería aprender, mirar y cuidar del personal. “Desde luego no se puede decir que se les trate mal pero no se mira por sus intereses o por su estabilidad, sólo hay que ver los contratos que se hacen. Con el tema del COVID se ha visto claro, se ha contratado a muchísimo personal al que, cuando se ha creído que no era necesario, que no es que no lo fuese, cuando las administraciones lo han decidido, se les ha dado la patada, o se les ha cambiado de servicio sin tener en cuenta ni la capacitación ni la experiencia”.
Un periodo de acompañamiento
Esa es sin duda otra de las grandes diferencias entre ambos sistemas sanitarios. “En Alemania, si no tienes experiencia, te forman para que puedas trabajar en un determinado servicio. Si decidiese volver a España me podrían enviar a trabajar a una UCI pediátrica aunque no haya trabajado en la vida, y eso para mí es un riesgo. En Alemania eso es impensable. No te dejarían jamás solo en un servicio donde no has trabajado y tendrías que pasar por un periodo de acompañamiento como el que tuve yo cuando llegué a mi hospital”.
De ese periodo formativo, precisamente, se ocupa actualmente José Antonio con sus nuevos compañeros. “Por legislación, para poder utilizar cada uno de los cientos de aparatos que tenemos en las UCI tienes que tener un curso de formación y yo soy uno de los docentes. En España llegas y te sueltan. Cuando trabajé en la UCI de Ciudad Real, hacía un mes que había terminado la carrera y me dieron un contrato de noches; me dijeron ahí están tus pacientes, arréglatelas. Aquí tienes ese acompañamiento y formación específica en cada uno de los aparatos”.
La pandemia en Alemania
Al igual que en el resto del mundo, en Alemania el periodo de pandemia “ha sido y sigue siendo duro, esto no se ha acabado”. Sí ha sido un poco diferente por la organización de su hospital.
“Hemos tenido la suerte, al menos en nuestro hospital que es un hospital grande, con 5 UCI, de haber repartido a los pacientes sin que hubiera una sola UCI que se encargara del coronavirus para así evitar la sobrecarga del personal de esa UCI. Una semana estábamos tratando pacientes con COVID y a la siguiente veíamos otro tipo de pacientes; el que ninguna UCI fuera cien por cien COVID nos ha ayudado a llevar la situación mejor pero aun así sí se ha notado en la carga de trabajo”. En cualquier caso, la diferencia con la situación que se ha vivido en los hospitales de nuestra comunidad autónoma ha sido notable, por lo que es mucho que nuestro sistema nacional de salud debería implementar en este y en otros sentidos, eso sí, teniendo siempre en cuenta que “como en España, en ningún sitio”.
