• Cuarenta años dedicados a sus pacientes

    Se jubila Enrique López de Coca, el médico de Chinchilla

    Este 20 de mayo de 2022, el Dr Enrique López de Coca ha salido de su centro de salud con un sabor agridulce. Agradecido por los pacientes que lo han despedido entre lágrimas, pero con el pesar de quien pasa una última página de un libro que no quería terminar. Se jubila a los 70 años quien ha sido el médico de Chinchilla (Albacete) durante cuatro décadas. Con razón dice: “Soy más conocido en el pueblo que los cañones de la plaza”.

    Enrique López de Coca
    Fotografía: Nacho García.

    “Soy más conocido en el pueblo que los cañones de la plaza”

    El Dr Enrique López de Coca ha visto crecer a generaciones de chinchillanos. Y ha disfrutado cada día de lo que es para él la parte más bonita de ejercer la Medicina, las relaciones humanas, el trato con el paciente. Se guarda un sinfín de anécdotas, de buenos y de dolorosos momentos, pero hoy ha sido el mejor y el peor de sus días como médico. Inolvidable por las muestras de cariño, pero triste porque no volverá a ejercer en la sanidad pública.

    “Me voy porque me echan”

    “Me voy porque me echan”, confiesa con humor un médico que ha disfrutado cada día de la Medicina de Familia, esa que cambiaría con más medios, como un ecógrafo, y más personal. Aunque también reconoce que ha vivido tiempos más duros que los actuales.

    Este médico, de Familia por oposición, pero internista por formación, sufrió con Chinchilla el cierre de la cerámica. No olvida cómo medio pueblo se enfrentó a la pobreza y la miseria. Así, aunque hace años que dejó la casa del médico para vivir en Albacete, no ha querido guardar las distancias con sus pacientes, entre los que conserva grandes amigos.

    Con 70 años y 40 años de experiencia -sólo le han faltado 10 días para redondear la cifra-, no sabe qué hará a partir de ahora, porque reconoce que lo que le gusta es su trabajo, atender a sus pacientes.

    De Ciudad Real a Albacete

    Natural de Ciudad Real, Enrique López de Coca estudió en Madrid y se especializó en Albacete, donde estuvo contratado en el Perpetuo Socorro hasta que sacó la plaza de Chinchilla por oposición. Ha tenido oportunidades de volver a Albacete, pero no ha querido marcharse de ‘su pueblo’.

    Hijo del jefe de Medicina Interna del Hospital de Ciudad Real, de la tercera generación sólo será médico su sobrino. De hecho, López de Coca cuenta con orgullo que el joven está dentro de las 100 mejores notas MIR. Será internista como su abuelo y su tío.

    Este médico, como la mayoría, no ha parado de estudiar. Ha lidiado con la burocracia y la falta de medios, con aparatos lentos y obsoletos, pero no ha dejado de mirar a la cara al paciente mientras escribía a dos dedos. Además, los pocos ratos libres los dedicaba al Grupo de Enfermedades Vasculares (GEVA). Un equipo de médicos que durante el último cuarto de siglo ha seguido la evolución de 2.000 pacientes, dando lugar a una escala de riesgo cardiovascular única en España.

    “Me morí el 28 de diciembre de 2015”

    Y por aquello de “en casa del herrero cuchara de palo”, lo que tendrá que hacer ahora es no parar de caminar. Todo porque, como él mismo explica: “Me morí el 28 de diciembre de 2015”. Una aneurisma de aorta lo llevó al quirófano y de ahí a la UCI. Pero aún le dio tiempo a ‘resucitar’ para regresar a su centro de salud.

    López de Coca se marcha como médico de la sanidad pública. Sin embargo, no se va. Regresará siempre que pueda a pasear por la Plaza de Chinchilla, esa donde los cañones lo miran con la complicidad de la veteranía.

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