• Farmacia de barrio, mucho más que un negocio

    El Autor

    Juan Antonio González Ochoa

    Maestro y periodista

    Es viernes, las 8 en punto y un viento frío que corta la piel acompaña a los transeúntes del barrio. Algunos acuden a la farmacia para un recado de última hora. Dentro, después de  casi 12 horas ininterrumpidas, la Farmacia Díaz López está a punto de cerrar.

    El chorreo de pacientes no para y Arturo Díaz, el farmacéutico titular, prepara una caja de 50 test COVID que tiene encargados. “Son para una cena de Navidad, los ha encargado el jefe de la empresa”, aclara afablemente. Arturo Díaz tiene esta farmacia en Albacete desde hace 3 años y medio. Está situada en el corazón del Barrio Industria de la capital manchega y podría ser un ejemplo de las miles que hay por el territorio nacional.  A este joven treintañero le cautiva su trabajo de bata blanca, pero antes ya había ejercido de ingeniero agrónomo y de profesor de piano. Una carrera brillante que cambió de rumbo cuando se creó la Facultad de Farmacia en Albacete, en 2010. No se lo pensó dos veces y decidió iniciar un trayecto que hoy lo ha traído hasta aquí.

    Los pacientes

    Arturo habla de pacientes, “la palabra cliente no refleja nuestro verdadero trabajo que es mucho más: aconsejar, hacer seguimiento de medicaciones, acompañar…”. Su farmacia es un pilar fundamental de la vida en el barrio. “Confían en nosotros para pequeños diagnósticos antes de ir al médico, evitamos muchas visitas a Urgencias”, afirma con orgullo. 

    La lluvia de personas delante del mostrador no cesa, parece que se ponen de acuerdo, sale uno y entra otro. Una estructurada cadena que acogen María José Moreno y  Rosi Carrión, las dos farmacéuticas adjuntas. Ambas desbordan juventud y ganas. Rosi atiende  a una vecina:

    • “Llevo unos días perdiendo pelo, antes nunca me había pasado”.
    • “Vamos a darle fuerza a esas raíces. Como tu pelo es graso te recomiendo probar este champú”, afirma Rosi acercándose al estante y mostrándole el bote. El argumento parece convencer a la paciente que mira el envase atentamente.
    farmacia barrio

    Rosi Carrión recomienda un champú en la Farmacia Díaz López.

    Lo mejor de la farmacia de barrio, el trato con la gente

    Mientras tanto, María José se pelea en el mostrador con el ordenador y cuenta que de su trabajo le gusta “el trato con la gente”. Quiso dedicarse a la Medicina pero “no estaba preparada para ver ciertas cosas”, así que en la Farmacia se siente igualmente útil pero sin enfrentarse a situaciones tan comprometidas. De repente, la puerta deja entrever una octogenaria de pelo blanco, bien peinada y con un abrigo de vestir color beige que la interrumpe:

    • Hola, bonica, ¿me miraste eso?
    • Sí, Doña Josefa. La receta estaba sin visar por el médico y por eso no aparecía. Ya está solucionado. Le doy lo suyo.

    Tras la breve conversación, María José saca una bolsa con algo dentro y se la entrega.

    • ¡Qué tengas buena tarde, bonica! Muchas gracias.

    El grupo más vulnerable

    La tierna escena demuestra la importancia del trabajo de farmacia con las personas mayores y nos hace entender las prebendas que a veces se tienen con ellas. Son, sin ninguna duda, el grupo más vulnerable, algunos están solos y esta atención personalizada les da mucha seguridad. La Farmacia Díaz López es un local espacioso y acogedor, iluminado por la juventud y las sonrisas de sus trabajadores. No siempre fue así, los tres farmacéuticos recuerdan con pena los meses del confinamiento. Atendían a través de una ventana, desinfectando todo tras cada venta y sometidos a un enorme estrés. Muchas personas sintomáticas acudían a ellos por miedo a ir a Urgencias. Todo lo que pasaron quedará para siempre en sus recuerdos  pero lo compensa que “los pacientes te llamen por tu nombre”, comenta Rosi. Ella, además, es muy conocida en el barrio pues se ha criado en él. Los tres compañeros de promoción son ahora, además de amigos, una familia laboral muy bien avenida y eso lo agradecen ellos y los pacientes.

    farmacia barrio

    Rosi y María José  en el mostrador de la Farmacia Díaz López.

    La demanda de test COVID se multiplica

    En la trastienda Arturo sigue liado con los test COVID. En una semana de diciembre han vendido 141 pruebas, el triple que en el mes de noviembre entero. Se levanta y se dirige al almacén. Quiere enseñar el Belén que está preparando. Este año el tiempo se le ha echado encima y los vecinos ya preguntan… “me dicen, ¿qué pasa con el Belén?, ¿este año no lo pones?”. Y es que se ha convertido en un elemento más de la Navidad del barrio. Un deleite visual para los viandantes que Arturo ve como otro compromiso más con el que ya es también su barrio. Las señoriales figuras de tamaño medio están apiladas esperando recobrar vida un año más. “El Belén era de mi tía y tiene casi 50 años”, afirma mientras sostiene con cariño la figura de un pastor. Espera tenerlo listo a lo sumo en tres días.

    farmacia barrio

    Arturo Díaz montando el Belén de su farmacia.

    La persiana no baja hasta las 9 de la noche

    Faltan 5 minutos para las 9 de la noche. Arturo aprieta el botón de la persiana que empieza a bajar, como un telón de teatro que da por finalizado el espectáculo y que en unas horas volverá a levantarse. Las funciones de mañana serán nuevas… porque junto a cada receta, cada consejo farmacéutico, cada test de antígenos, cada rato de charla con un paciente, cada seguimiento … hay la historia de vecino que confía en la farmacia de su barrio y la de una farmacia que cuida su barrio hasta convertirse en una parte vital de él.

    Un comentario

    1. Me ha encantado el artículo ! Con qué sensibilidad , mimo y delicadeza has mostrado el trabajo en esa farmacia …
      Personas que nos han acompañado , también en este duro trayecto que nos ha tocado vivir … Hemos encontrado en ellos ese apoyo y empatía tan necesaria … Y los has sabido reflejar, a través de tus palabras , el agradecimiento, que les tenemos , por aportar su granito de arena en estas circunstancias extraordinarias … ENHORABUENA , por tu trabajo periodístico, un deleite para mis sentidos ! Espero que la vida , te sonría , siempre

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