El oncólogo Antonio Fernández Aramburu recapitula en esta entrevista sobre sus más de tres décadas de lucha contra el cáncer
El oncólogo Antonio Fernández Aramburo está convencido de que, a sus 58 años, no verá la cura del cáncer, pero en más de tres décadas dedicadas al paciente oncológico ve personas curadas a diario. En una entrevista esperanzadora para quien se enfrente al diagnóstico, este médico reconoce que el Sescam tiene que poner solución a las listas de espera así como apostar por una medicina de precisión de la que la sanidad pública de Castilla-La Mancha no debe descolgarse.
“Hasta en las peores situaciones se pueden hacer cosas para mejorar la evolución del cáncer”
- Antonio Fernández Aramburo
- 58 años. Nacido en Yeste (Albacete) en 1963.
- Licenciado en Medicina por la Universidad de Murcia.
- Formación MIR en Oncología Médica en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
- Oncólogo Médico en el Complejo Hospitalario de Albacete desde 1995, y jefe de la Sección de Oncología Médica desde 2004.
- Profesor Asociado de la Facultad de Medicina de la UCLM en Albacete desde 2002.
- Presidente de la Sociedad de Oncología Médica de Castilla-La Mancha, entre 2011 y 2013.
- Miembro del Grupo Español de Investigación del Cáncer de Mama (GEICAM), y del Grupo Español de Tratamiento de Tumores Germinales, de los que ha formado parte, respectivamente, de la Junta Directiva y del Comité Científico.
¿Qué le dice a un paciente cuando entra por primera vez en su consulta?
Cuando un paciente asiste por primera vez a la consulta de Oncología los sentimientos que le acompañan suele ser, sobre todo, el miedo y la incertidumbre. Mi principal preocupación en ese momento es intentar ganarme su confianza, explicarle de forma clara, en un lenguaje que pueda entender, la situación de su enfermedad, las opciones terapéuticas de que disponemos y lo que podemos esperar de ellas, y hacerle ver que como oncólogo voy a estar a su lado a lo largo del camino. Se puede (se debe) ser realista y a la vez transmitir confianza y esperanza, porque hasta en las peores situaciones se pueden hacer cosas para mejorar la evolución del cáncer.
¿Cuántos años lleva ejerciendo la Oncología?
Son, en total, 31 años dedicados a la Oncología, desde el inicio de la residencia MIR.
¿Cómo ha mejorado el pronóstico de un paciente con cáncer a lo largo de este tiempo?
Los cambios en el pronóstico han sido notables. De forma global, la supervivencia del cáncer se ha duplicado en este periodo, aunque los progresos han sido diferentes entre los distintos tipos tumorales. Y es que esta mejora viene condicionada fundamentalmente por 2 factores, las campañas de diagnóstico precoz y los avances en los tratamientos.
¿Qué cánceres aumentan y cuáles disminuyen?
En general, la incidencia de cáncer ha aumentado en las últimas décadas, relacionado con el aumento de la población, el envejecimiento de la misma y una mayor exposición a factores de riesgo (tabaco, alcohol, sedentarismo, obesidad, contaminación…).
Menos cáncer de estómago y más casos de páncreas
Con el cáncer de pulmón, muy relacionado con el tabaco, nos encontramos con un descenso de incidencia y mortalidad en varones y un aumento en mujeres, debido a su incorporación más tardía al hábito del tabaco en las décadas precedentes. Hay cánceres, como el de páncreas, en los que estamos viendo un claro aumento de la incidencia y mortalidad, mientras que hay otros, como el de estómago, en los que hemos asistido a un descenso de incidencia en las últimas décadas.
¿Cuál es el cáncer con mejor pronóstico?
Es difícil dar una respuesta categórica a esta pregunta. El pronóstico no depende solo del órgano de origen o la agresividad del tumor. También depende, y de forma muy importante, del momento o grado de extensión en que se diagnostique. El diagnóstico en una fase temprana, cuando el tumor está localizado, permite con frecuencia un abordaje quirúrgico que, con el debido complemento de otros tratamientos (radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia u otros tratamientos dirigidos) puede ser curativo. Cuando se detectan en fase más avanzada, hablamos en general de tratamientos paliativos, incapaces de curar, aunque muchos de ellos tienen un notable impacto en la supervivencia a largo plazo de los pacientes.
En mama, las tasas de supervivencia son altas
Pero de forma global, podemos hablar de tumores en los que las tasas de supervivencia a largo plazo son altas, más del 85% a los 5 años, como los de mama, próstata, testículo, tiroides, melanoma (algo bastante relacionado con el hecho de que suelen diagnosticarse en fases tempranas) y de tumores en los que las tasas de supervivencia son bajas, como los de pulmón, páncreas, hígado y esófago (fundamentalmente porque el diagnóstico suele realizarse en fases más tardías).
¿Hasta qué punto la dieta y el ejercicio, junto con renunciar al tabaco y el alcohol, pueden evitar un cáncer?
Hoy día sabemos que hasta un tercio de la mortalidad por cáncer a nivel mundial (estimada en casi 10 millones de personas en 2020) se debe a 5-6 factores de riesgo evitables: tabaco, alcohol, infecciones, sedentarismo, dietas inadecuadas (con insuficiente fruta y verdura) y radiación ultravioleta. Solo el tabaco es responsable de aproximadamente una de cada 5 de las muertes por cáncer.
Después de dos años de pandemia, ¿qué consecuencias ha visto en sus pacientes?
Esta pandemia, además de los daños directos del COVID, ha tenido consecuencias en el resto de la atención sanitaria. La atención oncológica no ha sido una excepción. En las primeras olas, el propio miedo de los pacientes y las dificultades asistenciales en atención primaria han retrasado el inicio de los estudios. La presión asistencial en los hospitales ha generado demoras en los procedimientos diagnósticos y en la cirugía oncológica.
“Seguimos viendo las consecuencias de los retrasos en el diagnóstico y sufriendo listas de espera“
Aunque se han hecho esfuerzos importantes para corregir estos efectos al paso de cada ola, seguimos viendo las consecuencias de los retrasos en el diagnóstico y sufriendo listas de espera que se van acortando a un ritmo bastante más lento del que a todos nos gustaría.
El equipo asistencial ha estado en todo momento a la altura
Dentro de nuestro Servicio, en consultas, hospital de día y área de hospitalización, aunque en la primera ola hubo que suspender y aplazar bastantes tratamientos para proteger a nuestros pacientes, pronto se recuperó la actividad habitual y nuestros pacientes han recibido en todo momento la atención que precisaban, con las lógicas precauciones para protegerlos a ellos y al personal que los atendía de los efectos de la infección. Todo gracias al esfuerzo de un equipo asistencial que ha estado en todo momento a la altura de las circunstancias, sabiendo sobreponerse con dedicación y esfuerzo incluso en las situaciones de mayor dificultad.
“El comportamiento de los pacientes ha sido ejemplar”
El comportamiento de los pacientes ha sido ejemplar; salvo escasa excepciones, se han sabido proteger y protegernos adoptando todas las medidas de prevención con especial esmero, y han asumido con gran paciencia todas las molestias y dificultades que la situación planteaba.
¿Qué echa en falta en su Servicio? ¿Un paciente del Sescam se puede tratar cualquier tipo de cáncer sin salir de Castilla-La Mancha?
Mal jefe sería yo si no supiera ver las carencias de mi servicio y del hospital donde trabajo. En este hospital tenemos un grave problema de espacio, que esperamos pueda ser solucionado con la obra en curso, pero que hoy día nos impide desarrollar nuestras capacidades reales. Hay problemas, agudizados por las sucesivas olas de la pandemia, con la realización de algunos procedimientos diagnósticos cruciales y de listas de espera quirúrgica, que esperemos puedan ir resolviéndose con permiso del virus.
“Los avances en el tratamiento del cáncer pasan por la medicina de precisión”
La cualificación de los profesionales es elevada, el acceso a los nuevos tratamientos oncológicos es bastante bueno si lo comparamos con otros centros de nuestro entorno, y en general puede tratarse a la mayoría de los pacientes con cáncer con todas las garantías de calidad. Pero hay que seguir esforzándose, pues los avances en el tratamiento del cáncer pasan por la medicina de precisión, en el uso de biomarcadores para la elección de los tratamientos, y es en esto donde existe un riesgo real de quedarnos rezagados definitivamente si no conseguimos hacer ver a nuestras autoridades sanitarias la trascendencia del tema y la importancia de dotar a los centros de la región con los medios necesarios.
“Deben existir centros de referencia a nivel nacional”
Por otra parte, tenemos que entender que no todos los tratamientos pueden implementarse en todos sitios. Ahora y en el futuro deben existir centros de referencia a nivel nacional, donde cuenten con los equipos asistenciales y tecnologías que por su especificidad o alto coste no pueden estar disponibles en todos los centros, ni tan siquiera en todas las regiones. En todo caso, es nuestro deber y el de las autoridades sanitarias facilitar el acceso de nuestros pacientes a esos centros cuando sea necesario.
¿Aconsejaría la cuarta dosis de la vacuna COVID a sus pacientes?
La información disponible hasta la fecha es que los pacientes más inmunodeprimidos, entre los que podemos contar a los que reciben tratamiento con quimioterapia o inmunosupresor o lo han recibido en los últimos 6 meses, tienen una respuesta inmune menor a la vacunación, por lo que tienen mayor riesgo de contraer la infección, de que el cuadro sea más grave y una mayor probabilidad de contagiar a sus contactos. Las dósis de refuerzo parecen tener eficacia a la hora de restaurar la inmunidad que decae con el paso del tiempo, y desde el Ministerio se ha establecido la conveniencia de administrar una 4ª dosis adicional a estos pacientes, en un plazo de 5 meses después de la anterior. Por mi parte, confío en esta recomendación, que proviene de la valoración de la evidencia disponible por parte de un grupo de expertos mucho más cualificados que yo.
¿En cuántos ensayos clínicos participan pacientes de Albacete y cuál es el más esperanzador?
La Sección de Oncología Médica ha participado desde sus inicios y hasta la fecha, en la medida de sus posibilidades, en múltiples ensayos clínicos, tanto nacionales como internacionales, en su mayoría integrándonos dentro de grupos cooperativos de la especialidad. Nos enorgullece saber que hemos podido realizar una modesta contribución, con la inestimable colaboración de nuestros pacientes, en estudios que han cambiado la forma de manejar el cáncer en alguna de sus facetas.
¿Cree que verá la cura del cáncer o de algún cáncer?
La cura del cáncer, ese tratamiento mágico, único, capaz de curar la enfermedad en todas su formas, no existe, ni creo que pueda existir. Pero en mi vida profesional puedo ver, a diario, pacientes curados de su cáncer. La detección precoz es esencial, porque es en las fases mas precoces de la enfermedad cuando somo capaces de eliminar, con tratamientos multidisciplinares, la enfermedad. Algunos tumores avanzados también pueden curarse, y los avances en la terapéutica nos van a permitir incrementar estas tasas de curación en los próximos años. Y en las situaciones en que no es posible la curación, estamos haciendo grandes progresos que, en muchos casos, consiguen cronificar neoplasias que antes tenían un mal pronóstico a corto plazo.
¿Qué le diría a un médico que vaya a elegir especialidad a favor de la Oncología?
Pues que la Oncología es una especialidad que, aunque exige una gran dedicación, es enormemente gratificante. Se trata de una especialidad en constante evolución, con avances diagnósticos y terapéuticos que cambian cada escenario en muy pocos años, y en la que se está imponiendo de forma acelerada la medicina de precisión y personalizada, en la que el tratamiento a plantear en cada caso viene dirigido por biomarcadores específicos de su propio tumor. La investigación, clínica y molecular, forma parte del programa de formación y está integrada en el trabajo habitual. Pero además, el oncólogo se encarga del seguimiento continuado del paciente, integrando y coordinando la participación de otros especialistas en el tratamiento de la enfermedad, y estableciendo una relación con los pacientes y sus familias que con frecuencia se prolonga durante años.