• “Te quedan dos semanas de vida”

    Jesús Álvarez Mata: “Volví a nacer con el Servicio de Oftalmología del Hospital Mancha Centro”

    El Autor

    Sonia Tortosa González

    Periodista

    Una serie de casualidades llevaron a Jesús Álvarez Mata a un diagnóstico demoledor. “Te quedan dos semanas de vida”. 46 años, tres hijos y toda la vida por delante… Jesús Álvarez fue operado por el Dr Fernando González del Valle cuando otros médicos lo habían desahuciado.

    Diagnóstico: un melanoma con mucha actividad que en cuanto se ‘despertara’ lo mataría en el momento

    Su hija Paula, que por entonces tenía 11 años, llegó del Colegio diciendo que no veía bien y decidió llevarla a un oftalmólogo. Aprovechando la visita, él que llevaba un tiempo en que le costaba más leer, lo que achacaba a sus largas horas de despacho como perito judicial,  se revisó la vista también. Las miradas entre los doctores dejaron entrever que algo malo sucedía. Le instaron a buscar inmediatamente ayuda, a realizarse una serie de pruebas urgentes porque sospechaban que tenía un tumor. El diagnóstico se confirmó tras muchos estudios. Un melanoma con mucha actividad que, en cuanto se ‘despertara’, le mataría en el momento. La operación, impensable.

    Los mismos profesionales que le diagnosticaron en Salamanca, su ciudad de residencia, le dijeron que habían oído hablar de un médico, formado en España, y que era una eminencia en la materia. La búsqueda incansable a través de numerosos contactos dio sus frutos, y Jesús Álvarez Mata y el Dr Fernando González del Valle se encontraron. Casualmente, el doctor había estudiado Medicina en la Facultad de Salamanca, y su mujer, Rosa, era natural de esta ciudad. Los vínculos no tardaron en estrecharse. Actualmente, y desde el año 1998, Fernando González del Valle es jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

    “Fui a verle a Alcázar, -cuenta Jesús-, y me atendió muy bien. Me confirmó el diagnóstico. Me operó una primera vez en verano del 2005. Después tuvo que intervenirme diez veces más por daños colaterales. Salvé el ojo, la vista y, por supuesto, la vida. Volví a nacer con Fernando”.

    Nadie se atrevía a operarle

    Recuerda Jesús que antes de esa primera intervención, que duró más de ocho horas, había recurrido a muchos oftalmólogos de reconocido prestigio de varios puntos del territorio español que le habían desahuciado. No se atrevieron a operarle. Se trató de una operación compleja y larga cuya filosofía quirúrgica explica el propio doctor: “Se ha demostrado que en el melanoma ocular, una cirugía muy agresiva, eliminando el globo ocular, no necesariamente mejora la supervivencia del paciente. Entonces, la idea que siempre hemos seguido en nuestro Servicio es intentar mutilar lo menos posible. Creemos que desde un punto de vista psicológico, la cirugía radical del tumor, intentando mantener la anatomía y si se puede la función ocular, es mucho mejor para el paciente y ese es el sendero quirúrgico que hemos seguido hace muchos años”.

    Más concretamente, en el caso de Jesús y de otros pacientes que han operado, “no todos con el mismo éxito porque en ocasiones hemos tenido que nuclear el globo ocular a posteriori en tumores muy grandes”, la intervención, resumida, es la siguiente: “Tapetes esclerales, eliminación del tumor coroideo, de la úvea, de la retina y de la esclera interna, cirugía coadyuvante escleral, vitrectomía pars plana, cirugía del cristalino, y reconstrucción del globo ocular. Se finaliza con la aplicación de crioterapia para eliminar restos cristalinos”.  Además intervienen los patólogos, que son fundamentales en el estudio del tumor, y se necesitan muchas pruebas en el seguimiento. Y naturalmente “contar con el servicio de enfermería, anestesia, y todo el equipo que me acompaña hace ya tres décadas”, aclara González del Valle.

    Jesús Álvarez Mata: “Si hubiera muchos médicos como él, con su calidad profesional y sobre todo con su calidad humana,  cuántas vidas se salvarían”

    Siendo un poco más concretos, son cirugías en las que a veces hay que desmantelar la anatomía normal del ojo. “En ocasiones hay que desinsertar los músculos, volverlos a colocar luego, hay que tallar tapetes esclelares muy grandes dejando márgenes de seguridad, y hay que eliminar todo el tejido coroideo, la retina y el cuerpo vítreo con los márgenes suficientes para evitar recidivas locales. A estas cirugías les acompaña también una vitrectomía, una cirugía de un cerclaje esclelar y una cirugía especial de cataratas porque suele quedar un defecto en la zona que sujeta el saco cristalino donde colocamos la lente intraocular”.  

    Como le ocurrió a Jesús, después hubo que intervenirle en varias ocasiones “por edema ocular quístico de desarrollo con los años, por una opacidad cristalina secundaria que en pacientes normales resolveremos con cirugía ambulatoria con láser, pero con sus antecedentes decidimos pasar por quirófano, etc. En definitiva, es un proceso muy largo y por eso la relación con estos pacientes se mantiene y es muy estrecha en el tiempo”.

    Tenemos suerte de contar con un sistema sanitario como el nuestro

    Del Dr. González del Valle destaca Jesús Álvarez su profesionalidad, el que haga cosas que nadie más hace clínicamente hablando, pero sobre todo, su calidad humana. “Le estaré eternamente  agradecido por salvar nuestras vidas y cuidarnos como lo hace. Si hubiera muchos médicos como él, con su calidad profesional y sobre todo con su calidad humana,  cuántas vidas se salvarían”.

     “Es un fuera de serie, continúa Álvarez, pero a él solo le importar curar, de hecho no trabaja en la privada. Cualquiera en su lugar tendría una clínica y el éxito lo tendría asegurado, pero él no. Su ideal siempre ha sido defender una Medicina que le dé las mismas oportunidades a cualquiera independientemente de sus posibilidades económicas. El Dr. González y yo hemos hablado en muchas ocasiones sobre la suerte que tenemos en España con nuestro sistema sanitario, que atiende por igual a cualquiera sin tener en cuenta ninguna condición social”.

    Firme defensor de la sanidad pública

    Fernando González del Valle

    No es de extrañar, por tanto, que el doctor sea un firme defensor de la Sanidad pública y le duela ver cómo no se abordan los problemas sanitarios existentes con la valentía con la que se debería. Habla de falta de médicos, de listas de espera que le impiden sacar adelante a sus pacientes, habla de falta de alicientes para los profesionales sanitarios que se van a otras comunidades e incluso al extranjero en busca de mejores oportunidades… aunque esas son otras historias que merecen ser contadas aparte.

    Perito Judicial y karateca

    Desde que fue operado, Jesús volvió a su vida. Era maestro de Kárate, de hecho tenía una cadena de gimnasios, y ahora, a sus 63 años sigue practicando este arte marcial sin problemas, al igual que su trabajo en el despacho y el resto de actividades de su día a día. Indudablemente, Jesús Álvarez no ha parado de hablar, y bien, y de recomendar al Dr González cuando un paciente puede beneficiarse de su buen quehacer.

    “Todos terminan encantados con él”

    “Todos terminan encantados con él”.  En este sentido, Jesús nos refiere también una cirugía milagrosa de los doctores Nicolás López Ferrando y el propio Fernando González del Valle, donde devolvieron la vista a Antonio Sánchez, natural de Manzanares (Ciudad Real), que estuvo ciego durante 42 años. Tenía 36 cuando en la bodega que trabajaba, al echar anhídrido sulfuroso al vino para que se conservara, explotó la botella y le alcanzó en la cara. Tras un implante de córnea artificial, y con 78 años, volvió a leer la letra pequeña de los prospectos médicos.

    Fernando González del Valle
    A la izquierda, en una imagen de archivo, el Dr Fernando González del Valle con su equipo.

    Humildad ante todo

    De las virtudes del doctor habla Jesús Álvarez, y muchos otros pacientes y colegas, pero él no, por supuesto, “es humilde hasta el infinito. Todos los premios y todos los logros son de su equipo, y eso le honra”. Lo que es cierto es que rara es la semana en que el equipo de Oftalmología del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan no está en los periódicos por algún tratamiento pionero o por algún premio. Hace unos días, teníamos noticia de una paciente que había recuperado la sensibilidad corneal gracias a una compleja cirugía realizada por especialistas de Oftalmología, Traumatología, Otorrinolaringología, Anestesia y Enfermería del Hospital de Alcázar de San Juan.  

    Medallero internacional

    El pasado mes de julio, el Servicio de Oftalmología de la Gerencia de Alcázar de San Juan logró la medalla de plata en el Congreso Mundial de Glaucoma, un nuevo éxito internacional, lo que significa en palabras del Dr Gonzalez del Valle, que “estos premios demuestran que Alcázar de San Juan sigue codeándose con los mejores servicios de Oftalmología del mundo”. Contando con estos, acumulan más de una veintena de premios internacionales, amén de otras menciones, como por ejemplo que el jefe de Servicio fuera nombrado en 2017 embajador de la medicina española por la publicación Diario Médico junto a otros 24 profesionales.

    Un equipo puntero

    Fernando González del Valle

    En 1994 nació el Servicio de Oftalmología del Hospital Mancha Centro que arrancó con pocos medios, sin elementos tan básicos como oftalmoscopio o tonómetro y aportando el propio doctor Fernando González del Valle su propio instrumental comprado en Estados Unidos. Al igual que todo el hospital, el servicio empezó de cero, con médicos jóvenes de toda España y con la ilusión intacta; esa ilusión que aún, 27 años después, se respira en los integrantes de este centro hospitalario. Tal y como ha manifestado el propio doctor en varias ocasiones, iban a por todo, a por nuevas técnicas, a por nuevas cirugías, a luchar por cada paciente individualmente por muy grave que fuera su caso. Nada de derivaciones a otros hospitales más grandes. El trabajo no les asustaba.

    Y un servicio consolidado

    Es, sin duda, este cúmulo de razones las que han llevado a constituir un servicio consolidado, puntero y referente nacional e internacional en oftalmología. Es una pena que tanta excelencia pueda no tener continuidad en el futuro. En Alcázar se han formado un número importante de residentes en oftalmología, y sin embargo pocos o muy pocos han sido los que se han quedado. Han rotado por este hospital innumerables alumnos de todas las facultades españolas. Es imprescindible, por lo tanto, aplicable a todos los hospitales de la provincia, retener talento y ofrecer unas condiciones humanas y laborales dignas para que realmente trabajar en La Mancha tenga suficientes alicientes para mantener los niveles de perfección de los que sabemos son capaces nuestros  profesionales sanitarios.

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