• ¿Qué responsabilidad tiene el Dr Simón?

    El Autor

    Juan Ignacio Pérez Calvo

    Servicio de Medicina Interna Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa”. Facultad de Medicina Universidad de Zaragoza. Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón

    Al parecer en España tenemos un Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias que depende del Ministerio de Sanidad y está dirigido por D Fernando Simón Soria.

    Fernando Simón

    No voy a cuestionar su capacitación para dirigir dicho ente, aunque algunos motivos para dudar hay. Se desconoce su especialidad, así como la duración de sus estancias formativas, la trayectoria profesional, los organismos que lo certificaron, etc. No hay más que visitar la página web del organismo que dirige para darse cuenta de que no figura la relación ni de miembros ni de sus méritos. De sobra es conocido que no ha hecho Tesis Doctoral, ni su equivalente en el extranjero, el célebre PhD, a lo largo de sus estancias fuera de España.

    No busquen tampoco en la más que célebre Biblioteca del NIH norteamericano (PubMed), la mayor y mejor del mundo sanitario, porque se llevarán la ingrata sorpresa de hallar 17 publicaciones a su nombre, la mayoría sin relevancia.

    El Dr A Fauci, su homólogo en los Estados Unidos, tiene más de 1000 publicaciones y un enorme prestigio, que le habilita para torcer el gesto ante una persona tan desabrida y poderosa como el Sr Trump. Pero no todo son títulos y publicaciones dirán, y con toda razón.

    Pero es que D Fernando, en sus comparecencias, da una información tan actualizada que la cambia en cada una de ellas, y con mucho aplomo. Ya saben aquello del marxismo (grouchista). No va a haber más que unos pocos casos, ni transmisión comunitaria…, ya ven.

    La mascarilla no hace falta…, debajo del agua no. No estamos en un segundo rebrote…, aunque no entra en definiciones técnicas que probablemente no entenderemos ya que no alcanzamos su nivel de formación, experiencia y lucidez.

    ¿Cuál es, cuál ha sido, su papel?

    Pero, lo más importante, ¿cuál es, cuál ha sido, su papel en esta tragedia? Se supone que asesorar desde el punto de vista técnico al Gobierno de España.

    Pues bien, me daría por satisfecho, para entender su papel, con saber qué pudo pasar para que la primera semana de marzo, viendo su atonía, 4 sociedades científicas nacionales le escribieran una carta dirigida a él personalmente, pidiéndole que actuase porque “las dos máximas prioridades en este momento son, con gran urgencia: a) garantizar la identificación (y aislamiento) precoz del mayor número posible de casos para lo que es necesario adecuar la capacidad y la estrategia diagnósticas y b) garantizar la adecuada protección de los profesionales sanitarios de los que depende la salud de la población, invirtiendo los recursos que sean necesarios”.

    Idoneidad

    Una misiva visionaria, claro, firmada por profesionales auténticos. Esta carta se siguió de inmediato de una videoconferencia de los representantes profesionales con D Fernando Simón. De ella no doy los detalles, que conozco, porque no soy testigo presencial, sino por referencias. A la vista de la actitud, pasiva, y los hechos, tardíos, de esta persona, me cuestiono muy seriamente su idoneidad para un puesto (función) de esa responsabilidad, a menos que se trate de un cargo (representación).

    En mi modesta opinión, la peor crisis sanitaria que hemos vivido, y que está lejos de terminar, merecería alguien con mayor cualificación al frente.

    La mano política

    A veces me asalta la duda de si su pachorra, titubeos y estolidez, responden a una falta de preparación para el cargo, o está tratando de proteger el reposo de la mano política que le sustenta y alimenta y que tal vez algún día, no lejano, le deje caer. Sea como sea, tengan por cierto que, a cualquiera de los médicos internistas, intensivistas, “urgenciólogos”, etc., que estos días hacemos frente a la pandemia, se nos ha exigido mucho más y de modo más transparente que a D. Fernando.

    Quizás por eso y por el esfuerzo rendido de todos los que trabajamos en la Sanidad pública y privada, sean celadores, enfermeras, administrativos, auxiliares, personal de limpieza, mantenimiento, médicos, etc., etc., la tragedia no es mayor. Es muy amargo comprobar tras 40 años de servicio a la Sanidad Pública que sus responsables, de todos los niveles de la Administración, siguen ignorando su mejor recurso, sus profesionales. Así nos va.

    Hemeroteca

    Reflexión desde una farmacia

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