• “Necesitamos un plan para las listas de espera”

    El Dr Filadelfo Bustos acaba de coger las riendas de la Asociación Castellano Manchega de Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor (ACMARTD). Jefe de Servicio en el Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, está preocupado por el incontable número de pacientes a los que la pandemia ha dejado en segundo plano. Como ocurriera durante la primera ola COVID, los anestesiólogos piden a las autoridades que cuenten con ellos para buscar soluciones. Y es que nadie duda, como Filadelfo Bustos, que: “Necesitamos un plan para las listas de espera”.

    Filadelfo Bustos anestesiología
    Filadelfo Bustos, presidente de la Asociación Castellano Manchega de Anestesiología.

    “Debemos convivir con el COVID y recuperar el tiempo perdido”

    • Nuevo Hospital de Toledo. “Es una magnífica y única oportunidad de mejora de la asistencia hospitalaria en Toledo, para lo cual es necesario la implicación de todos los actores (profesionales, gestores y pacientes). Los profesionales estamos entusiasmados y deseosos de aportar nuestras opiniones al respecto”.
    • Situación de la Anestesiología en Castilla la Mancha. “ACMARTD quiere implicarse en el análisis de la situación de la anestesia en nuestra región y queremos aportar posibles soluciones para su discusión con el Sescam”.
    • Pandemia. “Todos los profesionales implicados estamos echando en falta un análisis riguroso de la gestión de la misma que nos permita proponer planes de mejora, clínicos y no políticos, ante este tipo de emergencias. Es inexcusable que volvamos a repetir los errores cometidos”.

    “Estamos viendo pacientes muy deteriorados que llegan tarde al quirófano”

    Anestesiología ha cobrado importancia durante la pandemia, cuando sus quirófanos, junto con reanimación, se adaptaron a la intubación de pacientes COVID. Pero esta especialidad ya había sufrido una profunda transformación que la había situado entre las más demandadas y en una de las que sufre mayor déficit de profesionales.

    Ahora, mientras los especialistas asumen que van a convivir con esta pandemia de futuro incierto, se enfrentan de nuevo a la impotencia. “Estamos viendo pacientes muy deteriorados que llegan tarde al quirófano”, advierte Bustos en una entrevista telefónica con Diario Sanitario. Su preocupación ahora se centra en las consecuencias de lo que ha sido el monopolio del COVID. “En la primera ola nos quedamos sin pacientes quirúrgicos. En una semana, no vimos ni una sola apendicitis. Nos preguntábamos dónde estaban esos pacientes. Ahora vemos que regresan, pero lo hacen demasiado tarde”.

    Entre todos

    Así, igual que desde el principio de la pandemia los profesionales advirtieron que no se había contado con ellos, Filadelfo Bustos pide que se cuente con las asociaciones y sociedades científicas como la suya para un plan que permita convivir con la pandemia sin perder el ritmo habitual. “Debemos convivir con el COVID y recuperar el tiempo perdido. Habrá que prever momentos de presión; reservar camas y quirófanos; sentarnos a tomar decisiones entre todos”.

    Este jefe de servicio ha echado en falta un agradecimiento público de las autoridades al Dr Peyró porque considera clave “que se nos considere y escuche a los que estamos a pie de cama”. Las ideas que aportaron los anestesistas para el bloque quirúrgico del nuevo hospital de Toledo no se han tenido en cuenta. Sin embargo, Filadelfo Bustos aún confía en que se aproveche lo que considera, ganando nueve quirófanos, “una oportunidad única de mejorar la gestión sanitaria en Toledo”.

    Filadelfo Bustos, el anestesista que ha vivido dos guerras

    El nuevo presidente de los anestesiólogos de Castilla-La Mancha trabajó de voluntario en la guerra de Bosnia, provocada por el hombre a dos horas y media en avión de Madrid, y le ha tocado vivir la del coronavirus. La primera fue muy fura, pero la segunda, al no tener fronteras, ha resultado imprevisible.

    Natural del pueblo toledano de Villacañas, este médico, el pequeño de seis hermanos, estudió Medicina en la Universidad Complutense, en Madrid, por vocación, pero eligió Anestesiología sin saber que había apostado por una especialidad tan fascinante como desconocida. Si llegó a Bosnia sabiendo que iba a una guerra, más de treinta años del ejercicio de su profesión en Toledo no le habían preparado para ver lo que supuso la primera oleada del coronavirus COVID-19. Filadelfo significa “amigo de los hermanos o hermano de los amigos”. Fiel al nombre de su abuelo y de su padre, llega a la Asociación Castellano Manchega de Anestesiología.

    El papel de los anestesistas durante la primera ola

    No hay que olvidar que los anestesistas tuvieron un papel clave en la primera oleada de la pandemia dentro y fuera de los quirófanos, ya que fueron ellos quienes advirtieron de que la sanidad pública había llegado al límite, ventilando a pacientes con respiradores de quirófano. Ellos dieron un paso al frente denunciando que no tenían con qué intubar y ellos, a través de su asociación, advirtieron de que los anunciados respiradores de Turquía no eran aptos para una ventilación prolongada.

    Igual que los neumólogos lidiaron con las máscaras de Decathlon y los intensivistas con respiradores de clínicas veterinarias, los anestesistas probaron con todo tipo de inventos y donaciones para salvar vidas, llegando incluso a pedir ayuda a comunidades vecinas.

    Más allá de dormir al paciente

    Los anestesiólogos duermen y despiertan a los pacientes quirúrgicos, pero su trabajo va más allá. También tratan a pacientes críticos en las Unidades de Reanimación y Cuidados Intensivos; realizan sedaciones para exploraciones fuera de los quirófanos; son quienes llevan a cabo la analgesia epidural y dirigen las Unidades del Dolor de los hospitales, ayudando y aliviando en su día a día a pacientes con dolor crónico.

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