
La farmacéutica Belén Cabezuelo, de la facultad de Albacete, alcanza el número 11
El examen más famoso es el MIR, el de médico interno residente, que surte a la sanidad de futuros especialistas, como cardiólogos o neurólogos, pero quién se acuerda del PIR, el examen de los psicólogos, o del FIR, el de los farmacéuticos. El FIR también existe y, además, cosecha éxitos, como el de la farmacéutica formada en Albacete Belén Cabezuelo Baldueza, que ha conseguido el número 11 entre más de 1.400 aspirantes.

El farmacéutico interno residente se enfrenta a cuatro años de formación
Y es que, si duro es el camino del MIR, no lo es menos el del FIR (Farmacéutico Interno Residente). Después de un grado más difícil aún que el de Medicina, el farmacéutico se tiene que preparar durante un año el examen que le abrirá las puertas de las farmacias hospitalarias. En el caso de Belén Cabezuelo, la preparación ha supuesto dos años, ya que el primero se quedó a las puertas. Ahora, con 24 años, le toca elegir provincia y hospital, lo que, al estar entre las once primeras, hará sin competencia. Después, pasará cuatro años formándose en un Servicio de Farmacia Hospitalaria.
Sin embargo, su camino no acabará ahí, en el hospital que elija. Después de cuatro años, un FIR se habrá especializado en Farmacia Hospitalaria, como Cabezuelo, o en Bioquímica Clínica, Análisis Clínico, Inmunología, Microbiología y Radiofarmacia, pero si quiere una plaza en la sanidad pública tendrá que opositar.
Entre Murcia y Valencia
El camino que le ha marcado la vocación no será fácil, para Belén Cabezuelo, pero más de la mitad ya está superado. De hecho, esta semana la ha pasado en Murcia para visitar hospitales y elegir. Después de 24 años en Albacete, esta farmacéutica no se ve en Madrid, porque le gustan las ciudades cómodas como la suya, lo que no significa que no quiera salir, de ahí que se debata entre Murcia y Valencia.
Su hermana, médico, está haciendo la residencia de Medicina Familiar y Comunitaria en Murcia, por lo que la región vecina tiene muchos puntos para acabar siendo la elegida.
Vocación
Las hermanas, procedentes de una familia sin tradición sanitaria, tuvieron claro desde un principio que su futuro estaba en las Ciencias de la Salud, aunque Belén tenía también muy claro que lo suyo no eran ni la Medicina ni la Enfermería. En quinto de Farmacia, gracias a los cuatro meses que pasó en el Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital General Universitario de Albacete, supo hacia dónde continuar.
Enamorada de la Tecnología Farmacéutica que impartía María Galindo, como de las clases de Carbajal de Lara y Luis Martínez, los primeros suspensos los vio en la carrera más dura de Ciencias de la Salud, en Farmacia, pero Belén Cabezuelo sabe que acertó en su elección.
El FIR también existe y es imprescindible, puesto que sin ellos los hospitales no podrían funcionar.