• Guerra al azúcar en los hospitales

    Porciones de fruta, yogures, ensaladas, bocadillos de pan integral y frutos secos al natural en lugar de cañas de chocolate y cabello de ángel, chucherías o palmeras. Y zumos y bebidas sin azúcares añadidos frente a refrescos que superan las cien calorías. Centros sanitarios como el Hospital General Universitario de Albacete cuentan con 24 máquinas expendedoras donde trabajadores, pacientes y familiares apenas tienen opciones “saludables”. La Gerencia se ha comprometido a tomar nota de cara a la próxima adjudicación. Y es que ganarle la batalla a la bollería industrial no es una quimera. El Hospital Morales Meseguer, de la vecina Murcia, lo ha conseguido.

    Si se prohibió fumar en los hospitales y vender tabaco y bebidas alcohólicas dentro de sus instalaciones, los servicios de Endocrinología y Nutrición se preguntan, cada vez en más puntos de España, por qué no se puede poner veto también a la bollería industrial y las grasas y azúcares innecesarios. Para una dieta promedio de unas 2.000 calorías, los productos que se exponen en estas máquinas, para que pacientes, personal y familiares tomen un tentempié, no deberían superar las 200 calorías por porción.

    El Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario recuerda que hace ya siete años, el 21 de julio del 2010, dentro del marco de la estrategia NAOS para la prevención de la obesidad, se creó un documento de consenso, firmado por Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el Ministerio de Educación y las Consejerías de Sanidad y Educación, con el respaldo de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), que regula la alimentación en centros educativos, donde figura un apartado relativo a los productos que se ofertan en estas máquinas.

    Endocrinología considera que “este documento debería haber servido de base para que las máquinas de los hospitales de la provincia o el quiosco de la entrada modifiquen su oferta hacia productos más saludables, aunque en nuestro caso, los usuarios sean adultos, con un supuesto criterio de elección menos influenciado por la publicidad, pero resaltando el hecho de que el Hospital debería ser un ámbito referente en la adquisición de unos buenos hábitos de salud e higiene, siguiendo el ejemplo de otros hospitales y de las recomendaciones de las Consejerías de Sanidad y de Educación de la mayoría de las comunidades autónomas, incluida la nuestra”.

    El jefe del servicio, el doctor Francisco Botella, ha explicado a Diario Sanitario que actualmente muchos de los alimentos a la venta en estas máquinas superan las 200 calorías por porción, desde la bollería industrial hasta las chocolatinas. “Tampoco hay que olvidar el alto contenido en grasas saturadas (la grasa no debería aportar más del 35% del valor calórico de la porción y no más de un 10% en cuanto a las grasas saturadas), en azúcares (no más del 30%) y en sal (no más de 0, 5 gramos) de muchos de los productos ofertados”.

    Las dietistas de la Unidad de Nutrición del Complejo Hospitalario de Albacete,  aconsejan que se oferten bocadillos y emparedados de embutido magro o atún, preferiblemente de pan integral; frutos secos pelados y sin aceite y sal añadidos, es decir nueces y almendras al natural: porciones de frutas enteras, desecadas o mínimamente procesadas, sin azúcares añadidos; ensaladas y yogures; palitos de pan o galletas integrales; zumos de frutas y de hortalizas sin azúcares añadidos; bebidas refrescantes sin azúcar; agua embotellada y leche desnatada.