La importancia del abordaje integral de la paciente durante una histeroscopia
Con el paso de los años, la medicina busca la manera de diagnosticar y tratar las enfermedades más comunes de la población a través del empleo de abordajes mínimamente invasivos. Por ejemplo, con las técnicas endoscópicas.
En este contexto, la histeroscopia es la endoscopia ginecológica, y puede considerarse una técnica de referencia para tres problemas ginecológicos frecuentes:
- La caracterización de un sangrado uterino, que puede comprometer la calidad de vida de la paciente.
- El diagnóstico del cáncer de endometrio, cáncer ginecológico más frecuente (tras la mama).
- El abordaje de un problema creciente en las consultas de ginecología: la infertilidad o esterilidad.
La oncología, la fertilidad y la búsqueda de la calidad de vida
Ante una prueba cuya importancia está in crescendo, parece importante poner el foco en que la exploración resulte lo menos agresiva posible, con el fin de tener un impacto positivo en estos tres aspectos relevantes de la sociedad actual: la oncología, la fertilidad y la búsqueda de la calidad de vida.
Para ello, el trabajo parte de la siguiente premisa, propuesta por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia: “El principal motivo de fracaso de la histeroscopia, es el dolor percibido durante la prueba”. Dicha idea nos permite deducir que son necesarios protocolos para preparar a la paciente antes de someterse a una histeroscopia e identificar cuáles son los factores que más intervienen en la percepción del dolor de las pacientes.
Un estudio con cerca de 900 pacientes
En el TFG, se han recogido en una base de datos a todas las pacientes intervenidas por histeroscopia en el Hospital General Universitario de Ciudad Real entre 2021 y 2023. En suma, han podido recogerse a casi 900 pacientes.
Sobre esta gran muestra, se ha estudiado el número de complicaciones de la histeroscopia y su caracterización, cuál es la percepción del dolor de la prueba y qué porcentaje de pacientes han podido finalizar la exploración, es decir, la han “aguantado” hasta el final.
Posteriormente, se ha hecho un análisis sobre la influencia de ciertas actuaciones que buscan la preparación de la paciente. Por ejemplo, cómo influye la administración de analgésicos antes de la prueba, si es de utilidad la utilización de prostaglandinas por vía vaginal la noche de antes, etc. Así como sobre qué pacientes hay que ser más exhaustivos con la preparación de la prueba, por predecir que van a sufrir más dolor durante ésta: pacientes menopáusicas, con una mayor edad…
En cuanto a los resultados obtenidos, se ha cuantificado que la prueba es tolerable en el 93% de las pacientes intervenidas en el hospital y que tan solo el 1,7% de los casos presentan alguna complicación (hemorragia o síncope).
La clave
No obstante, más del 50% de las pacientes perciben un dolor moderado o severo al realizarse una histeroscopia. Siendo este aspecto crucial para obtener unos buenos resultados en esta exploración, se pone en relieve la necesidad de seguir estudiando este aspecto, y dándole importancia a la percepción subjetiva que cada paciente experimenta antes de realizarse una prueba invasiva, en este caso, una histeroscopia.
Abordaje integral
La utilización de analgesia o prostaglandinas vía vaginal podrían ser de utilidad en casos seleccionados. Sin embargo, el empleo de fármacos para preparar a la paciente no es suficiente. Durante el proyecto, se ha realizado una búsqueda bibliográfica que nos plantea una nueva vía de investigación: la influencia de la ansiedad basal y durante la prueba de la paciente en el dolor percibido.
Es momento de estudiar cómo la incertidumbre ante lo desconocido, la información recibida o la ansiedad durante la histeroscopia influyen en la percepción del dolor. Es, por tanto, la hora de poner el foco en el abordaje integral de la paciente desde que entra en la consulta