• El mayor enemigo del médico es el médico

    El Autor

    Miguel Fernando Gómez Bermejo

    Oftalmólogo

    La profesión médica, que es de las más solidarias del mundo, es también una de las más cortas de mira. Hace ocho años sufrimos los mayores recortes hasta entonces conocidos en Castilla la Mancha. Mientras ocurría, muchos médicos con su inacción, consintieron el despido de compañeros, la amortización de interinidades, y jubilación forzosa a los 65 años de compañeros, con el único fin de reducir plantilla para ahorrar costes.

    No podemos mirar para otro lado

    Cuando se convocó la huelga de 2012, muchos médicos prefirieron mirar para otro lado y autojustificarse de mil maneras distintas, tantas que sumadas las hicieron injustificables.

    Autojustificarse escudándose en los pacientes citados ese día, en la mal llamada “Vocación de servicio” de la profesión médica (esa “Vocación” que aparece para no hacer huelga y desaparece cuando permitimos listas de espera inaceptables culpando solamente a los gestores). Y con la llegada de la pandemia, la situación se ha agravado: las listas de espera se han disparado, las consultas telemáticas (que a nadie satisface) están acabado con la relación médico-paciente y primaria, que sufrió la falta de medios de protección, diagnósticos y de recursos humanos, cómo todos los sanitarios, está al borde del colapso.

    Y esta vez los médicos, todos, no podemos mirar para otro lado, tenemos que tratarnos la miopía y empezar a ver más allá de nosotros mismos.

    Tenemos que secundar la huelga para defender la Sanidad. En 2010 dejamos de cobrar casi la mitad de las pagas extras y no parece que vayan a devolverlas, desde el 2012 se dejó de actualizar, y por tanto de cobrar, la carrera profesional progresiva (con el agravio retributivo entre compañeros que ello conlleva), los contratos basura van en aumento y los estatutarios fijos en descenso.

    Semiesclavitud

    Es indigno que una persona, después de once o doce años de esfuerzo, sacrificio y formación, sólo se le ofrezca un contrato basura o un contrato de PEAC (contrato que roza la “semiesclavitud”). Tenemos que comprender que no podemos confiar en la administración sin ejercer control sobre ella.

    La administración sin control, intenta sistemáticamente incumplir la ley y reducir los derechos de los estatutarios (porque ahorrar costes es su único fin mientras nadie les pare los pies). Y además, utilizan la técnica de divide y vencerás, para que no podamos unirnos para ejercer control sobre ellos. Les conviene enfrentarnos.

    Ahora lo vemos, en los problemas de primaria con hospitalaria o viceversa. Pero los médicos tenemos que mirar más allá. No entremos en su juego, evitemos que nos dividan, estemos todos unidos y seamos fuertes, como hemos hecho durante la pandemia del demonio.

    En vuestra conciencia dejo secundar o no la huelga

    Que no caiga en saco roto el esfuerzo, el sacrificio y las pérdidas de compañeros fallecidos, a los que ahora no quieren reconocer fallecimiento en acto de servicio. Recordemos a aquellos que han sufrido la enfermedad, en domicilio, en el hospital, intubados en una UCI y a los que hemos perdido, por ellos y por sus familias, mantengamos unidos, hagamos huelga.

    Podría continuar con mil motivos más, como el Real Decreto, que permite ejercer de médico a cualquiera, poniendo en peligro al paciente y nosotros ser cómplices permitiéndolo.

    En vuestra conciencia dejo la decisión de secundar o no la huelga, pero os recuerdo que la huelga es la única vía que nos ha dejado la administración para manifestar nuestro malestar e indignación y debemos aprovecharla.

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