• Éxito del primer implante extravascular del Sescam

    Nuevo logro de la Unidad de Arritmias de Albacete con un desfibrilador que ahorra complicaciones

    La Unidad de Arritmias y Electrofisiología de Albacete ha realizado una técnica novedosa en Castilla-La Mancha, el primer implante extravascular, en el que se implanta un electrodo debajo del esternón y el desfibrilador se coloca de forma subcutánea en la zona axilar media.

    La Unidad de Arritmias y Electrofisiología de Albacete ha realizado una técnica novedosa, el primer implante extravascular.

    Según ha informado el Sescam, se trata del primer dispositivo de estas características implantado en un hospital de Castilla-La Mancha, lo que lo convierte en uno de los diez primeros hospitales de toda España donde se ha realizado. En total, se han implantado, hasta diciembre de este año, 31 dispositivos de este tipo en todo el país.

    La técnica la ha impulsado el equipo de la Unidad de Arritmias y Electrofisiología del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete (CHUA), formado por los doctores José Enero, coordinador de la Unidad; Víctor Manuel Hidalgo Olivares, Sofía Calero Núñez y Paula Sánchez-Aguilera Sánchez-Paulete.

    Con este desfibrilador, diseñado por la empresa Medtronic, “tenemos todas las funcionalidades que disponen los sistemas transvenosos convencionales evitando los riesgos asociados a electrodos implantados en el sistema venoso, que representan las complicaciones más frecuentes y peligrosas de esos dispositivos convencionales”, han comentado los especialistas.

    Con esta nueva opción terapéutica, se amplían las opciones de tratamiento de los pacientes con riesgo de desarrollar arritmias ventriculares malignas y de muerte súbita cardíaca, reduciendo, por tanto, la mortalidad y mejorando su calidad de vida. Se calcula que en España se dan cerca de 30.000 muertes súbitas al año, siendo las arritmias ventriculares, en concreto la fibrilación ventricular, la principal causa de dichos fallecimientos.

    Marcapasos

    Actualmente, la Unidad de Arritmias realiza alrededor de 400 implantes de marcapasos y unos 100 desfibriladores automáticos implantables al año con el consiguiente seguimiento de esos pacientes tanto de forma presencial como de forma remota.

    Además, anualmente, los profesionales hacen unas 350 ablaciones de taquiarritmias de las cuales, aproximadamente, el 35 por ciento se corresponde a tratamiento de la fibrilación auricular, una arritmia cada vez con mayor prevalencia.

    Hitos

    El equipo de cardiólogos encargados de esta Unidad trabaja en los últimos tiempos en la incorporación de nuevas técnicas. De hecho, en 2018 los profesionales implantaron, por primera vez, un desfibrilador cardíaco subcutáneo, un dispositivo de alta tecnología que continuamente vigila el ritmo del corazón y que previene la muerte súbita, pues identifica y detecta arritmias graves, consiguiendo recuperar el ritmo normal del corazón.

    En este crecimiento técnico de la Unidad, los profesionales también han incorporado la colocación de DAIs convencionales, que utilizan el sistema venoso para introducir un electrodo en el corazón. Suelen colocar unos 60 al año. Igualmente, desde 2019, operan arritmias a través de la congelación, una técnica con la que se consigue ahorrar más del doble de tiempo.

    Marcapasos sin cables

    Más recientemente, han comenzado a poner los primeros marcapasos sin cables; un dispositivo de estimulación diseñado para el tratamiento de ritmos cardíacos lentos, de un tamaño más reducido a los convencionales, que permite disminuir las posibles complicaciones relacionadas con esta terapia. A estas novedades, hay que sumar los habituales implantes de marcapasos o stents. La Unidad atendió el año pasado a 3.000 pacientes.

    Control remoto de pacientes

    Una actividad continúa de mejora de los tratamientos en los que es fundamental el papel de la Enfermería. Hace unos meses, bajo el liderazgo de las enfermeras de la Unidad y de Atención Primaria de los centros de salud de Alcaraz, Alcadozo y Bogarra, se inició una experiencia para el control remoto de pacientes portadores de marcapasos. Una solución que evita los desplazamientos de estas personas a la consulta del hospital y reduce sustancialmente el tiempo que emplean en acudir a la revisión.

    Un comentario

    1. Isidoro Jiménez Rodríguez

      Ocurrencias Fernández, 6 (O.F. 6/2025).
      ¿DE VERDAD PODEMOS HABLAR DE LAUREL CON «LA QUE ESTÁ CAYENDO”?

      El aparato informativo del sescam no deja de intentar distraer y enmascarar la realidad asistencial en nuestra región. Esta es su respuesta al caos que se vive en la gestión de los servicios sanitarios. La brutal medicalización que ahoga y entorpece una correcta administración de los servicios y recursos, facilita el camino emprendido hacia la inviabilidad de la sanidad pública.
      A estas alturas, esta perversa maquinaria de intoxicación informativa, cada vez consigue engañar menos ciudadanos. Todos sabemos quienes son los verdaderos interesados en que los servicios públicos no funcionen, pues con ello se colma la visión crematística que tienen de su profesión. Que nadie les toque sus absurdas guardias hospitalarias. Ningún control sobre su rendimiento laboral o el cumplimiento de su jornada de trabajo. Y hasta ven una amenaza a sus injustas prebendas que otros profesionales clínicos puedan especializarse o progresar en su campo profesional. A un servidor, este escenario le parece sacado de un western cinematográfico.
      El remitido propagandístico de hoy, a cuenta de los marcapasos sin cables, no deja de ser una buena noticia. Algo, sin duda, fruto del sacrificio de algunos que tienen el gran privilegio de poder investigar en el ámbito de la sanidad regional.
      Desafortunadamente no todos los profesionales clínicos y facultativos pueden acceder a estas áreas científicas que a simple vista, tanto redundan en el beneficio del paciente.
      Pongo un ejemplo para que lo entiendan mejor. Hace solo unas jornadas el propio ministerio de sanidad lanzaba a la opinión púbica la falta de unas 100.000 enfermeras en España para llegar a la media de los países de nuestro entorno. Esa decir, que en Castilla-La Mancha faltarían unas 4.500 o 5.000 para llegar a ese nivel medio. Este cifra de déficit se queda muy corta si consideramos las ratios de los países mejor dotados de tal profesional clínico. Probablemente para alcanzar esos primeros lugares, como sucede con la dotación de médicos en España, serían necesarias algunos miles más de enfermeras. ¿Entienden ahora los aspectos señalados anteriormente sobre el acceso a la investigación clínica?
      Pero es que además, la inhumanidad del señor Fernández le mantiene en una burbuja, aislado de la realidad que viven cada día los castellano-manchegos. Curiosamente el no sufre los despropósitos que el mismo genera en la dirección de los medios sanitarios. Esas listas de espera incomprensibles -y yo me atrevería a decir que irreales-; intervenciones quirúrgicas que se demoran debido al total descontrol y desbarajuste reinante; retrasos injustificados para acceder a las consultas, si tenemos en cuenta los recursos existentes. En definitiva un servicio sanitario que, bajo mi modesto punto de vista, no ya pone en riesgo la seguridad de los pacientes, si no que puede estar derivando en muertes accidentales.
      Con ser muy interesante la técnica novedosa de la noticia anterior, no lo dudo, la sociedad preferiría que el ocurrente señor Fernández les solucionase sus problemas de salud de acuerdo a los medios y partidas presupuestarias que se destinan para ello.
      No tengo nada contra la referida unidad de arritmias referida, que quede claro. Pero resulta fundamental priorizar. Garantizar los menores riesgos asistenciales, ante todo.

    Comentar

    Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

    *