• Hacia la necrópolis de Jorquera

    El psicólogo Rigoberto López y el dentista Manuel Martínez nos proponen una nueva aventura, esta vez en Jorquera, para renunciar al sedentarismo en favor del senderismo

    El Autor

    Rigoberto López y Manuel Martínez

    Profesor de Psicología en la Facultad de Enfermería y médico dentista

    A las 3 estamos en el coche. Hoy vamos la redactora, el hombre guía y el bardo. Otros se han disculpado por el Barca-Madrid o chuletón de la rebelión en la granja. Nos ponemos al día de cómo han transcurrido nuestras navidades y el grado de positividad con el que empezamos el año. No salimos mal parados. Por la carretera de Ayora seguimos a la AB-204, de Casas de Juan Núñez a Jorquera, aparcamos en el km 21, en un camino junto a un bancal de almendros.

    Entre calzadas romanas, esplendor musulmán y el paso del Cid

    Es el momento de mostrar los pertrechos nuevos para esta temporada, entre ellos el bastón de MD y la nueva mochila de Manu, con tantos apartados que habrá de dedicarle tiempo para controlarlos, teniendo en cuenta las cosas que lleva encima. Empezamos a andar. A la derecha de una granja cogemos un arroyo que discurre por Cueva Llana y llega al río Júcar.

    Es una Calzada Romana, y aunque hay muchos cantos rodados, tal vez por ser paso de ovejas, sigue en relativo buen estado. En algunos tramos paredes de piedra contienen y dan soporte a la calzada. Después de una curva aparece Jorquera, magnífica, torre de la iglesia, castillo y un enjambre de casas de variados colores y formas. Y enseguida empezamos a oír el ruido del río y notamos su influencia en las piedras resbaladizas  del camino; los chopos, olmos y cañas proliferan, una pareja de cormoranes nada en sus aguas.

    Contemplamos embobados ese peñón lleno de casas singulares, elegimos nuestras preferidas y rememoramos la historia con el esplendor musulmán e incluso con la presencia del Cid de paso a Valencia. En la actualidad es uno de tantos pueblos de la España vaciada, 320 habitantes, que se resiste.  

    Nos asomamos al río en el puente roto, frente a la piscina natural y el restaurante, y proseguimos para cruzarlo un poco más abajo, al llegar a la carretera. Dejamos para otra ocasión la subida al pueblo y buscamos el Arroyo de Abengibre para seguir sus hoces, sus bancales y huertas en barbecho o verdeando de habas y lechugas; algunos caquis bien maduros cuelgan provocándonos aunque nos resistimos, sobre todo por el efecto disuasor de somieres y candados. A nuestra izquierda macizos calizos de caprichosas formas, oquedades y abrigos, así como innumerables casas trogloditas que en otros tiempos daban cobijo y servicio a los jorqueranos.

    Jorquera esconde un secreto

    A la vuelta del Peñascal iniciamos la subida por una senda que asciende rápidamente a Cerro Pelado (620 m, 80 m por encima del río) donde hay restos de una necrópolis visigoda y, posiblemente, un poblado íbero anterior. Abajo serpentea el río, en su orilla derecha esta la antigua Central Hidroeléctrica de La Recueja, y por encima la carretera que une Jorquera y La Recueja. Tras andar por lo alto de cerro damos con tumbas individuales excavadas en piedra, siete, y lo que parece ser una especie de panteón familiar. En este emplazamiento observamos algunos bloques de piedra con inscripciones y un calderón, agujero redondo excavado en la piedra para recoger agua. Continuamos la ruta buscando la manera de descender sin retroceder.

    Asignatura pendiente

    Nos ha llamado la atención en esta subida la presencia de numerosos plásticos señalizadores de alguna ruta planificada por la Diputación Provincial, que deberían haber sido quitados poco después y no se ha hecho.  ¡El campo tenemos que dejarlo como lo hemos encontrado! Ya en el camino y con el sol poniéndose nos detenemos para tomar el tentempié de la tarde, tortitas de manteca, té rojo y frutos secos. Nos acordamos de nuestro amigo infiltrado, Juanjo, con quien hicimos esta ruta hace años. Las cabras nos observan confiadamente a escasa distancia.

    El tiempo se agota

    Sabemos que los frontales harán acto de presencia al final de ruta. Movemos el coleto y pronto atravesamos La Recueja, saludamos a una señora en la puerta del centro social. Los patos llaman nuestra atención con sus graznidos al pasar por el puente por si les cae algo. Continuamos por la carretera y nos desviamos por el camino del cementerio para seguir por la Rambla de Ayora, en tanto la luz de la tarde se va apagando. A nuestra derecha Los Grandales y  a la izquierda la Mesa de Arlesón.

    Dejamos atrás la Cañada de la Cardosa y seguimos por el lecho de la rambla, que se retuerce, se pule en grandes losas como en la rambla de Zarra y forma toyos de considerable altura que nos obligan a salir laderando para volver a entrar más adelante. En un puntal del Cerro de la Cuesta del Pozo vemos la silueta de un ave de grandes dimensiones, que al saltar al vacío nos parece un búho, y vuelve a posarse en otra atalaya más allá.  Ahora la luna cobra protagonismo esclareciendo veredas del terreno.

    Acabamos con nocturnidad y alevosía

    Otros, no tan confiados, se instalan los frontales. Nuestra dirección es ahora la línea recta buscando el coche y tenemos que subir varios morretes en busca de unos almendros en la parte alta (677 m). Lo conseguimos, y por un barbecho lleno de piedras nos vamos acercando al objetivo. Ya en Casas de Juan Nuñez, elegimos El Bigote para el picoteo; al entrar nuestras pituitarias nos informan de la presencia de tajás de tocino recién fritas, y sonreímos, complementando con bacalao y tortilla.

    Curiosamente se nos ha olvidado preguntar por los higadillos. En el trayecto de vuelta cerramos filas ante la rebelión en la granja, partidarios y detractores, y estamos de acuerdo en que la Sanidad Pública necesita de mas inversión en personal y medios materiales. Al finalizar el viaje en Albacete falta una mochila, ¿cuál?, y su dueño da con ella en la orilla del camino donde nos cambiamos las botas. ¡Buen estreno! Han sido 13,4 km en casi 3 horas y un desnivel acumulado de 430 m. Extraordinaria ruta para empezar el año.

    📍 Puede consultar la ruta en Wikiloc

    ➡️ Tiene otras rutas en la sección ‘Senderismo’

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