• Jugarte la vida en una guardia

    Dos médicos y dos enfermeras agredidos física y verbalmente por dos individuos que les causaron contusiones y una rotura nasal. Éste es el balance de una guardia en un centro de salud de un pueblo de Guadalajara, en El Casar. Es el último caso, pero, ni mucho menos, el primero. En Hellín, una médico tuvo que denunciar a cuatro pacientes y dos de ellos tienen prohibido acercarse a ella. El Sescam tiene el plan Perseo para reaccionar en este contexto y los colegios profesionales y sindicatos cuentan tanto con servicios jurídicos como con contacto directo tanto con la Guardia Civil como con la Policía Nacional, pero, a la hora de la verdad, el personal sanitario se siente vendido, sobre todo durante las guardias nocturnas en los centros de salud.

    Hay medidas legales cuando se ha producido la agresión, pero ¿qué pasa antes?. En Albacete, por ejemplo, los Puntos de Atención Continuada (PAC) tienen seguridad durante el día, pero por la noche el personal se queda solo, como solo está en los centros de salud de los pueblos, donde la única defensa es un botón del pánico que la víctima tiene debajo de la mesa. Cuando lo pulsa tiene que esperar a que lo llame la empresa de seguridad desde Toledo, recordar la contraseña y esperar entonces a que avise a la Guardia Civil.

    Las estadísticas dicen que la mayoría de las agresiones se producen en los centros de salud y la víctima suele ser mujer y médico. Gran parte de los episodios no se denuncian, por lo que a la opinión pública llega un pequeño porcentaje, como el que llamó a su médico “hijo de puta” en Caudete y, aunque también intentó propinarle un puñetazo, no tuvo ni consecuencias económicas. Martillazos contra el coche; insultos racistas; amenazas con una escopeta o agresiones por negarse a mentir en una baja son situaciones que se dan en poblaciones relativamente tranquilas como las de Castilla-La Mancha.

    Esta semana se han vuelto a repetir las condenas de colegios de médicos como el de Guadalajara e, incluso, el de Albacete. Los sindicatos Satse y el sindicato médico CESM también se han sumado, como los colegios de Enfermería. Todos coinciden en la importancia de aumentar la seguridad.

    CESM ha exigido que el Sescam se persone como acusación particular en todos y cada uno de los casos, así como que facilite asistencia psicológica a todos los trabajadores que sufran agresiones. Ha pedido también guardias jurado en los centros de salud, sobre todo durante las guardias nocturnas de los pueblos y puntos de atención continuada.

    Y es que los sindicatos consideran que los insultos y amenazas, alentados por las listas de espera, forman parte de un día a día en el que no se denuncia por miedo.